Demasiado bueno para ser verdad

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Demasiado bueno para ser verdad.



16 de mayo, 2014.

Hoy pudo haber sido un buen día, después de todo, hablé por mucho rato con mamá Victoria, pudo ser un día estupendo, pero entonces luego mi madre tomó el teléfono, Samantha me envió un correo electrónico, descuidé ver dónde Bucker defecaba y en consecuencia mi pequeña vecina, de no más de 4 años, terminó jugando con mierda lo cual hizo enloquecer a su mamá, la entiendo, si la niña hubiese sido mi desastre la hubiese limpiando con una manguera a, al menos, un metro de distancia.

Doy un trago a mi cerveza y observo a Bucker echado a mi lado, sacudo mi cabeza y río antes de acariciar su pelaje.

— ¿No puedo culparte, verdad? Fue mi descuido no notarlo.

Dejo la lata de cerveza a mi otro lado y recuesto mi cabeza de la cama detrás de mí, cierro mis ojos y toco los acordes de la guitarra. Tengo una melodía en mi cabeza, algo bueno puede salir de ella. Bucker ladra y sonrío, Doug asegura que Bucker cada vez que escucha una guitarra acústica quiere cantar y Max argumenta que quizá no le gusta el sonido.

» ¿Serás el nuevo vocalista de la banda, amigo?

Continúo tocando y escribo las notas que estoy usando. Casi río del cambio drástico que han tenido mis viernes. De salir a fiestas, reuniones, encuentros o solo cenar con mujeres o simplemente amigos, pasé a estar sentado en el suelo de mi habitación, tocando guitarra y escuchando a Bucker ladrar lo que Doug asegura es su canto.

Me recuerda un poco a mi etapa adolescente, cuando todo lo que quería hacer era música en mi habitación.

Bebo lo que resta de mi cerveza y continúo tocando notas al azar y riendo de los ladridos de Bucker, que bueno que las paredes son suficientes junto a mi amplio jardín para no perturbar a los vecinos. Me gusta hacer la cosa de ser un buen vecino, por eso evito que mi pequeña vecina juegue con mierda, excepto que hoy sucedió.

Bucker comienza a ladrar de esa forma en la que le ladra a las bicicletas, motocicletas, teléfono, algún perro en la televisión y otros más. Abro mis ojos y lo encuentro ladrándole a mi celular. Lo tomo descubriendo un nuevo mensaje de Grace.

—Veamos que tiene para decirme la habladora ¿Sabes que hablo de Grace, verdad Bucker?

Todo lo que obtengo en respuesta es su lengua afuera y que se incorpore batiendo su cola. Río, hago la guitarra a un lado y abro el mensaje.

Puta madre.

Necesito leer el mensaje dos veces.

Y de nuevo, puta madre.



"Hola... así que me preguntaba ¿ quieres tener sexo conmigo? ¿Lo has pensado?"



¿Si quiero? Mierda, sí. Mucho.

¿Le he pensado? Solo siéntate y déjame comentarte cuáles son las posiciones que lucen mejor en mi mente.

Mierda. Mierda. Mierda.

Piensa en algo desagradable. Piensa en algo desagradable.

Desagradable...

Algo desagradable.

¡A la mierda! sé muy bien lo que estoy pensando justo ahora. Y es muy agradable.

Escenas extras de Los Miedos de EthanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora