Flores para Ethan Jones

393K 31.3K 20K
                                    


Flores para Ethan Jones.



4 de julio, 2014.

Es triste y frustrante ver a Grace sufrir por sus hermanos. Hay tantas cosas que le afectan, pero ella es fuerte y así como parece doblegarse en ocasiones ante el dolor, es buena levantándose y enfrentándolo.

Luego de verla llorar hace apenas unos instantes me agrada verla bromear sobre el ginecólogo que ha visto, es un tema incómodo pero normal. Bucker comienza a ladrar. Beso a Grace una vez más antes de ir hacia la puerta en donde alguien toca el timbre.

Bucker me sigue y cuando abro la puerta encuentro a mi madre, Bucker ladra con fuerza y va hacia ella acariciando sus piernas. La mueca de asco de mi madre no se puede ocultar.

— ¡Jesús! Amarra a esa bestia.

Y ella intenta patearlo, realmente lo intenta y por un momento estoy demasiado sorprendido antes de fruncir el ceño.

—Bucker, ven aquí. Y no puedes patear a mi perro, mamá.

—Bonito, las primeras palabras que escucho al venir.

Y aquí vienen los reproches, es como poner mucho peso sobre mí momentáneamente.

—Hola, mamá—me inclino y beso su mejilla, pero supongo que no lo hago bien, porque rueda sus ojos y se limpia la mejilla antes de besar superficialmente mi mejilla.

—Ese cabello de arrastrado ¿Es tan difícil cortarlo? Y esa barba Ethan es terrible.

Se abre paso y cierro la puerta detrás de ella. Respiro hondo y toco mi barba, me afeité hace unos días, pero evidentemente crece y a Grace parece gustarle así que la conservo.

—Amarra a tu bestia.

Tomo el collar de Bucker que no parece muy feliz y comienzo a caminar siendo seguido de mi madre. La dejo en la sala junto a Grace y camino hasta el pequeño jardín, con todo el dolor de mi perfecta alma dejo a Bucker.

—Lo siento amigo, espero y me perdones, pero mientras más rápido le sigamos la corriente, más rápido se irá.

Cierro la puerta corrediza escuchando los ladridos de Bucker, vuelvo a la sala. Por supuesto que ella está tocando todas las superficies en busca de polvo. Creo que Grace no sé da cuenta, pero la mira detalladamente como si buscara entender a Cecilia Jones, yo no lo hago y ya no lo intento.

— ¿No me ofreces algo de tomar, Ethan Abrahams?

—Claro ¿Qué gustas?

Voy hacia la cocina y hago su limonada. Trato de concentrarme en hacerla bien porque incluso algo tan simple como una limonada podría ser criticada al ser hecha por mí, el hijo que no llena ninguna expectativa. Cuando la tengo lista minutos después, tomo una servilleta de tela y camino de nuevo hacia la sala.

Ella está sentada en el sofá frente a Grace y no luce feliz ¿Qué sucedió? Le entrego la limonada junto a la servilleta y me siento al lado de Grace. Esto me estresa. Estoy en tensión esperando la lluvia de críticas.

— ¿Qué te trae por acá, mamá?

—Teniendo en cuenta que mi hijo no va a ver si respiramos, me tomé la molestia de acompañar a tu padre a una reunión de abogados aquí en Londres para verte.

— ¿Él está aquí en Londres?

—Es lo que he dicho.

Pero él seguramente no quiere verme.

Escenas extras de Los Miedos de EthanWhere stories live. Discover now