Pasos a la felicidad

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Pasos a la felicidad.



22 de octubre, 2014.

No sé cómo sentirme sobre esta situación. Siempre supe que de una manera irremediable llegaría el día en que el que fuera capaz de sentarme en una misma mesa, una vez más, con Samantha. O quizá no lo supe, pero quería creer que alguna vez sería capaz y esa vez es justamente está. Este momento.

Es un tanto liberador hacer preguntas y es bastante doloroso escuchar sus respuestas. De alguna manera los años me han ayudado a entender que ella actúo mal, pero yo también lo hice cuando no estuve dispuesto a darle más de mí y aun así mantenerme a su lado.

Sin embargo siempre dolerá. Dolerá que tomara una decisión tan importante sin consultarme, puede argumentar que es su cuerpo, pero no estaba sola, nunca hubiese estado sola, además siempre me culpó de una acción que comienzo a entender fue resultado de su decisión, no puede culparme de algo en lo que no tuve participación, nunca me dio la opción de ser parte y por tantos años he albergado esta sensación terrible de culpa.

Durante años he creído que indirectamente yo le quité la vida a ese ser que no tuvo oportunidad de conocer el mundo por el simple hecho de llevar mi sangre.

Me siento culpable de no haberla amado como ella lo deseaba, quizá eso la lastimó mucho, pero me siento decepcionado de que en toda esta discusión todo lo que consigo es lo mismo: ser señalado como culpable de sus decisiones, el cuestionarme todo y sobre todo una profunda sensación de que pasé dos años, y un poco más, de mi vida al lado de una persona que quizá nunca conocí realmente.

—Si es lo que pensabas ¿Por qué querías estar conmigo?

No puedo evitar preguntar. Si resentía de mis carencias como novio, sentía que no le daba lo suficiente y me creía un desastre para nuestra relación ¿Por qué no me dejó marcharme y solo me convenció de seguirlo intentando cuando quise dejarla ir a buscar lo que yo no estaba dispuesto a dar?

Sí, seguro soy un maldito idiota por no solo terminar mi relación y en cambio sucumbir a momentos que eran placenteros, buenos y que me hacían sentir bien, pero cuando abrí mis ojos y comencé a plantearme solo terminar de forma definitiva, Samantha soltó la bomba que hizo estragos en mi cordura y envió otra espina a las muchas que ya poseía.

—Simplemente te amaba. No me importa no tener bebés, no es mi meta de vida, me importabas tú. Te amaba a ti y la idea de tener hijos no estaba en mis planes. Íbamos a estar bien, ni siquiera sé por qué te lo dije si solo sirvió para que me dejaras.

— ¿Tú de corazón, realmente, crees que es mi culpa, Samantha? ¿Puedes verme y señalarme como el culpable de todo?

Sus ojos se humedecen y Grace, quien se mantiene a mi lado, le ofrece el recipiente con servilletas. Siento esta sensación amarga al saber que aun cuando ella ha actuado de la forma en la que lo he hecho, no puedo solo lavarme las manos y fingir que no la lastimé. Quizá no tan profundo como la herida que ella dejó en mí, pero también le hice daño.

—Tú nunca me has dejado hablarte. Huyes de mí cuando me ves ¿Fui tan insignificante para ti que ni siquiera fuiste capaz de alguna vez hablar de mí?

—Estuvimos juntos 2 años y medios, me importaste y te quise. No terminamos bien, me heriste y me hiciste sentir la peor persona, verte solo me hacía sentir peor.

—Nunca me diste la oportunidad de enmendarme. No me arrepiento de lo que hice, yo no quería ser madre en ese momento.

Hay un largo silencio. No se arrepiente de sus acciones, no se arrepiente de culparme, no se arrepiente de usar mis traumas en mi contra. No la conozco, nunca la conocí.

Escenas extras de Los Miedos de EthanWhere stories live. Discover now