My sunshine

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Dedicado a OushimuraDSeira 💛💙💛💙💛💙 espero que te guste, aunque quizá mi interpretación no sea del todo correcta y así úwù

Lo único que se escuchaba en la comisaría, eran pasos. Calmados, sin prisas, muy probablamente de algún par de zapatos nuevos y elegantes. Y una voz igual de tranquila, cantando la parte de una canción muy conocida con lentitud, "My Sunshine".

La tarde anaranjada de Gravity Falls estaba en silencio. Ni siquiera los animales se habían atrevido a salir en aquel fatídico día; las personas se encontraban detrás de sus puertas, escuchando atentamente, aterradas, esperando que aquella bestia no se apareciera cerca de su casa y les diera el mismo destino que a los oficiales del pueblo. Nadie sabía por qué, después de tantos años en paz, aquel monstruo de un solo ojo había decidido mostrarse y atacar a los policías y agentes que tenían cautivos a la familia Pines. Tampoco querían saber. Lo único que querían era que parara.

Había sido exactamente ese día que habían atrapado a Stan Pines para exponer sus delitos y extraditarlo por robar desechos atómicos y otros asuntos que le correspondían al gobierno; así como también extraditarían a sus sobrinos Mabel y Dipper Pines a Washington, por seguridad. Pero antes de lograr su cometido, los agentes al mando habían terminado en un charco de su propia sangre en el gris piso de la comisaría, igual que los demás encargados del caso. La sorpresa era que los únicos sobrevivientes eran Stan y Mabel Pines, mientras que de Dipper no se sabía nada.

Su gemela estaba rota; se habían llevado a su hermano y nadie tenía ni una sola idea de su paradero, o si al menos seguía con vida. Cada minuto que pasaba sin él cerca la ansiedad la carcomía más por dentro y las ganas de llorar por él e ir a buscarlo aumentaban. Ella y su tío se encontraban a salvo en la cabaña, resguardados por unos oficiales que habían llegado justo después de la tragedia. No los dejarían salir, y ambos estaban casi seguros de que no habían movido ni un dedo para buscar al menor de los gemelos Pines.

Pero, ¿y Dipper? Él no estaba pensando en esa realidad. El pequeño castaño dormía profundamente en brazos del demonio al que tanto miedo le tenía: Bill Cipher. Ahora parecía un humano pero no tenía ni una pizca de humanidad o decencia alguna. Al enterarse de lo que le harían a su preciado Pino, su rayo de sol, decidió que no lo llevarían lejos de él.

Bill había decidido que nadie tenía derecho a llevarse a aquel humano que alegraba sus días tristes; el único que podía tenerlo era él. Nadie más, y si alguien se interponía en su camino se encargaría de eliminarlo por completo.

Caminaba con el menor en sus brazos, cantando una canción para él, deseando que la escuchase en sus sueños y supiera lo que Bill sentía por él. No le importaba en absoluto que el lugar estuviera hecho un desastre de sangre ajena y cuerpos inertes o que en cualquier momento llegase alguien creyendo ser un héroe para intentar acabarlo, o los refuerzos que el agente Trigger había tratado de pedir antes de que Bill terminara con su vida; para el demonio todo era perfecto si estaba con su adorado rayo de sol.

—Shh... Descansa, mi pequeño Pino —le susurraba cuando se removía amenazado con despertar. Sólo bastaba con pasar sus dedos por la frente del castaño para que este volviese a su estado onírico—. Yo me encargaré de que nadie te lleve lejos de mí.

Miró una vez más a la ventana que hacía honor a su figura original, un triángulo con un sólo ojo, cubierta de sangre aún fresca. Sonrió, mirando su reflejo; tenía una que otra gota de aquel líquido rojo y espeso en su cara, pero lo único que le importaba era que su Pino no tuviese alguna mancha arruinando su perfecta e inocente imagen. Plantó un beso en la blanca y suave mejilla del niño antes de caminar hacia la entrada del edificio y salir para ver una vez más las nubes arrebol del atardecer antes de volver a su dimensión.

—¡Suelte al menor! —con esas palabras aquellos detestables mortales se atrevían a recibirlo. ¿Por qué creían que Bill Cipher les obedecería? No, no lo soltaría, porque Dipper Pines era suyo. Se limitó a sonreír con burla y seguir caminando a paso lento, provocando la ira del comando especial—. ¡Suelte al menor y ponga las manos en donde pueda verlas!

Bill no soltó a Dipper en ningún momento, ni siquiera cuando le apuntaron con sus armas. Hizo caso omiso de los pocos curiosos valientes que se atrevían a salir de sus refugios para ver o grabar la escena.

Los agentes creían que Dipper estaba sedado, dormido bajo el efecto de alguna droga. Pero no; Dipper ya se encontraba en otro mundo, uno creado por Bill, en el que tenía todo lo que quería. Por supuesto que en esa fantasía era aquel demonio del sueño su gran amor. Probablemente jamás despertaría, sino que se quedaría para siempre en el Escape Mental, junto a Bill.

Dipper nunca se enteraría de que en la realidad su familia lloraba por él, ni que el mundo parecía funcionar casi en su totalidad perfectamente aunque Dipper ya no se encontrara en él. Nunca se enteraría de quién era el autor de los diarios que lo tenían obsesionado desde el inicio del verano, y tampoco se enteraría de que Bill Cipher lo cuidaba de manos ajenas que quisieran atreverse a "rescatarlo" de él. Dipper sólo sabría que vivía en un mundo donde era feliz y estaba enamorado de un demonio que lo quería mucho y haría cualquier cosa por él.

Dio un paso más adelante poniendo al comando a la defensiva, y sorprendiéndolos bastante cuando agarró al menor de la nuca para acercarse a sus delicados, carnosos labios y besarle, como si en ese mundo sólo quedaran el castaño y Bill. A los espectadores, ese acto les pareció una declaración de guerra, algo insano y asqueroso. Pero para Bill era todo lo contrario, y nadie lo convencería de que Dipper no compartía con él aquel sentimiento tan posesivo y extraño que el demonio había decidido llamar "amor".

—No se atrevan —les dijo, mirándolos con rencor, antes de partir con el castaño en brazos—. No se atrevan a apartarlo de mí.

One Shots Billdipحيث تعيش القصص. اكتشف الآن