14 février

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¡Hola, gente hermosa! He aquí un especial de San Valentín que nadie pidió y que por eso mismo es especial, lmao.

Tengan un feliz día del amortz y la amistad, y si no, feliz inicio de cuaresma 💖💖

★彡

El día tan añorado de San Valentín había llegado. Y Bill no podía estar más nervioso.

No estaría solo, disfrutando de su soltería y deseando una pareja simultáneamente. No esta vez. Había preparado minuciosamente todo para este día, porque quería pasarlo junto a su persona especial.

Su persona especial no sabía que lo era, y lo que Bill planeaba era hacérselo saber de la mejor forma posible. No irían al bosque a besuquearse espontáneamente (porque además de ser solo amigos, eso era bastante cliché como declaración de amor) o al cine o a la casa de alguno de los dos para el "Netflix & chill". Nada de eso. Quería hacer de ese día uno perfecto, no uno típico. Y sobre todo, quería que él aceptara.

Desde que tenía doce años, su corazón latía frenéticamente cuando Dipper Pines pasaba. Aquel castaño ni siquiera tenía que estar ahí para que Bill Cipher comenzara a sentir dinosaurios en el estómago; únicamente bastaba con mencionarlo, con pensarlo. Solo tenía que haber un cruce de miradas, un roce de manos, para que el corazón del rubio se agitase y quisiera salirse de su pecho para entregarse a las manos de Dipper, y que él cuidara bien de este.

Su plan consistía en ir a un lugar especial que sólo ellos dos conocían: una cueva de un tamaño no tan grande que se resguardaba tras unas plantas que colgaban de un relieve. Era allí donde solían ir de niños para jugar, para escapar de la monotonía de sus hogares, para relajarse y disfrutar de la compañía del otro. Ahora, después de años sin pisar aquel suelo, le había rogado a su hermano Will una noche antes que le acompañara para arreglar el interior.

Bill recordaba cómo sostenía su mano cuando Dipper tenía miedo o estaba triste, y cómo lo consolaba con palabras de apoyo y abrazos en aquel lugar. El castaño siempre había sido el más bajo y Bill adoraba eso; podía besar su frente, esconder su cabeza en su abrigo con facilidad, molestarlo por su altura (aunque en realidad, solo le expresaba lo tierno que era). Le encantaba cuando se ponía de puntillas porque no podía alcanzar algo, y cuando tropezaba o caía al primer intento, porque entonces podía extenderle la mano y ayudarle a levantarse. Dipper siempre fruncía el ceño con la cara toda arrebolada y susurraba un "gracias". Todas las veces que le habían roto el corazón al castaño chico, siempre se verían en ese lugar para hablar, o reconfortarse. Bill aún no se explicaba cómo podría ser posible que alguien fuese tan cruel como para lastimar a Dipper, porque hasta donde él sabía (y es que sabía bastante), el Pines era la persona más increíble y linda del mundo. No importaba las veces que se enojara con Bill, o que se le diera horrible practicar deportes que incluyesen pelotas en contacto directo con las manos, o que prefiriera libros a humanos. Aquellos "defectos" sólo podían hacerle más humano, más... Él. Y eso era lo que había logrado enamorarle, ser él mismo.

Había llevado algunos regalos, que, en caso de Dipper rechazarle, se los quedaría. Una gran osa de peluche, chocolates en una cajita de corazón dorada, una cartita de amor, y dos boletos para una convención la semana próxima. Estaba bastante asustado, y aunque pensar en el chico le hacía olvidarse de la realidad, ahora él era su realidad, su miedo. Tendría que afrontar lo que sentía, confesárselo. Sabía que era mucho mejor decirlo de una vez a guardarlo por siempre, sin embargo le dolería mucho escuchar un no.

¿Qué pasaría con su amistad en el hipotético caso de que se negara a ser su pareja? ¿Se derrumbaría, andarían raros o vivirían como si nada hubiese pasado, para pensar en ello en el momento más inoportuno? Sería imposible no pensarlo, al menos para Bill. Sería su mayor fracaso, su mayor vergüenza y su mayor dolor después de la muerte de algún familiar, claro. No podría mirarle nunca más de la misma manera, porque seguiría enamorado pero su corazón estaría roto. Dipper saldría con alguien más en algún momento y le hablaría a él de esa persona sin estar tan consciente del daño que le haría a su mejor amigo que (aún) lo amaba. Pero, ¿no acaso debía pensar positivo? Aunque sus bajas expectativas podrían ser una ventaja si las cosas salían mal, y le darían mayor felicidad si cumplía el objetivo inicial.

One Shots BilldipWhere stories live. Discover now