101 Reasons to hate (KAYLOR)

CAPITULO 16 - CARIÑO....TE LO CUENTO LUEGO

-Josh, lo digo completamente en serio: como no dejes de jugar con la corbata, te ahogaré con ella.

Josh bufó con desesperación. Había hecho todo lo posible por aflojar el nudo de su corbata sin descomponer su atuendo, pero todavía no había sido capaz de sentirse a gusto vestido como un pingüino.

-No dirías eso si fueses una chica.

-Es una chica -matizó Derek-, tu exnovia, para ser más exactos.

-Bah, ya sabes a qué me refiero.

Derek alzó una ceja. No, desde luego no sabía a qué se refería su mejor amigo, pensó mientras él volvía a estirar el cuello y a meter los dedos entre la nuez y el ajustado lazo de la corbata. Iba a preguntarle qué quería decir con esa afirmación tan rara cuando vio que alguien se acercaba a hablar con ellos.

-Hola, chicos. Hola, cariñín.

Sara, la antigua secretaria de Josh y ahora su orgullosa nueva novia, depositó un beso en su mejilla y alzó la copa que traía en la mano para brindar con Julio, que estaba a punto de pegarle un sorbo al contenido de la suya. Josh pareció ver el cielo abierto con este gesto, porque aprovechó para tirar disimuladamente de la manga de Derek, haciéndole gestos con la cabeza para que se alejaran un poco de ellos.

-¿Qué ocurre? -preguntó Derek tan pronto se distanciaron unos metros. Ahora estaban fingiendo que atacaban una de las bandejas de canapés que los camareros habían servido minutos antes, aunque en realidad ninguno de los dos estaba probando bocado-. Josh, llevas toda la tarde muy raro, ¿qué pasa?

-Es Sara.

-Sí, ¿qué le ocurre?

-No lo sé, está histérica.

-Yo la veo perfectamente calmada -opinó Derek tras chequear con disimulo a la muchacha. En ese momento le estaba riendo una gracia a uno de sus amigos.

-Pero solo aparentemente -matizó Josh, de nuevo en guerra con su corbata. Hacía demasiado calor-. Lleva todo el día quejándose porque tenemos que estar en la misma fiesta con quien tú ya sabes -afirmó, desviando la mirada hacia Karlie.

Derek se reajustó las gafas sobre el puente de la nariz y suspiró.

-¿Pero no se suponía que ya lo tenían superado?

-¡Eso es lo que he intentado decirle toda la tarde! -protestó, encolerizándose-, pero no me hace caso. No para de preguntarme si estoy seguro de que la he olvidado. ¡Ya no sé cómo explicárselo!

-¿Le has contado lo que hay?

Josh no comprendió durante unos instantes y miró a Karlie de refilón, como para asegurarse de que estaban hablando de la misma persona. Después cayó en lo que intentaba decirle su amigo.

-Eh... no.

Derek sonrió con picardía. Rodeó el hombro de su amigo, le dio unos golpecitos tranquilizadores en la espalda y le dijo: -Pues, créeme: después de esta noche, ya no tendrás que preocuparte nunca más.

***

-No es por meter presión, Karlie, pero llega tarde.

-Lo sé.

-Yo solo lo comento.

-Pues no lo hagas más, que me estás poniendo nerviosa. -Karlie consultó por octava vez su reloj-. Cambiemos de tema, cuéntame algo.

-¿De qué quieres hablar? -le preguntó Julio, dándole un generoso trago a su copa.

En apenas dos sorbos se la había bebido toda. Cuando la copa llegó a la altura de su nariz y pudo ver lo que tenía enfrente, estiró el dedo índice para señalar.