Capítulo 45.

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Capítulo 45.

Salzburgo es la cuarta ciudad más poblada de Austria, célebremente conocida por el antiguo centro de la ciudad, proclamado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, y por haber visto nacer a Wolfgang Amadeus Mozart, uno de los mejores y más renombrados compositores de música clásica de todos los tiempos, además de también ser la cuna de Herbert von Karajan, de quien se ha dicho ya que es el director más reconocido que ha tenido la Filarmónica de Berlín durante toda su existencia. La ciudad, además, ofrece unos paisajes impresionantes no sólo gracias a la arquitectura de sus catedrales, monasterios y palacios sino también al hecho de encontrarse muy cerca de los Alpes y por extenderse a través de ambas orillas del río Salzach. Adrianne siempre quedaba fascinada por la ciudad, por su belleza, por su esplendor antiguo y por esa aura cultural que parecía emanar de sí misma. Sin duda no había mejor localidad para albergar a Muse, cuyos dueños ambicionaban con convertirla en la musa inspiradora de los artistas de Europa.

El Festival de Pascua de Salzburgo que se realizaría ese año sería el último en el que participaría la Filarmónica de Berlín por desacuerdos presupuestarios con la dirección del Festival, así que Adrianne consideraba que tenía mucha suerte por poder presenciar el último de esos eventos en el que tocarían Johann y Hans (y Alexander, para qué negarlo). El evento era tan importante que ella llevaba semanas planeando el viaje a Salzburgo, de forma abierta, con Dalia y Renée, y de forma oculta con Alexander, aunque estos últimos planes ya no se llevarían a cabo, por obvias razones. A pesar de todo, Adrianne agradecía que en esos momentos Alexander no estuviera cerca de ella porque creía que, en las últimas semanas, había descuidado un poco su trabajo por él y ahora que Alexander ya no pululaba a su alrededor la joven podría concentrarse como debía en su reportaje. El Festival de Pascua sería una parte importante del artículo que preparaba Muse, así como el Europakonzert de mayo, debido a que se trataba de un festival de renombre mundial de la más alta calidad musical.

Se ha convertido en una costumbre que el Festival de Pascua se inaugure el sábado anterior al Domingo de Ramos, con el estreno de una ópera, y que concluya el lunes después del Domingo de Resurrección, con la segunda representación de la misma ópera. Entre la inauguración y el cierre del Festival habría tres conciertos sinfónicos a cargo de la Filarmónica de Berlín así como sesiones de cámara, centradas en música contemporánea, con miembros de la Orquesta. Además, se podría disfrutar de la compañía de algunos de los solistas de la Filarmónica y otras agrupaciones entre cada evento, lo que favorecería la convivencia entre los asistentes al Festival y los músicos que tocarían en él. Uno de los planes que Adrianne tenía con Alexander era, precisamente, pasar tiempo juntos pretextando que formaba parte del programa del Festival; en ese momento, sin embargo, Adrianne se preguntaba qué haría con tantas horas libres, quizás podría acercarse a Johann, Hans o Damir pero tal vez ellos querrían pasar el rato con sus familias y ella seguía sin querer importunar. Además, se suponía que debía trabajar, quizás podría enfocarse en eso en vez de andar lloriqueando por los rincones o compadeciéndose de su situación.

Para evitar problemas a la hora de viajar puesto que Johann y Alexander debían hacerlo juntos, Adrianne resolvió irse primero con el pretexto de que debía hablar con Dalia para tratar asuntos de trabajo. La joven polaca le dio hospedaje durante los días en los que tardarían en llegar Renée y los Lorenz, aprovechando para llevarla a comer con sus tíos, los dueños de Muse y a quien Adrianne no había tenido el placer de conocer.

Józef Waliszewski era un judío no practicante, regordete y con una incipiente calvicie, taciturno pero de buen corazón, más bien tímido y retraído pero con muchas ganas de trabajar, quien había emigrado de Polonia por, según él, "diferencias irreconciliables con su familia". Se había casado con Lea Maier, la auténtica dueña de la revista, descendiente de los judíos que fueron expulsados de Austria por Hitler y que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial; Lea, en el trabajo, era una mujer seria y calculadora gracias a cuyas aptitudes de rapacería había conseguido evitar que Muse se fuera a la quiebra, pero fuera de él se transformaba en una mujer tranquila y agradable que poco se parecía a la fiera que era en la editorial. Aunque era Lea quien había heredado la revista de su familia, fue Józef el que tuvo la idea de cambiar el giro de la misma y convertirla en una gaceta cultural pues ambos eran fervientes amantes de las artes. A los dos les habían costado sangre, sudor y lágrimas mantener a Muse a flote y posicionarla como una de las mejores en su género en Europa (de hecho, el infarto que había dejado fuera de circulación a Józef estaba relacionado a eso), y habían decidido invitar a la sobrina a trabajar con ellos durante un tiempo corto, aprovechando que habían tenido la fortuna de reestablecer relaciones con su familia. Adrianne ya sabía por boca de Dalia que ese corto tiempo terminó siendo un periodo indefinido debido al ataque al corazón que había sufrido su tío.

El Sonido del Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora