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N/A: Pues nada, sigo viva. Traté (y fallé) de responder a todos los reviews que me llegaron en los últimos meses, excepto aquellos donde me preguntaban por la fecha de actualización del fic, no porque me molestaran (¡Muchas gracias por el apoyo!) sino porque no quería prometer algo que no fuese a cumplir al final, se me ocurrió que sería mejor demostrar mi agradecimiento con acciones, así que, en caso de que a alguien aun le interese continuar leyendo la historia, aquí está el nuevo capítulo. Esta vez tampoco pretendo dar una fecha con la próxima actualización, pero espero no entrar en un HIATUS tan estúpidamente largo como el anterior. Como había mencionado antes, había escrito cuatro capítulos desde hace mucho, mucho tiempo, pero no estando conforme con los resultados, los deje olvidados en mi laptop hasta hace algunos días, en donde les di un vistazo nuevamente. Este capítulo aun no ha sido beteado, así que todos los errores son míos.

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Una de las tácticas favoritas de Ike para conseguir lo que quiere, es tomar a la gente por sorpresa. Habiendo crecido a su lado (y junto a un regordete manipulador con tendencias sociópatas), Kyle siente orgullo en saber que no es presa fácil para nadie. Los años y eventos traumáticos han rendido sus frutos, y atraparlo con su guardia baja requiere no solo esfuerzo y paciencia de la otra persona, sino también sufrir de una extenuación mental y física prolongada por su parte. No se le ocurre el que haya alcanzado semejante estado hasta que sale de la ducha, adormilado y frustrado como se le ha hecho su costumbre, para percatarse de la presencia de Ike en su habitación solo después de haberse puesto la playera. La sorpresa casi lo hace soltar el agarre sobre la toalla en su cadera.

—Tu nueva escuela es extraña.—Le dice Ike, sentado en la silla frente a su escritorio. El chaleco rojo entre sus manos siendo observado con escrutinio.— ¿Por qué tienes este símbolo en tu uniforme?

—¿Qué haces aquí?—Desvía la conversación rápidamente, la sorpresa cediendo lugar al malhumor.

—Mamá dice que bajes a desayunar.

—Dile que iré en cinco minutos.—Replica, volviendo la vista a su closet. Con algo de suerte, Ike perderá el interés y...

—¿Por qué es rojo?—Cuestiona con inocencia.

Kyle trata de mantener la calma. Era cuestión de tiempo antes de que Ike lo abordara con preguntas. La constante e incisiva mirada de escrutinio de su hermano le había advertido de sus sospechas días atrás. Pero tiene una explicación lista. Todos los chicos con jerarquías asignadas, la tienen para casos como estos. El problema es que Kyle no se considera el mejor de los mentirosos, especialmente cuando se trata de esconderle cosas a su familia. Y lo que es más, se siente como una patada en las pelotas admitirlo, pero Ike, pequeño y débil como es, puede llegar a ser intimidante. Aun ahora, cuando Kyle le da la espalda y mete la cabeza en su closet, puede sentir sus pequeños ojos oscuros prácticamente taladrar su nuca.

Las mentiras instruidas por la escuela para situaciones como aquella, fueron creadas con infantes curiosos en mente, así pues, es probable que sean un éxito con chiquillos comunes y corrientes, pero Ike es diferente. Diferente incluso a Kyle cuando tenía su edad. Es listo, sabe leer a las personas demasiado bien.

—Es un uniforme, Ike, algún vejete de la mesa directiva eligió el diseño, ¿Qué importa?—Kyle arroja una mirada rápida por encima de su hombro, Ike tiene ladeada la cabeza, su mirada es de concentración mientras comienza su pequeño asedio inquisitivo.

—¡Pero debe significar algo! Ruby dice que el chaleco de su hermano es azul, que tiene grabado algo parecido a una "B", pero basta echarle un vistazo para saber que no es una letra de nuestro alfabeto. Él es un Beta y tú eres un Alfa, ¿qué significa eso exactamente?

De pájaros, abejas, Alfas y Omegas [Kyman]Where stories live. Discover now