Nico 06 (Editado)

6.5K 920 444
                                    

Muy bien... Otro papelito por abajo...

La puerta se abrió bruscamente dejando ver a Troye con el cabello mojado, unos shorts como único abrigo y una toalla rodeando su nuca.

—¿Te bañaste?

—No -respondió con un tono de voz extraño mientras se secaba el cabello.

Como acto seguido comencé a recoger los papelitos rápidamente. No quería que viera que a veces soy muy dependiente con las personas.

—¿Terminaste los ejercicios? -preguntó revisando mis notas.

—Wuu hace rato -respondí botando los papelitos.

Mi celular sonó, dejando ver los mensajes de un grupo compartido con los chicos de mi curso.

Fui directamente hacia el celular, cual perro a su premio, sin éxito alguno. El viejo Will había ganado la carrera, dando homenaje al viejo dicho de:

"Más sabe la vieja por diablo, que por vieja".


Ah, no... Era "La vieja sabe más de diabla que el viejo" ... No, no era vieja, era viejo... ¿Ah que? Eperen. Era "Más sabe el viejo por viejo que el diablo por..."

—Oye —Troye interrumpió mis pensamientos filosóficos—, los resolviste bien —me felicitó mientras me daba golpecitos en la cabeza.

¿Quién se cree? No soy un perro. No tengo cara de perro. No digo guauf guauf.

Fruncí el ceño y resoplé un poco fuerte.

—Troooye. Mi celular.

Troye me ignoró y guardó el celular en su bolsillo.

-Antes, necesito contarte algo —respondió.

—Oh si... Claro, ¡espera! Tengo que pagarte.

Recogí mi mochila y rebusqué en mi billetera.

—¿Cuánto quieres? —le pregunté contando mi dinero.

—Estoy bien—respondió —tómalo como un favor.

—Oh bueno... Mejor para mí.

Guardé mi billetera y solté un suspiro.

—Hey -dijo él acercándose un poco.

Troye se inclinó a la altura de mi rostro, y sujetó gentilmente mi cabello hacia atrás.

—¿Puedes hacerme un favor a cambio? —comentó con la voz serena, apoyando su cabeza entre mi hombro y mi nuca. Estaba demasiado cerca.

—Wowow, ¿qué crees que haces, viejo? —intenté alejarlo.

—Solo quédate quieto un momento —continuó. Luego, extendió los brazos y me abrazó cálidamente

—¿Qué haces? —expresé con nerviosismo.

Troye inclinó la cabeza y se quedó callado. Poco después, soltó un suspiro, logrando tensar levemente mi cuerpo.

Intenté relajarme pues aquel abrazo no se sentía tan mal, era tierno de su parte, pero era extraño ¿Qué pasaba con Troye? Él no era así.

—Jaja, oye ya basta -reclamé ya inquieto —. Te pido perdón por ser tan irritante, ¿si? Prometo no volver a tirarte papelitos, ni quitarte los audífonos, ni comerme todas las fresas del refrigerador, ni apagarte el agua caliente mientras te bañas, ni intercambiar tu leche matutina por laxante para mi propio entretenimiento...

—¿Qu...

—Hey, Will... ¡No es que lo haga todos los días! Quiero decir... Es que a veces no hay mucho que hacer, y pues... Tú eres mi compañero, y hay confianza y esas cosas...

Troye se alejó un momento y me miró sorprendido. Luego desvió la mirada hacia la ventana mientras yo continuaba soltando información con nerviosismo. Antes de notarlo, la expresión en su cara cambió. Algo me decía que estaba asustado. Él se disculpó por interrumpir lo que le estaba diciendo y se dirigió a su cuarto para ponerse más ropa. Finalmente, salió corriendo de nuetsro departamento.

Y no volvió en poco tiempo...
...Ejem.

No es como si me hubiese quedado esperando a que llegara...

Guauf.

¿Qué me dices si hablamos?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora