capítulo 10

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Qué quieres decir? –La voz de la rubia apenas era un susurro.

-Eso Sam, no sé como paso… ella me – ¡Zaz!

-¡Sam! No… -intentaba decir Carly, pero después de la primera vino la segunda y Freddie no hacía nada para defenderse, solo miraba fijamente el piso.

-¿Cómo pudiste? –Gritaba ella con lágrimas en los ojos. –Allí ya tienes tu maldita escusa, no nos querías y dejaste que alguien se lo llevará.

-¿Cómo puedes creer eso? Ella me…

-No quiero escucharte –gritó Sam caminando hacia la mesa donde estaba el pastel. -¿Sabes? Me arrepiento de haber hecho esto para ti –bramó antes de lanzarlo contra el piso. –Me arrepiento de haberme enamorado de ti… todo lo tuyo fue un engaño y… y… vete.

Freddie la miraba herido y la morena podía verlo.

-Te levantaras, agarras todas tus cosas… no, mejor aun yo me voy de esta mierda –gritaba la rubia caminando hacia las habitaciones.

-No, no… yo me iré –la voz de Freddie era dura, como si intentara ocultar el dolor que llevaba en su interior.

La rubia lloraba desconsoladamente desde la cama y al mismo tiempo lo observaba empacar. De vez en cuando el castaño fijaba su mirada en ella sin hacer nada más, solo mirarla. Sus ojos estaban rojos, como si hubiera llorado por horas, pero en realidad Freddie no había derramado ni una solo lágrima.

-Ya eres libre… -murmuró Sam. –Apenas consiga a mi bebé nos divorciaremos.

Él asintió sin mostrar sentimiento alguno, solo quería salir de allí. Cerró su maleta antes de caminar hacia la sala.

-Puedes quedarte en mi casa, esto se puede solucionar… -decía Carly para animarlo.

Freddie negaba con la cabeza mientras caminaba hacia la salida.

-Freddie espera… -él ni siquiera se giró ante el llamado de Sam. –Mañana te esperaré en la estación de policía, tú y yo sabemos que hoy no harán nada…

-Ya hice la denuncia si eso es lo que quieres, de todas formas nos quieren mañana allá –susurró antes de salir por la puerta.

Caminó sin dirección alguna hasta llegar a Brushwell Plaza, lo primero que pensó es que quería ver a su madre, sentirse protegido a toda costa. Subió ocho pisos por las escaleras antes de tocar la puerta. Segundos más tarde su madre lo recibió sonriente, lo invitó a pasar mientras lo acogía en un abrazo.

-Ya sabía yo que esa mocosa se iba a equivocar –decía Marissa convencida.

-Ella no hizo nada malo… -murmuraba el castaño con voz temblorosa. –Yo sí al perder a David.

-No digas eso, no sabes lo aliviada que me siento –su madre estaba feliz y él no podía entenderlo. –Ahora si podrás cumplir tus sueños, ir a la universidad porque…´

-¿No lo entiendes verdad? –murmuró Freddie con la mirada fija en el suelo. –Estoy enamorado de esa "mocosa" como tú dice y ese niño, a pesar de no ser mío, lo amo y estoy desesperado por conseguirlo y a ti lo único que te interesa es mi maldito futuro. ¿Qué clase de mierda tienes en tu cabeza Marissa? Me da vergüenza que tú seas mí madre.

Freddie se levantó y caminaba directo hacia la salida, pero ella tenía otras cosas en mente.

-Quédate conmigo y yo haré que ese niño aparezca…

-¿Qué estás diciendo? ¡Oh por Dios! ¿Mamá tu eres la causante de esto? –Ella negaba con la cabeza y miraba hacia todas las direcciones. –Te juro que si algo le pasa a mi hijo… te mato.

Yo te cuidaré (seddie)Where stories live. Discover now