capítulo 13

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Los rayos del sol golpearon con fuerza en su rostro, a pesar de estar cómoda en los brazos de Freddie, Sam no quería seguir acostada. Sus ojos se deslizaron por el pecho de su esposo, ya poco quedaba del niño que solía atormentar en la preparatoria, pensó con ironía. A su lado, se encontraba un hombre apuesto, terriblemente apuesto y no se arrepentía de nada, ni siquiera se preocupaba por lo que él pudiera pensar porque sabía que todo estaría bien. Lentamente salió de la cama y buscó algo de ropa para poder bañarse, no quería hacer tanto ruido y despertar a su esposo tan temprano. "Mi esposo", esas palabras escaparon de sus labios mientras esbozaba una sonrisa. Ella tenía más de un año de casada y apenas le entusiasmaba la idea de ser eso, su esposa.

Sam comenzó a llenar la tina con agua fresca, no pretendía relajarse con agua tibia tomando en cuenta las altas temperaturas de ese día, hacía un calor de muerte. Lanzó un pequeño suspiro de placer al hundir su cuerpo lentamente en la tina, las sales de lavanda eran un toque refrescante, el olor le relajaba. Alrededor de una hora duro el baño de la rubia, el tiempo voló ella no notó lo tarde que era.

Después de vestirse, Sam se desplazó hacia la cocina para preparar un desayuno rápido, pero completo. Ser ama de casa no era una tarea que le agradara años atrás; ella siempre critico a ese tipo de mujeres, sin embargo, debía tomar en cuenta su entorno social cuando era una pequeña. Su vida ciertamente era una desastre en aquellos tiempos, su madre fue una alcohólica que nunca la aprecio ni le enseñó valores que forjaran su adolescencia y adultez. En cambio, Spencer buscó su bienestar mostrándole lo bueno y lo malo a pesar de que la rubia no le prestara mucha atención, ella había aprendido más en ese ultimo año con Freddie que todo lo que pudo aprender en toda su vida.

Panqueques con fresas y miel, el desayuno favorito de Freddie. Ahora ella sabía cuales eran sus gustos y estaba feliz de cocinarle; además, amaba cocinar. Le emocionaba ver ese brillo que tenían sus ojos achocolatados al probar su comida.Al cabo de quince minutos todo estaba listo, la mesa servida y solo faltaba Freddie.

Cuando Freddie despertó esa mañana los rayos del sol se colaban en su habitación con fuerza, pero no le importaba. Antes de levantarse comenzó a reflexionar Él no está seguro de lo que pudo haberlo impulsado esa noche para defenderla y gritarle a Pam Puckett que Sam no estaba sola, pero no se arrepentía de nada. Ahora más que nunca sabe cuanto ama a la rubia; no solo era su belleza innegable, también se debía a sus sentimientos y personalidad única. Él estaba realmente enamorado de toda ella, no había defecto al menos ninguno que le molestara porque la aceptaba tal cual. Pero más importante ella le había regalado lo más especial y emocionante de su vida, un hijo.

David, al principio estaba preocupado porque no sabía como ser padre, él nunca tuvo uno. Sin embargo, no era demasiado tarde para disfrutar de su padre. De cualquier forma, su hijo y su esposa pasaron a ser lo más importante de su vida y dar ese paso tan importante con Sam lo aterrorizaba y emocionaba de formas inimaginables.

El olor de los panqueques golpeó sus sentidos trayéndolo de donde sea que sus pensamientos lo tenían cautivo. Algo irónico por así decirlo, pensó esbozando una sonrisa. Desde hace más de un año no ha dejado de pensar en Sam en ningún momento y sentido. Estaba presente en su mente y cuerpo tanto en sus pensamientos, fantasías y anhelos.

Fue una buena mañana,Sam caminaba junto a Carly y Freddie por los pasillos de la universidad. Spencer accedió a cuidar a David con su nueva novia Caroline, era una cosita dulce que al parecer amaba en serio al mayor de los Shay, y lo más importante era que lo aceptaba tal cual como era.

"Creo que ya lo encontré", susurró Carly algo insegura.

"Vamos, nunca pensé que me perdería en un lugar como este", Freddie comenzó a reír de las ocurrencias de la rubia.

"Ciertamente, tenemos más de veinte minutos aquí", secundó Carly con una sonrisa. Apenas había notado como sus amigos se estaban comportando. Había algo diferente en ellos, algo que no sabía precisar.

Después de unos minutos, Freddie y Sam estaban oficialmente inscritos en la universidad. El castaño se despidió, le tocaba trabajar y a la rubia ir al doctor, era su cita ese día.

Yo te cuidaré (seddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora