Acto 16

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RANMA NO ME PERTENECE, SOLO HAGO ESTO POR DIVERSIÓN

Cuando las palabras sobran

Acto 16

Lo positivo de la globalización, era la facilidad de comunicaciones que había en estos tiempos. Alguien que vivía en los Estados Unidos fácilmente podía comunicarse con alguien que estaba en Japón. Eso ya no debería ser un problema.

Bueno, en la mayoría de los casos.

Pero cuando hablamos de Ranma y Akane las cosas se tornan un poco diferentes. Porque aparte de ser los sujetos más testarudos y tímidos del planeta, tampoco eran muy duchos en el uso de material tecnológico.

Pero aun así, en los ya seis meses que llevaban separados, habían intercambiado, si bien ninguna carta, si varios mensajes vía whatssap que era la aplicación que en parte les había facilitado la vida, aunque tampoco es que escribían mucho.

Aparte de la timidez, tampoco tenían el tiempo.

Ranma entrenaba duro y había superado todas las pruebas para ser peleador de aquel programa de televisión norteamericano. Sólo por las noches tenía un poco de libertad, y la diferencia horaria nos les hacía fácil las cosas.

De todas formas, tampoco Akane podía darse la libertad de comunicarse como hubiera querido, ya que había aplicado para la beca que le habían ofrecido, estudiando cómo podía para los exámenes de ingreso, que como era lógico, y se veía en los cursillos preparatorios, la joven podía sortear muy bien.

Es decir, ambos de alguna forma estaban logrando los sueños que tanto habían anhelado; y lo irónico es que la única forma de poder cumplirlo había sido separándose.

Era lo realmente doloroso.

Akane lo superaba estudiando como nunca, y Ranma entrenando duramente.

Él que peor lo pasaba era Ranma que había tenido que acostumbrarse a un nuevo estilo de vida: nuevos horarios, gastronomía diferente, y un idioma que casi no entendía, pero al cual tuvo que adaptarse y aprenderlo a la fuerza; o de lo contrario no hubiera sobrevivido.

El programa le había cedido un piso en el centro de Los Ángeles, pero el resto Ranma tuvo que arreglárselas solo. Y con su carácter poco dado, las cosas le habían salido complicadas al inicio, y a eso sumado que no pudo obtener aliados o amigos tan pronto, porque todos lo demás lo veían como un intruso extranjero que fácilmente podía hacer trampa con esos saltitos "chinos", como le salían a las técnicas que usaba el joven peleador.

Finalmente luego de pasados esos seis meses iniciales, fue que el joven al fin pudo ser capaz de enviarles a su familia en Japón, la primera remesa de dinero. Con su ida, y lejos de los ingresos que tenían del gimnasio, no había entrada en la casa, mas con el dojo que a duras penas pudo ser arreglado, pero con la irreparable consecuencia de que ya no pudieron recuperar a los alumnos.

Así que el primer dinero que Ranma envió, fue un alivio para la economía de la casa.

Todo hubiera estado bien, y hubieran pasado un tiempo sin aprietos económicos, pero al final tuvieron que darle la mayor parte a Genma quien había hipotecado su casa recién construida en esos meses, y al apuro tuvieron que usar el dinero para recuperarla ya que estaba a punto de perderse en manos de acreedores.

Fue un desastre que Akane tuvo que hacerles jurar a todos que no le dirían a Ranma para preocuparlo. Así que fue un asunto que se ocultó.

Ranma había dejado precisas instrucciones a su esposa, que se dedicara a estudiar, que dinero no le faltaría, pero evidentemente este "pequeño problema", que había sido uno de los detonantes para la marcha de Ranma, no pudo ser solucionado realmente por los problemas; en mayor parte acarreados por deudas de Genma, así que este "problema" nunca pudo ser arreglado totalmente por más dinero que Ranma les remesase desde la tierra del sueño americano.

Cuando las palabras sobranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora