Prólogo

205 13 9
                                    

Unos pasos lentos y apagados marcaban un camino sombrío a través de las hermosas luces de los letreros de la ciudad Eras, lugar de emergente tecnología y sede tanto de uno de los laboratorios pokémon más prominentes como un centro para el encuentro de la cultura popular.

En las pantallas de los edificios de altura importante se dibujaban los anuncios estelares de la llegada a la ciudad de una celebridad. Y al mismo tiempo un chico tambaleante se convertía en una ilusión en los tumultos de gente corriendo para llegar a la sede donde se llevaría a cabo el evento del año.

Aun a pesar de las gruesas telas, botas y guantes el frío de aquel día no podía ser apartado. Cubierto de pies a cabeza un chico de prominente cabello castaño sucio cubierto de cenizas blancas por la época que la región presentaba iba en un aparente sin rumbo, en sus ojos que solo reflejaban el fervor de los destellos del ambiente externo ya no habitaba ni un pensamiento, solo vacío eterno que engullía despiadado el alma de todo aquel que se acercara o mirara sin precaución.

Los escalones de la sede de la gran exhibición nunca habían parecido tan largas e inmensas para una persona como para el chico cuyo cabello largo cubría prácticamente todo su rostro, subió a duras penas y con un brazo flacucho, muestra del poco alimento que un cuerpo maltrecho como el suyo recibía, a duras penas empujó la gran entrada de metal adornada con anuncios electrónicos que vitoreaban la llegada de la gran reina.

A sus alrededores solo había asientos solos, algo esperado para la zona VIP del gran escenario.

Se sentó débil dejando caer su cuerpo, su mochila roja se estrelló contra el suelo dejando caer sus pertenencias; pociones, pokéballs, cura total y varias botellas de repelente. Sin importancia miró con indiferencia el hecho y se dejó caer sobre el asiento, un pedazo de papel de entre sus cosas lo hicieron recordar aquello por lo que sus manos, piernas y costado estaban tan heridos, tocó sus mejillas buscando lágrima aunque, hacia algunos días no había podido hacer salir ninguna.

Se enderezó para ver el espectáculo que ya había comenzado en algún momento desconocido en el tiempo, sacó una pokéball que por alguna razón temblaba, sin embargo, el chico sacaba fuerza de una dimensión desconocida para estrujarla.

-Lo siento tanto, pero el profesor te cuidara.

El mundo se congelaba a pesar que ya habían pasado un par de meses desde el horrible incidente de la isla.

Se paró y en la sala se encontraba una maquina transportadora la activo y eligió su destino, una región muy lejana, sus manos apenas y podían sostener los botones pero lograron terminar la tarea, de repente una voz de un hombre de edad se hizo presente junto con una pequeña ventana de vídeo en la pantalla, pero el chico apago el dispositivo de inmediato. Y cayó al suelo adornado con una bella alfombra. Después de un rato salió del lugar, en su camino encontró a un montón de personas a las cuales les dijo que la habitación VIP podía ser usada por ellos a cambio le tendrían mostrar cómo llegar a la área de entradas común, desperdiciando así el obsequio de un amigo.

Cuando llegó al área común con las demás personas solo había libre el asiento de la última fila a un lado de la entrada en la parte más alejada en donde ya no se podía escuchar ni ver la atracción de forma directa.

Su espalda lo castigaba, aunque hacía mucho que había dejado de tomar la medicina para el dolor de sus heridas, por más insoportable que estas fueran.

Estaba tan exhausto, su visión se borraba, el cansancio y el hastío lo sumergían en una espiral oscura como una tormenta a mitad de la noche en la que su subconsciente se perdía. No era la primera vez que le ocurría a causa de su bajo consumo de alimentos, solo fingiría estar dormido como tantas veces.

No obstante, una delicada mano impidió que su nuca cayera de frente para estrellarse contra el asiento de la siguiente fila.

-Cuidado- la música se detuvo y con ella parecía haberle seguido el tiempo.

Una persona cubierta de pies a cabeza con una manta negra se perdía entre las penumbras, ni su rostro ni cuerpo eran visibles, pero hubo algo, algo que se quedó bien gravado en su mente. Rojo, una tan hermoso que en un momento le pareció tratarse del atardecer.

Intentó pronunciar algunas palabras, pero una canción sonó y un juego de luces que hizo crecer los aplausos y los gritos que no habían cesado en todo momento se volvieron ensordecedores, el gigante escenario se congeló, no en el frío, sino que en los techos listones de colores luminosos y etéreos era como si la primavera hubiera llegado dentro del estadio.

Lo siguiente que recuerda fue volar por los aires esa capucha, y oír unos pasos rápidos y ágiles alejarse antes de desaparecer entre las alas de un pokémon.

Lo ojos del chico y su cerebro no podían procesar aquel espectáculo, sus manos y piernas comenzaron a dejar de temblar y un sentimiento extraño comenzó a arder dentro de él, pero volvieron cuando de en medio del escenario una hermosa joven que dejaría a cualquier diosa en ridículo salía como un cerezo en flor, como la representación de cada secreto que vale la pena resolver en el mundo. Las luces tenues como fuegos fatuos danzaban hermosas, y rodeada de ellas una reina de cabellos del amanecer bailaba.

Por un tiempo indefinido el joven chico miró el espectáculo, no sabía si había luces o sombras o si se trataba de una ilusión por su estado, pero sus manos comenzaron a temblar en un frenesí, no de miedo y duda, en una fuerte de sensación de gritar, gritar como nunca antes había hecho antes, en algún momento se había volteado y comenzó a descender por las escaleras hasta aproximarse al escenario donde en ningún momento dejo de ver a su objetivo. Sin que sus fuerzas se apagaran en algún momento gritó y aunque su ruidoso rugido quedo eclipsado por los de las demás personas por un momento la chica pareció mirarlo por un breve segundo, pensó que había visto a lo más bello que había en este mundo o en cualquier otro.

La chica dejo caer uno de sus listones pero solo el chico pudo verlo y un débil aire lo dirigió hacia su mano, lo atrapó y se aferró a él como a la vida misma.

El espectáculo terminó pero desde el número de la chica misteriosa, no pudo reaccionar a nada.

Desde su corazón que parecía haber recordado volver a latir sintió un calor indescriptible, en sus ojos y alma estallaban, un universo joven había nacido dentro de él.

Salió, se movió por acto de reflejo y comprendió el extraño sentimiento que surgió en su pecho una cálida primavera que brotaba en su corazón y dominaba su cuerpo, lo entendió y tomó una decisión.

Su rostro tembló y de él una débil sonrisa se dibujó dejando caer una pequeña lágrima sobre el listón.

Aun a pesar del frío y de sus débiles músculos corrió todo el camino a casa dejando atrás una estela de nieve, cuando llegó a su hogar en donde había una luz en la sala, el chico la abrió de golpe y una mujer joven lo miró sorprendida.

-Tía, yo, yo... ¡Quiero ser reina de Kalos!

-------------------------------------------------------------------------------------------------------

Buen día tengan espero que esta parte de la historia haya sido de su agrado. Desde hacía mucho tiempo quería escribir algo relacionado con pokémon pues toda mi infancia y hasta el día de hoy es una de mis franquicias favoritas.

Espero poder recibir sus comentarios, opiniones y/o críticas.

Gracias.

Pokémon: Sweet and Bitter StepsWhere stories live. Discover now