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El teléfono de Pete sonó, tenía una llamada de un número desconocido.

Seguro que es Mikey -Pensó Pete

Entonces respondió

-¿Aló?

-Hola Pete, soy Michael.

-Holaa Mikey, ¿Qué tal? ¿Qué pasó?

-Estuve pensándolo, estoy seguro de que por mi culpa mi familia está como está, por mi culpa mis padres ya no se hablan tanto como antes, y de mi familia solo tengo a mi hermano, por mi culpa todo está así.

-No Michael, claro que no. Todo eso es por culpa de tu padre, no tuya.

-Pero todo fue porque soy gay, por cierto ¿Cómo diablos sabías que lo era?

-Olvida eso Michael, no pienses cosas malas, no hagas nada malo.

-Lo siento pe...

En ese momento el teléfono de Pete se descargó

-¡No! ¡Ahorita no!

-¿Sabes dónde vive? Necesitamos ir, ya me preocupé Pete.

-Creo que si, vive al frente de una plaza ¿Recuerdas esa plaza en la que nos quedábamos antes a hablar?

-¡Pues entonces anda rápido!.

Patrick le dio una chaqueta y fue a abrirle la puerta a Pete.

Una vez que llegó a la plaza salió  corriendo. Pete sentía que se moría luego de correr tanto.

Es esa casa marrón de ahí. -Pensó  Pete.

Fue hacia la puerta.

-¡Michael! ¡No hagas nada malo por favor! -Decía Pete, lo que él no sabía era que Michael estaba sentado tras la puerta llorando.

-Mikey... por favor abre la puerta... ¿Quieres saber por qué soy tan bueno contigo?... bien, porque aunque te haya conocido hace unas horas no puedo negar el hecho de que me importas, no quiero que te sientas sólo, porque no lo estás, estoy y estaré aquí y te lo prometo, sé que decirlo ahorita sea muy rápido... quizás... pero siempre que necesites a alguien piensa en mí, porque siempre, a cualquier hora estaré para lo que quieras Michael, no estás solo, no has perdido todo, estoy yo y de ahora en adelante te ayudaré, lo prometo... -dijo Pete, feliz de haber dicho por fin lo que necesitaba decirle.

Hubieron varios segundos de silencio.

-¿Mikey?... ¿Estás ahí? Si es así por favor responde. -dijo Pete pensando en que posiblemente era mejor haberse callado.

-¿Todo eso lo dijiste en serio? -dijo Michael secándose las lágrimas.

-Sí, todo lo dije en serio, es lo que siento Mikey, déjame pasar...

Dicho esto, Michael se levantó con cuidado y abrió la puerta, Pete de una vez le dio un abrazo.

-Sabes que aún estoy y estaré yo.

-Pero aún así seguirá siendo mi culpa lo que ha pasado con mi familia.

-¡No es tu culpa! Y nunca lo fue, todo es culpa de tu padre.

-No merezco seguir viviendo ¿sabes?

-¡NO VUELVAS A DECIR ESO MICHAEL!

Dejaron de hablar al momento que escucharon que un policía tocaba la puerta, hasta que abrió la puerta.

-¿Quién de ustedes es Michael Way? -preguntó y Mikey dio unos pasos al frente.- Bueno, señor Way, tendrá que irse con nosotros.

-Espere, ¿Por qué está usted aquí? -dijo Pete confundido.

-Recibimos una llamada de Patrick Stump, nos notificaba que Way iba a cometer un suicidio. -dicho esto el oficial se llevó a Michael y Pete sólo veía como le ponían esposas y entraba al auto.

                      *** ***

Mikey despertó al escuchar que alguien tocaba la puerta, miro la habitación en la que estaba, un lugar de paredes celestes y una cama algo incómoda. Él estaba en un hospital psiquiátrico, cada día deseaba que faltara poco para irse, siempre pensaba en lo último que le había ocurrido antes de llegar a ese lugar, haber ido a la cafetería con Brendon y unos amigos, Pete diciéndole lo tanto que lo quería, Gerard visitandolo por una tontería. Todo eso había ocurrido hace 2 meses.

Volvieron a tocar la puerta.

-Pase. -dijo Mikey

Había entrado un hombre, era el terapeuta de Michael, el Dr. Alfred Drevis.

-Hola Mikey, ¿Qué tal? Espero que estés muy bien. -dijo con una sonrisa.

-Uh, pues estoy bien.

-Perfecto, tienes varias personas que te han querido venir a visitar, y hoy es el día de que vengan algunas, Mikes. -El doctor se apartó y dejó entrar a una mujer, Michael al verla sus ojos quedaron como platos.

-¿M-Mamá?

-Mi bebé...

Michael se levantó de su cama y salió corriendo con una gran sonrisa para abrazar a su mamá, luego de un rato pasó el mejor amigo de Michael, su hermano, Gerard, quien en ese momento  estaba atrás de Donna.

-Gerard. -dijo Mikey mientras se alejaba de su mamá y se acercaba a Gerard para abrazarlo, Michael estaba llorando pues los extrañaba demasiado. Luego de 4 minutos de abrazar a su madre y a Gerard, decidió hacer una pregunta que tenía mucho rato en mente.

-¿Qué pasó con Donald? -preguntó Michael

-Se largó de nuestras vidas. -dijo Donna.

-Ojalá que sea por siempre. -respondió Gerard

-¡Gracias a Dios!

Estuvieron cerca de una hora hablando sobre lo que había pasado esos últimos 2 meses. Hablaron hasta que Alfred entró a la habitación.

-Perdonen, pero es hora de que Michael haga su terapia, pueden volver en una hora.            

                     *** ***
-¿Cómo te has estado sintiendo?

-Mucho mejor que antes. -respondió Michael.

-¿Has estado escuchando o viendo cosas?

-A veces escucho la voz de mi hermano y de mi mamá, a veces los veo de reojo pero volteo y desaparecen... y...

-¿Y...?

-Casi siempre tengo pesadillas, sueño con que le hago daño a la gente a quien más quiero... mi mamá, Gerard, Brendon, Ray, Pete...

Alfred anotaba todo lo que decía Mikey.

-De acuerdo, puedes irte.

-Okey... gracias.

Michael se fue y se acostó para luego pensar en cuando se supone que volvería a su casa, es decir, no le molestaba mucho ese lugar, pero extrañaba por montón su casa, extrañaba poder salir con sus amigos y su hermano para hacer locuras, extrañaba escuchar música y tocar el bajo hasta horas de la madrugada, extrañaba ver a Pete aún si sólo lo hubiese visto un día, ese fue un día de suerte para él.

Michael extrañaba todo, extrañaba a todos.

Fragile [Petekey]Where stories live. Discover now