Cap 43

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Cuando Jorge termino de leer, tenía lágrimas en las mejillas, toda su vida había vivido engañado, había odiado a su papá, lo había culpado de la muerte de su madre y la verdad era que lo único que hacía era protegerlos, protegerlos a todos, y su mamá se había sacrificado por él, por su padre, seguro que ellos se amaron de una forma completamente única… no podía asimilar la verdad, sentía que toda su vida era un engaño, no creía todo lo que acababa de leer, y menos aún sabía cómo sentirse, se puso de pie y salió de su habitación, bajo y vio a Maggie sentada en el comedor aún con el rostro entre sus manos, Jorge tenía la carta en las manos, la doblo y la sostuvo con fuerza.
-¿Por qué no me la diste cuando tenía 15 años? Mi mamá quería que me la entregaran y no lo hicieron…-le dijo Jorge a Maggie con la voz cortada.
-Fue por tu bien, si sabías la verdad, entonces estarías en peligro porque querrías estar con tu papá… y eso no era posible…-le dijo la nana y él negó con la cabeza.
-No tenían derecho…-dijo y Maggie se puso de pie y apoyo sus manos en los hombros del chico, pero él se apartó.
-Ahora al menos sabes que el amor no es un fraude, que existe y es hermoso, podrás ir y demostrarle que la amas, ya no tienes nada que temer…-le dijo Maggie y Jorge negó con la cabeza.
-Te equivocas, no importa lo mucho que la amo, leer esto solo me hizo darme cuenta de algo, el amor entre mis papás era completamente verdadero y aun así ambos terminaron lastimados, incluso nosotros… y mi mamá murió, yo no permitiré que eso pase con Martina.
-Jorge no… no le veas el lado negativo…-pidió Maggie, pero él ya estaba yéndose-¿a dónde vas?
-Con Martina... es la única persona que me ha sido sincera, y la única que podrá ayudarme a asimilar esto-dijo enseñando la carta y luego dio un portazo y subió a su auto.
Martina estaba sola en su casa, su mamá había salido hacia ya horas, ella se encontraba desayunando en el momento en que alguien comenzó a tocar el timbre como loco, ella corrió a la puerta asustada y cuando vio a Jorge ahí parado con una cara completamente afligida, no supo que hacer y se quedó mirándolo confundida.
-Hola-le dijo él y ella frunció el ceño.
-Dime que no vienes a molestarme…-dijo ella y él negó con la cabeza-oye ¿qué tienes? Estás muy mal…
-Me dieron una carta de mi mamá…-le dijo y ella sin esperar más lo hizo pasar, cerró la puerta y lo miro confundida.
Jorge sentía que ya no tenía fuerzas de nada, quería dejar de existir por un tiempo y no tener que pensar, Martina lo miraba sin saber que decir hasta que él suspiro y le entrego la hoja.
-Esta mañana Maggie me dio esta carta, dijo que solo ella, George y tu mamá sabían de su existencia y que entre ella y mi papá decidieron no entregármela, hasta este momento… léela.
-Bueno… ven aquí, realmente estas mal…-le dijo mientras hacía que se sentara en la sala, fue por un vaso de agua y se lo entrego, él comenzó a beberlo y la miro mientras ella leía la carta y hacía expresiones de sorpresa y llego un momento en que dejo de pensar, mientras que ella estaba atónita por la carta, él se había perdido en el rostro de la chica, en su belleza, lo desconcertaba por completo todo el amor que sentía por ella... de un momento a otro, Martina comenzó a llorar, Jorge se puso de pie hasta ir a su lado, se sentó junto a ella y la rodeo con un brazo, ella le sonrió y siguió leyendo, para ella, lo que Kate y George habían hecho era el acto más grande de amor… un amor que jamás podría compararse. Cuando termino de leer, doblo la carta y se la entregó a Jorge, lo miro y suspiro.
-¿Cómo te sientes al saber esto?-le pregunto ella y él la miro profundamente, limpio sus lágrimas y luego suspiro sin dejar de contemplarla.
-Siento que he vivido toda mi vida engañado, me alegra saber que mi papá siempre la amo, que siempre me amaron, el asesino de mierda es el segundo Tom al que quiero matar y algún día lo hare, cuando sepa en donde está, estoy enfadado con Maggie y George porque jamás me entregaron la carta hasta 3 años después, me siento culpable por culpar a mi papá de la muerte de mamá, tengo miles de preguntas que hacerle, iré a hablar esta tarde con él…
-Wow… muchos sentimientos, te acompañare a hablar con tu papá, no hay discusión, te apoyare en esto, quizá ahora te sientes molesto y confundido, pero después te darás cuenta de que la verdad siempre es mejor que una mentira y sobre Tom… te ayudo a matarlo-dijo ella y él le sonrió.
-Gracias, por todo, a pesar de lo mal que me he comportado, tú estas aquí apoyándome como si nada hubiera pasado-le dijo él y ella asintió.
-Tú harías lo mismo…-le dijo segura.
-¿Sabes? En este momento quisiera desaparecer…-le dijo el chico y ella se puso de pie, únicamente para sentarse en las piernas de Jorge y acariciar su rostro con ambas manos, haciendo que él cerrara los ojos instintivamente.
-Yo no quiero que desaparezcas-dijo ella en un susurro y él abrió los ojos y la miro profundamente, dejándola sin aliento-Jorge… ya no puedo más… no te quiero lejos de mi…
-Martina yo…-le intento decir, pero ella unió sus labios en un corto y dulce beso.
-Eres mi vida Jorge Blanco…-le dijo ella con todo el valor que pudo y luego volvió a besarlo, Jorge no podía procesar lo que ella acababa de decirle así que le devolvió el beso un momento y luego vino a la mente lo que paso con sus papás y se separó de ella un poco.
-No digas eso… por favor…-le pidió y ella lo beso nuevamente y luego lo miro a los ojos.
-¿Aún piensas que el amor es un fraude?-pregunto ella y él asintió.
-Ahora más que nunca…-le dijo Jorge y los ojos de Martina se llenaron de lágrimas, se sentía tonta, pero no podía evitar que le doliera que él no la amara…
-No lo hagas…-le pidió y él se dio cuenta de que una lágrima caía por su mejilla y sintió como todas sus barreras se derrumbaban y la beso tiernamente.
-Mi amor… no llores…-le pidió limpiando sus lágrimas y ella sonrió tímidamente, él la había llamado “mi amor” de forma inconsciente-realmente eres mi debilidad…
Dicho esto, unió sus labios nuevamente con los de ella, esta vez de una forma más necesitada, pero sin dejar de ser tierno en ningún momento, ambos comenzaron a mover sus labios a un mismo ritmo, él exploraba cada centímetro de la boca de Martina a pesar de que ya la tenía completamente memorizada, acaricio su rostro dulcemente y luego bajo sus manos por los hombros de ella hasta su cintura y ahí las dejo, mientras que ella las ponía delicadamente en el cuello de Jorge, habían extrañado tanto sentir sus labios juntos, que sentían que el beso era mejor que nunca, se separaban únicamente para respirar, luego se pusieron de pie y caminaron hasta llegar a una pared, donde Jorge la acorralo y la siguió besando delicadamente, era un beso lleno de amor y pasión al mismo tiempo, dejo de besar sus labios y comenzó a besar su mandíbula, su nariz, su cuello y a acariciar cada parte del cuerpo de Martina, ella mientras tanto, se sentía perdida entre sus besos y sus caricias. Poco a poco el beso fue tomando intensidad y las manos de Jorge se deslizaron por debajo de la blusa de Martina, haciendo círculos en su piel y haciéndola suspirar continuamente, se deleitaban con el movimiento de sus labios, unos sobre otros, moviéndose acompasadamente, poco a poco, Jorge fue quitando la blusa de Martina y cuando al fin lo logro, la dejo caer en el piso y en lugar de volver a besarla únicamente se quedó mirándola, de arriba abajo y con una media sonrisa, ella se sonrojo notablemente y el chico se acercó un poco y con 2 de sus dedos fue acariciando la piel de Martina, desde el cuello hasta el abdomen, sin pensar en nada más, con los pulgares acaricio sus pechos y luego subió sus manos a su rostro y la miro profundamente.
-Eres perfecta…-le susurro antes de unir sus labios nuevamente con todo el amor que sentía por ella, dejándola sin respiración, era un amor exageradamente inmenso…
Sin dejar pasar más tiempo, Martina quito la playera de Jorge, dejando su torso descubierto, cuando su piel estuvo junta, sentían que quemaba, pero era un calor agradable que los excitaba a ambos, no se separaban para nada, querían sentir sus cuerpos unidos nuevamente, Jorge bajo sus manos hasta los jeans de Martina y los desabrocho, los fue bajando hasta dejarla únicamente en ropa interior, contemplo toda su perfección antes que nada y ella se rio ligeramente y luego lo beso dulcemente y lo miro a los ojos, se sentían completamente perdidos, Jorge la tomo en sus brazos y fue subiendo las escaleras sin parar de besarla, se sentía perdido en ella por completo, acariciaba su cuerpo, besaba su cuello, su mandíbula, sus pechos y sentía que nada era suficiente, ningún contacto físico bastaría jamás para que ella entendiera lo mucho que él la amaba, aunque así lo prefería, ella no debía saberlo… cuando llegaron a la habitación, bajo a Martina y se miraron a los ojos, sonriéndose y luego suspiraron como 2 enamorados, Jorge acaricio el rostro de Martina y luego la volvió a besar suavemente, sus respiraciones eran acompasadas, pero el pulso de ambos era completamente acelerado, Martina dejo de besar a Jorge únicamente para mirarlo, con uno de sus pulgares toco y delineo los labios de Jorge y luego sonrió.
-Amo tus labios-susurro y él le sonrió.
-Yo amo todo de ti, tus ojos, tus labios, tu nariz, tu rostro, tu cuerpo...-le dijo y luego respiro profundamente sin dejar de mirarla-y tu personalidad, tus defectos, tus cualidades, cada pequeña cosa, por más insignificante que sea…
-Eres un tonto Jorge…-dijo besándolo nuevamente de forma dulce y luego lo miro-perdóname por todo lo que te dije ayer en tu casa… fue la mentira más grande del mundo, no me arrepiento de nada de lo que he vivido contigo…
-Perdóname tu a mí por haber sido tan cruel contigo en este tiempo…-se disculpó él mientras caminaban por la habitación hasta llegar a una pared.
-Supongo que tuviste tus razones… solo… quiero pedirte algo… y necesito que lo prometas, que me lo jures…
-Lo que sea…-le dijo él y luego se arrepintió, que tal si le pedía algo imposible.
-Júrame que jamás te alejaras de mi nuevamente, pase lo que pase…-le dijo ella y él bajo la cabeza al escucharla, era obvio que él no quería dejarla…
-Mientras sea por tu bien, siempre estaré contigo… te lo juro, nunca me separare de ti-le dijo él con un gran esfuerzo, no era algo que pudiera prometer realmente… ella le sonrió y luego lo beso nuevamente y él se separó y la miro nuevamente, aunque le doliera, tenía que asegurarse de algo…-y tú, júrame que pase lo que pase… jamás te enamoraras de mí.
Cuando Martina escucho eso, obviamente le dolió demasiado, fue muy tonta si creyó que ahora Jorge estaría dispuesto a amar, él no quería amor en su vida y no cambiaría por ella, con todo el esfuerzo y dolor del mundo, lo miro a los ojos y en silencio se castigó por la gran mentira que diría.
-Eso sería imposible…-respondió y él sonrió a medias, lo que en un momento había sido un momento hermoso ahora estaba lleno de dolor.
-De acuerdo…-le dijo y ella, sin querer pensar en nada más lo beso, él se dejó llevar, siguiéndole el beso, acariciando su cuerpo, subió sus manos y desabrocho el sostén de Martina, luego le quito sus bragas, siguieron besándose y besándose hasta el momento en que ambos estaban desnudos y su anatomía se acoplada de una forma perfecta, como si hubieran sido hechos para estar juntos, cayeron en la cama, Jorge estaba sobre ella y la besaba de una forma dulce, pero con pasión, si la primera vez que habían tenido relaciones había sido un acto plenamente salvaje, este era lo opuesto, ambos estaban conscientes de que era eso lo que más deseaban, solo sentirse el uno al otro y por lo tanto actuaban de una forma delicada y tierna.
-¿Recuerdas nuestra primera vez…? Acordamos que solo sería sexo salvaje…-le dijo ella y él la miro extrañado, y antes de que pudiera decir algo más, presiono sus labios con un dedo.
-Shh… no me digas que solo será sexo…-le pidió él y ella frunció el ceño y quito la mano de Jorge.
-No iba a decir eso… Jorge… quiero que esta vez no sea sexo, quiero que me hagas el amor…-le pidió con lágrimas en los ojos, él lo noto y beso sus parpados, luego limpio una lágrima y le sonrió.
-Eso hice la primera vez también-le dijo él y ella le sonrió para después dejarse guiar por los labios y las manos de Jorge, sintió como entraba en ella lentamente y todo su cuerpo se contraía. Primero de dolor, que poco a poco se fue convirtiendo en placer con cada movimiento que hacían, ella movía sus caderas siguiendo los movimientos de Jorge y sentían como se llenaban uno del otro, sus manos estaban unidas, sus respiraciones eran completamente agitadas ahora y a ambos no les importaba nada más que ellos, sus besos, sus caricias, cada movimiento que Jorge hacía dentro de ella y la hacía gemir y hacer expresiones de placer, Martina llego al orgasmo un poco antes de Jorge y sintió como él se corría dentro de ella, era completamente inexplicable la sensación que él causaba en ella con el simple hecho de tocarla, él sintió exactamente lo mismo que ella, todo el placer que le daba no era nada con lo que lo hacía sentir con solo mirarlo, la amaba demasiado y no paraba de repetírselo, si solo pudiera decirle... pero no, era algo que simplemente no pasaría. Salió lentamente de ella una vez que terminaron, se miraron y se sonrieron ampliamente.
Martina se recostó en el pecho de Jorge, ambos estaban completamente agotados y Martina lo único que deseaba era dormir un rato en los brazos de él, pero no quería desperdiciar ese tiempo juntos durmiendo mientras podían estar platicando… además tenían muchas cosas que arreglar, esto solo era un pequeño intervalo entre todo lo que estaba pasando, un pequeño descanso de la realidad…
-Esta tarde iremos a hablar con tu papá-le dijo Martina un tiempo después, cuando ya habían recuperado el aliento y él jugaba con su cabello únicamente.
-En serio no tienes la obligación de ir…-comenzó a decir, pero ella lo miro y lo hizo callar con una sonrisa.
-Lo hare, los amigos están juntos en las buenas y en las malas…-le dijo y él le devolvió la sonrisa y luego se giró hasta quedar sobre su cuerpo aunque sin dejar caer su peso en ella.
-Y esto es una de las cosas buenas…-dijo haciendo que ella se sonrojara y luego ambos se rieran.
-Todo saldrá bien, ya verás... debe haber una explicación a todo…-le dijo Martina y él la beso.
-Gracias por todo.
-Siempre estaré contigo, pase lo que pase-respondió y en el fondo supo que así era, así los separara cualquier obstáculo, en el fondo ella siempre estaría para él, lo amaba y ahora entendía todo lo que era el amor, jamás puedes dejar a la persona que amas, siempre y cuando valga la pena a pesar de que no sea un amor correspondido, si vale la pena la persona, entonces también vale la pena amarlo y únicamente querer verlo feliz.
-No quiero más mentiras, así que te pido que me des una buena explicación a todo…-le dijo Jorge a su papá cuando llegaron a una casa que George tenía en las afueras de la ciudad, se habían demorado aproximadamente 1 hora en llegar, por suerte, George ya estaba listo para contarle toda la verdad a su hijo, no había motivo para seguir mintiendo si de cualquier forma, él ya sabía lo básico... 
-Calma…-le dijo Martina a Jorge, mirando como él movía constantemente la pierna con nervios y además el tono en que le hablaba a George no era el adecuado.
-Primero que nada, Martina... realmente te agradezco que estés aquí con él, sé que significas mucho para él y me alegra que tenga quien lo apoye…-le dijo George a la chica y ella asintió con una sonrisa.
-Luego le dices lo maravillosa que es, ahora cuéntame todo…-exigió Jorge y ella le dedico una mirada de reproche a la que él respondió con una sonrisa y besando su mejilla tiernamente haciéndola reír y que George sonriera complacido al ver el amor que se tenían.
-Bien…-dijo George en un suspiro…-ya sabes toda la historia, será mejor que me preguntes todas las dudas que tengas…-le dijo George y luego levanto su mano mostrando su palma-juro responderte con la verdad.
Jorge casi sonrió al recordar que siempre que él era pequeño, hacía juramentos con su papá, utilizando esa señal de “honor”.
-Bien, ¿dónde está el imbécil de Thomas?-esa fue la primer pregunta que salió de los labios de Jorge de una forma casi automática.
-Ni idea… nadie sabe donde vive, siempre está trasladándose y no hay como localizarlo.
-¿Por qué no lo denuncias y punto?-pregunto Jorge y George negó con la cabeza.
-No es fácil, no sabes los trucos que tiene ese hombre, quizá si lo denuncio, lo encontraría en un lapso de tiempo, pero mientras tanto ya habría encontrado la forma de matarnos a todos…-dijo George y Jorge suspiro resignado.
-Quizá sea lo mejor…-dijo sin pensarlo y Martina lo tomo de la mano para que se calmara.
-¿Te gustaría que la dañara a ella?-pregunto George y Jorge los miro a ambos alternativamente.
-¡NO! Que ni siquiera se le acerque…-le dijo Jorge exaltado-entiendo tu punto de vista-dijo al notar como Martina sonreía.
-¿Por qué maldita sea, por qué me ocultaron esto por 3 años?-pregunto Jorge-¡y por qué siempre que te culpaba de la muerte de mi mamá únicamente me dabas la razón!
-Porque realmente es mi culpa, es mi culpa que tu madre muriera, jamás sospeche de sus verdaderas intenciones, así que cuando le dije que por nada del mundo dejaría que me acompañara para no arriesgarla, ella me dijo que esperaría en el hotel mientras que yo me dirigía en busca de él, eso fue lo que hice y cuando Thomas jamás llego, tuve un mal presentimiento y así fue, cuando regrese…-se le quebró la voz-solo había unas cartas… una para Maggie, una para Joanne, una para ti y una para mí… cuando la leí lo comprendí todo, ella había planeado eso para entregar su vida… a cambio de la mía, así que cuando me fui, ella salió del hotel y se dirigió a su encuentro con Thomas y él… la mato.
Los ojos de George se llenaron de lágrimas por un momento y tanto Martina como Jorge sintieron lastima por él, todo lo que el amo a Kate, era increíble…
-¿Pero encontraron su cuerpo o no?-pregunto el chico y su papa negó con la cabeza.
-Ni siquiera sabemos como fue que la mato…-dijo el padre del chico derrochando dolor con su voz-de cualquier forma, Thomas se encargó de mandarme un recado… dijo que… ya que me había quitado lo que más amaba en la vida, ahora prácticamente se encargaría de… arruinarme la vida, dijo que si llegaba a convivir con ustedes como una familia… él los dañaría y fue por eso que decidí nunca darte la carta de tu mamá, para que me odiaras, para que Chris me odiara… y así no arriesgarlos… su mamá sacrifico todo, incluso su vida por nosotros… y yo simplemente no quería echar a la basura su sacrificio…
Por un momento, nadie dijo nada, Jorge miraba a su padre con aprensión, evaluando cada palabra, observando a ese hombre que había odiado ya por más de 6 años… y que de un momento a otro resulto ser que siempre hizo todo por amor a ellos… por amor a Kate…
-Ella me odiaría… tantos años te he tratado tan mal… te culpe por su muerte…-comenzó a decir Jorge, pero su voz se quebró, Martina los miraba a ambos y sus lágrimas amenazaban por salir de sus ojos.
-¿Puedo decir algo?-dijo Martina y ambos la miraron cuando se puso de pie e hizo que ambos hicieran lo mismo y quedaran uno frente al otro-la vida está llena de obstáculos, dificultades, tristezas, desgracias… pero siempre todo pasa por algo, usted perdió a la mujer que tanto amaba, Jorge y Chris perdieron a su mamá, mi mamá perdió a su mejor amiga, pero a diario hay personas que pierden a alguien y siempre tienen que encontrar una forma de salir adelante, la vida es simplemente un reto, todos aprendemos de nuestros errores y lo que yo pienso es que todo esto es una enseñanza, una enseñanza que los hace valorar lo que es la familia, la maldad que existe en Thomas es exactamente porque él jamás conocerá el amor, la amistad, porque es algo que esta fuera de él, separo a una familia, o intento separarlos, no le den esa satisfacción, Kate realmente es la mujer más valiente de la que he escuchado hablar, porque entrego su vida por amor, todo fue por amor a su esposo, a sus hijos, incluso a sus amigas y si ustedes desaprovechan todo ese amor que ella les entrego entonces estarían siendo demasiado tontos, lo siento, pero es lo que yo pienso, el amor es la fuerza más poderosa que puede existir, si están juntos entonces todo lo demás podrá pasar y pasar… pero la unión de una familia no es algo que se rompa fácilmente…
Cuando termino de decir eso, sus lágrimas caían por su rostro, George y Jorge se habían quedado sin palabras, únicamente la miraron, después Jorge reacciono y limpio sus lágrimas, “el amor es la fuerza más poderosa que puede existir”, su amor por ella era lo único que lo mantenía completamente vivo, así que tenía razón, debía tenerla…
-Tienes razón Martina, es lo más cierto que he escuchado… ¿tú que piensas hijo?-le pregunto George a Jorge y él lo miro.
-Yo los dejo solos…-les dijo Martina, pero antes de irse, Jorge la tomo de la mano y la miro fijamente.
-Ten cuidado… no me tardare…-le dijo como si yéndose ella se llevara su vida completa… Martina asintió, les sonrió a ambos y luego salió de la casa, se sentó en el porche y no lograba escuchar nada ya que sus lágrimas no la dejaban concentrarse en nada más.
-¿Entonces hijo?-pregunto George mirando a Jorge y antes de que se le ocurriera una simple respuesta, Jorge abrazo a su papá fuertemente y este le devolvió el abrazo de la misma forma, 6 años odiándolo y solo ahora se daba cuenta de la falta que le había hecho su padre, siempre le hizo falta, pero ahora lo tenía, ahora sabía la verdad y todo el rencor que pudo sentir se había desvanecido hasta convertirse en nada.
-Lo siento mucho papá, realmente lo siento… fui un idiota… no debí tratarte tan mal…-le dijo y su papá negó con la cabeza y le dio una palmaditas en los hombros.
-Ese fue mi plan, nada es culpa tuya, yo me aborrecía aún más, me culpaba a cada segundo…-le dijo George en tono de disculpa.
-No es tu culpa, Martina tiene razón, son retos en la vida, aprendamos a vivir con ello… pero ahora… juntos, ya después nos las veremos con Thomas, cuando ese día llegue es él quien debe estar asustado-dijo Jorge con una sonrisa malvada.
-¿Ahora entiendes la razón por la que te metí a entrenamientos de kick boxing, artes marciales y todo lo que puede existir? Quería que supieras defenderte, incluso usar armas… y también por eso era mi obsesión con poner cámaras en la casa, para tener todo vigilado…-le dijo George y Jorge sonrió.
-Espero que mi entrenamiento tenga resultados entonces…-dijo únicamente y ambos rieron juntos, como padre e hijo…-realmente me dio gusto que aclaremos todo, pase lo que pase ahora… y gracias por decirme la verdad.
-Gracias a ti por comprender hijo, tenerlos conmigo me da más fuerzas para seguir sin tu madre…-dijo George nuevamente con ese tono de dolor.
-Sé lo difícil que es… bueno papá, ahora tengo que irme… es muy tarde y Martina debe volver a su casa…-dijo Jorge y George sonrió insinuadoramente-¿qué?
-La amas ¿cierto?-pregunto y Jorge se rio para disimular.
-¿Estás loco? No papá, eso no pasara, no soy enamoradizo como tú y mi mamá… además te recuerdo que antes no podíamos ni vernos… de hecho aún seguimos peleando-dijo Jorge buscando pretextos y George lo noto y se rio.
-¿Sabes algo? cuando me mude por un tiempo, cuando era un niño y tuve que dejar a tu mamá y a Joanne, cambie mucho, me volví completamente rebelde y cerrado al amor porque pensaba que era una mierda… cuando volví, tu mamá no me soportaba, siempre estábamos peleando y no podíamos ni vernos, pero después se volvió algo así como mi mejor amiga, aunque seguíamos peleando claro… varias veces tuvimos problemas, pero el día que al fin acepte que la amaba más que a mi propia vida y ella hizo lo mismo, fue como si al fin nuestras vidas estuvieran completas, como si todo tomara sentido, a partir de ese momento, decidí únicamente entregarle mi corazón a ella, la forma en que me miraba o en que yo la miraba es algo que jamás había visto… hasta ahora, con ustedes dos-dijo George y Jorge comprendió lo que su papá quería decirle, Martina y Jorge se habían odiado, luego se volvieron algo así como mejores amigos, pero siempre peleaban y cuando al fin acepto que la amaba, se sintió completo, a pesar de que sabía que ella no sentía lo mismo y que jamás podrían estar juntos…
-No quiero lastimarla, no lo soportaría…-dijo Jorge únicamente bajando la cabeza.
-Escucha hijo, la forma en que ella te mira… realmente te ama y la forma en que tú la miras, como si fuera tu propio sol, es incomparable.
-Papá, así no son las cosas… ella no me ama… y yo a ella... tampoco-mintió, no quería aceptarlo en voz alta porque aceptarlo en voz alta equivalía a aceptar por completo que ella era su vida entera.
-Solo te diré una cosa, un consejo, valórala, no sabes lo que es una vida sin la persona que más amas-dijo únicamente, dejando a Jorge completamente derrotado, no podía debatir eso, a pesar de que nunca había pasado mucho tiempo sin ella, sabía que no soportaría perderla y entendía a su papá, él había perdido a la mujer que tanto amo, su esposa y mejor amiga…
-Gracias por el consejo-respondió Jorge y después camino hasta la puerta de la entrada, la abrió y vio a Martina un poco alejada, sentada en la banqueta mientras miraba sus manos con nerviosismo y mordía su labios inferior, Jorge sintió como el corazón comenzaba a latirle rápidamente, su papá tenía razón, su amor por ella se notaba a kilómetros…

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