Angel guardián [ HAMILTON]

Capítulo 8

— mira, se que estas molesto con Alexander ¡pero no es una razón para gritarle eso en la cara niño!

Laurens estaba regañando al niño de pelo rizado por esa actitud egoísta que tuvo hace unos momentos, ¿como era posible que el dijera esas palabras?.

Sin embargo Philip estaba tapando su rostro con una almohada, mientras escuchaba todo el escandalo  que montaba Jhon, el cual solo Philip tiene la capacidad de oír con todo lujo, pero ahora estaba molesto.
No estaba pensando con claridad lo que dice y lo que hace, pero tiene por seguro que después se arrepentirá de sus palabras.

— además no has leído el panfleto, ya sabemos lo que hizo Alex al estar con Maria - ese comentario le llamo la atención a Philip, a lo que Jhon tenia razón.

No ha leído el panfleto.
95 páginas sobre el engaño... 95 páginas de como su padre arruino su vida

95 páginas de algo desconocido.

— ¿debería leer el panfleto? - interrumpió Philip.

— ¿eh?

— ¿debería leerlo? - le pregunto nuevamente, y tomo asiento en su cama.

— ¿seguro que quieres leerlo? - le contestó al niño, pues, si tenia razón de que ninguno de los 2 había leído dicho panfleto, pero, había una razón para que escribiera tal amorío ¿no?.
Pero, ¿realmente Philip estaba listo para leerlo?

— tengo que saber porque papá hizo eso realmente... - desvío la mirada.

Aún dolía eso.

Pero al menos tenia el derecho de conocer toda la historia.

— tengo que leer ese panfleto...

Esa respuesta del niño solo hizo sacarle un suspiro de cansancio a Jhon.

— Vale, consigamos una copia de ese panfleto.

-o0o-

Las cosas en el hogar de los Hamilton estaba tenso y turbio, sin embargo, con la visita de una persona muy querida en la familia que hizo conmoción con todos en la ciudad, pues:

Angélica volvió a Estados unidos con el fin de quedarse.

¿Como lo sabían?
Pues era descortés llegar sin avisar, ¿no?
La carta de Angélica animo levemente a Elizabeth, a la cual su embarazo era cada ves más notorio.
La carta se hizo saber en la casa y en la ciudad rápidamente por habladas de la gente.

Para la familia fue una buena noticia, hasta para Alexander, por fin alguien entendería lo que esta sufriendo. ¿A que no?.

Y, en ese tiempo que se preparaba el hogar para la visita, Philip tuvo el tiempo necesario para leer el panfleto, analizarlo, y llegar a una decisión en la cual arriesgaría su vida si es necesario.

Restaurar el nombre de los Hamilton sin importar el costo.

Pero claro, no podemos olvidar como reacciono el pequeño pecoso al empezar a leer el panfleto de Reynolds.

Y, mientras el se auto lesionaba con ese pequeño libro, Laurens estuvo allí para apoyarlo.

-o0o-

Una carroza que parecía de gente adinerada, del mismo estatus económico que los ya mencionados.

De allí bajo una mujer de vestido rosa, de color, con su pelo rizado largo agarrado por completo por un moño, era Angélica.

Quien salio a recibirla fue Eliza y sus hijos. Eliza fue la primera en abrazarla, y después de que su hermoso abrazo fraternal terminara, los niños fueron directo a abrazar a su tía favorita.

Claro, sin contar al invisible autodenomidado "tío" de Laurens, el cual miraba la escena a la par de Eliza.

Después de unos minutos, Angélica, con una sonrisa que solo Eliza sabia que era falsa, dijo.

— ¿y bueno? En donde esta Alexander

— papá se encuentra en su oficina trabajando - respondió Jhon, un niño parecido un poco más a Eliza que a su padre, sin embargo tenia en su rostro unos anteojos, lo cual no le quitaba su apariencia apuesta para ser un niño de 11 años.

— ¿para qué? - Pregunto la segunda mayor de los Hamilton, Angélica.

— tengo que saludarlo ¿no? - dijo eso para retirarse para buscar y "hablar amablemente" con Alexander.

Cuando la tía angélica entró al hogar, los demás niños fueron hacer lo que hacían antes de que llegará.
Pues la maldita tarea no se hará sola.

Todos, excepto Philip.

— Jhon

— ¿que pasa?

— tengo que disculparme con papá ¿verdad?

— ... ¿Enserio quieres que te responda? - dijo mirando al pecoso con cierta decepción. ¡Era obvio que tenia que disculparse con él!.

— vale, vale, entiendo. Cuando salga tía angélica me disculparé con él - río levemente ante la reacción de su tío/amigo invisible.

— eso lo hubieras hecho desde que lo dijiste, ¿sabes?

Le respondió eso con cierta molestia mientras ambos entraban a su casa.

¡Llego Angélica a casa!
Todo se va a resolver ¿verdad?.