Capitulo 23

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Ya habia escrito las ultimas cartas para sus seres queridos, solo le hacía falta unos cuantos parrafos más para terminar la carta de despedida para su hija Angélica.

Últimamente la mencionada no se encuentra bien de salud, y si se entera de que su padre fue retado a un duelo le haría más daño del que tiene.

Por eso y muchas razones más disparará al cielo.

Alexander ya no es aquel caribeño que podia hacer de todo sin el riesgo de perder nada.

Tardó en comprenderlo pero, ahora el tiene gente que se preocupa por su bienestar, finalmente tiene lo que habia anhelado desde que era un niño.

Tenía una hermosa familia.
No quiere perderlos.

Dios, si que habia sido imprudente aceptar dicho duelo, sin embargo lo que ahora desea es que termine esto lo más pronto posible.

Y justo en ese momento, su amada esposa entró a la habitación; llevaba puesto su pijama, se le denotaba el cansancio en su rostro.

Pues era verdaderamente unas altas horas de la noche, y lo más seguro es que Betsy se quedo esperando a que el llegará a su habitación para poder dormir más tranquila.

Y era notorio, pues lo primero que le dijo al verlo en su escritorio fue aquel diálogo que conoce tan bien.

— Alexander vuelve a dormir...

— Tengo una reunión importante temprano en la ciudad.. —. Mintió, o al menos en una pequeña parte.

— Sigue oscuro afuera.. —. por un intentó de convencer a su marido mencionó tal hecho, mientras ella le proporcionaba un abrazo a su esposo que estaba de espaldas de ella, él cual al sentir la sutileza de su amada se dejo recostar levemente en los brazos de ella.

Realmente se encuentra cansado.

— lo sé.. —. Entre ese momento se intercalo un pequeño silencio, para que el caribeño añadiera. — solo me faltan unos parrafos más.

— ¿ Por qué escribes como si tu tiempo se acaba ya...?

— shhh..

— vuelve a dormir, y no te pido más.

— volveré antes que hayas notado que me fui. — dirigió a Eliza una mirada que mostraba con la sinceridad con la que hablaba.

— ¡Vuelve a dormir!. — Alex sabía que su mujer no se rendiria tan fácilmente, así que siguió insistiendo.

— La reunión es al amanecer... — sabía que su amada entendería la importancia de la reunión, así que se lo dijo suavemente.

Betsy, aceptando las condiciones que su marido impuso, añadió mientras iba de vuelta a su habitación.

— me iré a dormir...

Allí, Alexander volteo a ver a su esposa, su querida amada por la que daría lo que fuera para ver esa hermosa sonrisa que posee.

Elizabeth ya habia dejado de ser esa niña con la que juro amor eterno, ella se habia vuelto su compañera eterna en este trayecto que lleva en vida. Se convirtió en una increíble madre, amable, compasiva, justa, inteligente y buena maestra.

Su Eliza ha envejecido.
Pero a su lado, y eso es suficiente para ser feliz.

— Hey... — la Schuyler volteó a verle. — la mejor de las esposas y la mejor de las mujeres...

Eliza sonrió.

Eso le dio paz.



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Un solo pensamiento.

Volver con vida a su hogar.

Ningún duelo que haya tenido antes le habia dejado con pánico como este, sin embargo, se mantenía en calma.

Llevo sus lentes, pues la edad empezaba a cobrarle, y con eso en cuenta, necesitaba ver al menos a Aaron a la distancia.

Al recibir el arma que compartió con su hijo se percato de el miedo que hay al estar en dicho lugar.

Philip nunca hirió a un alma, tuvo que haber estado tan asustado.

Lo que ahora desea es volver a lado de su amada Eliza.

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¡Diez pasos, fuego!

— ¡ESPERA!-

|| perdonen la tardanza, espero que me perdonen por haberme tomado tanto tiempo.

Espero que lo disfruten, y entiendan que esto esta cerca del final.

Att. Jairí

Angel guardián [ HAMILTON]Where stories live. Discover now