Mason y yo

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La cena transcurrió sin complicaciones, yo estaba ya tan familiarizada con ese ambiente de negocios que ya no me molestaba en absoluto estar presente en este tipo de reuniones, de no ser por las terribles ganas de dormir, todo sería normal, pues papá siempre había querido involucrarme en los negocios familiares porque quería que, llegado el tiempo, tuviera todo el conocimiento y de ser posible la experiencia para hacerlo.

Mason por su parte, iba tomándole aprecio al trabajo, él, a diferencia de mi, llevaba varios meses en un cargo como asistente administrativo de su padre y aun cuando inicialmente no iba a tener tantas responsabilidades poco a poco se fue ganando su lugar y el aprecio de los empleados, ya que su lugar aunque fuera ganado por consanguinidad también fue luchado con esfuerzo y dedicación. Él siempre había demostrado ser un gran profesional: ganó con sus propios méritos cada cosa que había alcanzado, hubiese podido dedicarse a esperar que todo se le diera, su familia era reconocida y adinerada; sus padres eran personas de principios antes que acaudaladas y fueron esos mismos principios los que hicieron que se forjara desde hace muchos años una fructífera sociedad con los míos.

Mason y yo, eramos los hijos de los únicos socios de una importante cadena hotelera, crecimos juntos, las constantes reuniones entre nuestros padres abrieron un vínculo casi inquebrantable entre nosotros, siempre fuimos mejores amigos y con el tiempo nos dimos cuenta de lo interesados que estaban nuestros padres en que nosotros diéramos un paso más allá y nos convirtiéramos  en novios. Fue un paso al que no le dimos muchas vueltas nos conocíamos desde niños, compartimos mucho tiempo, éramos grandes amigos; así que un día decidimos darles esa grata sorpresa.

Desde ese momento todo pareció terminar de encajar en nuestros hogares, la solidez de la compañía no sería puesta en riesgo porque nosotros seguiríamos al pie de la letra con todos los criterios y valores empresariales de nuestros padres y ellos no tendrían que preocuparse porque nuevas personas llegaran a su muy cuidada y consolidada sociedad.

-Gia, ¿realmente crees que podrás trabajar con Selene? No me lo tomes a mal pero me preocupa que no tengas experiencia en el manejo de personal, además tienes que tener en cuenta que nuestros padres pretenden convertir a los suyos en socios capitalistas...

No presté mas atención a su comentario, realmente Mason podía ser estresantemente aburrido cuando se trataba de las cuestiones de trabajo, me molestaba que pensara que sólo porque no dedicaba tanto tiempo como él en la cadena no pudiera hacer las cosas.

- No te preocupes, es tan sólo una chica con ganas de cumplir con los deseos de sus padres, además ni siquiera sabemos si realmente quiere hacerlo, ni tomaron en cuenta su opinión- respondí un poco molesta

-Gia, no es que te crea incapaz, es sólo que no quiero que nada malo ocurra, ¿me entiendes?

-Si, Masón, no pasará nada malo porque tenga una persona a mi cargo, realmente no sé que haré con ella, por ahora, solo quiero dormir.

No hablamos de nada más hasta que llegamos a casa, aparco el auto y se dispuso a aclarar el asunto pero yo lo último que quería era escuchar una sola palabra más, además por razones que desconozco no había podido evitar que a mi mente llegaran fugaces imágenes de Selene, sus ojos gozaban de un brillo enviciador, su sonrisa era realmente hermosa, debía ser una chica muy popular, sin hacer mas caso a mis pensamientos me dispuse a salir del auto, despidiéndome de un Masón confundido.
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Juana💜
Steph💙
Zaida💛

De regreso a tus brazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora