Recuerdo que aquel día en que moriste, sentí como mi mundo se desplomaba al saber que ya no te tendría.
Entré en una depresión por varios meses, y por más que tuviera personas al rededor de mi que intentaban ayudarme a superar tú muerte, todos aquellos esfuerzos eran en vano.
No era fácil para mi saber que ya no podría verte o si quiera abrazarte, y la necesidad de tenerte, hacía que mi depresión creciera cada vez más.
Llegué a un punto en el realmente ya no me importaba nada, y todo me daba igual.
Pero, lo único que me ayudaba a aliviar el dolor que sentía, era escribiendo mis sentimientos.
ESTÁS LEYENDO
22 Cartas a Gabriel ©
Non-FictionDesde que mi mejor amigo falleció, mi mundo cambió totalmente, ya no había aquella poca felicidad que él causaba en mí y ahora todo era oscuro. Escribí veintidós cartas para él, sabiendo que no las podría leer físicamente pero que de igual forma...