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Seungcheol estaba muy orgulloso de sí mismo por conseguir una buena vida; tenia salud, una empresa propia, una casa maravillosa, un esposo perfecto y todo parecia mejorar con el paso de los días.
Las cosas caían en sus manos de forma fácil y sin tener que mover un dedo para conseguirlas, pero eso no era lo que a él le gustaba; Choi Seungcheol amaba los retos, le gustaba luchar por conseguir lo que quería y vencer todo para mostrar que era un ganador.

Su vida sencilla era buena, pero no lo suficiente para mantenerlo feliz y dichoso; porque su empresa la habia conseguido gracias a los contactos de su padre, su casa habia sido tan fácil de comprar como un caramelo y su esposo era demasiado bueno y sumiso para ser real. De verdad amaba a Jihoon, pero toda su vida planeo que cuando se casara, su esposo iba a ser un chico con grandes metas y que le gustara aventurarse a todo...el pequeño no era ni un poco parecido a eso.

*

Fue durante los primeros años de su matrimonio, cuando Jihoon le pidio que adoptaran a un bebé o que buscaran la forma de tener un hijo.

Él quiso aceptar, pero era imposible tan solo pensar en tener un pequeño entre sus brazos.

Seungcheol no era apto para ser padre, porque su naturaleza no lo habia permitido.

Ese día fue la primera vez que Lee Jihoon se atrevió a gritarle y reclamarle que no servía como esposo y que era un imbécil. Él sabía que el castaño tenia razón ante esto, pero no se lo confesó.
Tenía miedo de que su esposo lo dejara por culpa de su inseguridad.

Su matrimonio comenzó a declinar y volverse cada vez mas monótono; trabajaba doce horas, llegaba a casa cuando Jihoon ya estaba dormido, comía cualquier cosa, se duchaba y se iba a dormir. Ya no existía el tiempo de pareja entre ellos, ni siquiera se dirigían la palabra y el pequeño se habia vuelto bastante frio a la hora de convivir un poco durante las tardes que salía del trabajo para ir a casa.

Eso era únicamente su culpa, no de su esposo.

Pensó que estaba haciendo las cosas mal y que casarse habia sido la peor equivocación que pudo haber cometido, pero cuando miraba al castaño todo parecia desaparecer a su alrededor, se tornaba mas llevadero y su corazón latía con fuerza.

Se dio cuenta de lo mucho que amaba a ese chico.

Despues de escuchar las llamadas que el menor hacía a casa de su madre, sonando desesperado por salir un rato de ahí, creyó que dejarlo en la soledad de su era la peor cosa que le podia hacer. Él no era un perro que cuidaba su propiedad, era su esposo y tenia que darle su lugar de ahora en adelante.

Vio la oportunidad perfecta cuando su hermano Mingyu comenzó a buscar un lugar donde quedarse para asistir a la universidad, así que le ofreció su casa a cambio de que hiciera que su esposo se soltara un poco mas y cambiara un poco la actitud hostil.
Eso pareció funcionar, ya que al poco tiempo, Jihoon habia comenzado a actuar nuevamente como alguien hogareño, coqueto y más platicador. Se sintió muy feliz por ello, así que pudo seguir trabajando.

*

Seungcheol se sentía feliz en lo que iba de su vida, ahora que tenia mas trabajo y su esposo era increíblemente eficiente para todo lo que hacía en casa y fuera de ella.

Pero seguía sin ser suficiente para él.

Entonces conoció a un par de jóvenes que se habian mudado a la casa junto a la suya. Ambos parecían provenir de familias adineradas y con gran influencia. Eran esposos y todos las mañanas, sin falta, podia ver la forma en que disfrutaban su juventud entre las sábanas de la cama.

Sin pensarlo, Seungcheol cayó ante la coquetería y sensualidad de Yoon Jeonghan; su apuesto vecino rubio que salía todas las mañanas a recoger el correo con una camisa blanca y luego iba a los brazos de sus esposo para comenzar una nueva sesión de sexo matutino.

Jihoon no tenia porque enterarse sobre la extraña excitación que aquel chico le causaba, el único que lo hizo fue su hermano. Mingyu acepto no decirle nada al castaño sobre lo que veía en su hermano, solo si prometía que no lo iba a lastimar con ello. 

"—Lo prometo, Mingyu"

No volvió a decir nada mas sobre el tema.

*

Una pelea.

Eso fue lo que desató todo aquel problema en el que se veía metido en ese momento; Seungcheol habia caído entre las redes de Jeonghan, que tras un par de toqueteos y besos en el jardín trasero de la casa donde vivía con Jihoon, estos habian terminado en la cama, con el rubio debajo de él, gimiendo y pidiéndole más.

Había sido la infidelidad mas rapida de su vida, y tambien la unica; Jihoon no merecía que le hiciera aquello en la cama donde ambos dormían, no mientras él paseaba inocentemente con su hermano.

Si, la pelea esta vez habia llegado demasiado lejos, pero esa no era ninguna excusa para hacer lo que hizo.

"—Lo siento, Jeonghan. Deberías ir a casa ahora—"

El rubio salió enojado de ahí, gritándole que era un imbécil y que no merecía nada de lo que tenia.

*

Fue un par de meses mas tarde cuando se enteró de lo que estaba pasando en la vida de su indefenso vecino.

Se habia enterado que su marido transportaba cocaína dentro del país y que al parecer habia sido atrapado en medio del crimen, después de que Jeonghan lo denunciara a causa de la golpiza que le habia dado cuando se enteró de que estaba esperando dos hijos. Hong Jisoo era un criminal.

Seungcheol se sintió fatal al ver la forma en que el rubio se culpaba a causa de lo que habia pasado con su esposo y lloraba a mares mientras culpaba a los bebés que descansaban en su vientre, por haber arruinado su matrimonio.

"—No te preocupes Hannie, no te voy a dejar solo en esto. Seré el padre de esos pequeños"

No tenia miedo; debía de tomar eso como un reto, una práctica para cuando decidiera que quería formar una familia con Jihoon.

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Aqui esta la parte del camello y porque los niños de Jeonghan lo llamaban papá.

Si le fue infiel a Jihoon, si lo trato de la vergx (lo denigraba mentalmente por no tener "metas" en la vida) :'v y si era cabrón.

NO QUERÍA ENGAÑARTE →JICHEOLWhere stories live. Discover now