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Jihoon caminaba lentamente a través de los estrechos senderos que habia entre los árboles del parque.

Su doctor habia recomendado que caminara todas las tardes para desestresarse un poco y que sus pies no se hincharan demasiado. Había tomado esas rutinas como algo habitual en su vida, incluso solía hablarle al bebé sobre su día mientras acariciaba su vientre de forma lenta para calmar las constantes patadas que el pequeño Hansol lanzaba contra él.

Se dejó caer de forma lenta en una de las bancas para descansar un poco antes de continuar con su ejercicio. Recostó un poco su espalda contra la banca y comenzó a poner mas atención al sonido de los pájaros y el leve ruido que hacía el viento cerca de su oído.

Le gustaba demasiado el invierno, sobre todo cuando ese tipo de climas perfectos atacaban la ciudad. Le gustaba sentir el leve calor del sol mezclado con un viento fresco que olía a humedad.

—Te va a gustar este lugar Hansolie—Posó una mano sobre su vientre con una sonrisa, esperando la contestación que su pequeño tenia preparada para él. Respiro profundamente antes de sentir una pequeña patadita contra la palma de su mano y no pudo evitar romper a carcajadas bajo las miradas enternecidas de las personas que pasaban por ahí—Prometo que cuando nazcas será el primer lugar que te mostraré, además de tu habitacion, claro—El pequeño dentro de él pareció reaccionar ante su repentina felicidad, porque comenzó a removerse causándole cosquillas en las partes donde su piel se levantaba—

Jihoon se concentró en mimar a su pequeño hijo, dando suaves toques en su vientre y tarareando dulces melodías que podrían servir para que Hansol aprendiera mas rápido a reconocer su voz. El doctor le habia recomendado que comenzara a practicar sus respiraciones para cuando llegara el momento del parto, pero no habia tenido tiempo de hacerlo.

—Prometo que voy a ser un gran padre, amor. No importa todo lo que tenga que pasar para lograr que tu seas feliz y nunca te sientas solo—Sus ojos se cristalizaron y perdio la vision por un par de segundos, hasta que sus frías lágrimas cayeron sobre sus mejillas y se secaron inmediatamente por el viento que llegó de pronto.

Se levantó de su asiento para seguir con su caminata, pero un golpe en seco contra el suelo lo distrajo y lo hizo girar automáticamente al escuchar un escandaloso llanto. Corrió en auxilio del pequeño que se encontraba tendido sobre el piso y no se podia levantar a causa de los empalmes que llevaba encima, Jihoon rio un poco antes de tirar de los bracitos del bebé y elevarlo para sostenerlo contra su pecho.

—Esta bien, no pasa nada—El niño lo miraba de forma curiosa mientras intentaba calmarlo un poco, tenia los ojos llenos de lágrimas y un tierno puchero. Sus grandes mejillas estaban rojas, al igual que la punta de la nariz y a Jihoon eso le pareció muy familiar.

—¡Seungkwan!

El castaño quedó pasmado al escuchar aquella voz que podia reconocer hasta del otro lado del mundo. Su corazón dejó de latir por un momento y estuvo a punto de colapsar contra el suelo, pero la risa del bebé que tenia entre sus brazos lo devolvió a la realidad y giró para encontrarse cara a cara con él.

Hacia cuatro (casi cinco) meses que habia perdido cualquier tipo de contacto con Choi Seungcheol, pero ahora estaba ahí, mirándolo con sorpresa mientras tomaba la mano de alguien mas. 

NO QUERÍA ENGAÑARTE →JICHEOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora