THE EXPERIMENT | Vol. 1 | Tony Stark | Steve Rogers |

《CAPÍTULO TREINTA Y DOS》

-Ya tienes el gas, la fórmula de extremis, cada día más soldados. Brooke ya está muerta. ¿Qué más necesitas? -expusó Volk.

-Solo la fecha indicada. Los Vengadores ya están destruidos con la pérdida de su querida agente de Hydra. Solo queda esperar. -le explicó Valack con rabia. Sus ojos lentamente se invaden por total oscuridad provocando cierta sonrisa de autosuficiencia y cinismo. -Highman hubiera sido una pieza muy valiosa para mi, ella habría sido la única que tenía el poder para matarme. -soltó una pequeña carcajada.

-¿De qué estás hablando? Hasta donde tenía entendido; cuando la tocabas, ella no aceptaba tus poderes, éstos la consumían y la hacían colapsar. -dijo Hadid dudoso, el alterado amplió su sonrisa y negó.

-Descubrí que el suero de las habilidades que poseía no existe, a excepción de los cuatro elementos, pero solo habia uno... y era para mí. Ella solo estaba neutralizada, lo suficiente para no ser capaz de absorber habilidades tan grandes como las mías, a menos que estuviera completamente activo su poder. -soltó dejando a Volk confundido. -Por supuesto que habría riesgos si sobrecargaba su cuerpo aún así.

-¿Sobrecargar su cuerpo? -preguntó de nuevo el científico.

-Si absorbiera las habilidades de esos intentos de héroes, y las mías. Podría colapsar, pero ¡Ya está muerta! -estalló a carcajadas en compañía de Volk. Lentamente se llevó un cigarrillo a la boca y lo sostuvo entre sus labios para segundos después con solo mirar la punta del objeto se prendió con una pequeña llama.

-Si ese suero era para ti y en ella no aplicaron más que neutralizantes, ¿Qué era Highman entonces?

-Aun no lo sé.

El sonido del cuerpo pesado de Bucky siendo azotado en el suelo se encargó de hacer un enorme y ruidoso eco en el salón de entrenamientos, Sam estaba más que satisfecho con sus duros entrenamientos y su rápido aprendizaje para poder derribar (e incluso matar) a un soldado del invierno. Los Vengadores no veían la hora de poder terminar con todos los alterados que Valack había creado una para defenderse.

-Creo que ya saben lo suficiente para poder matar a un soldado. -dijo Bucky con esfuerzo.

-Yo creo que deberían seguir practicando contigo. -propuso Tony con sarcasmo cruzado de brazos.

-Yo creo que ya estamos bien así, Stark. -intervino Steve.

-Bueno, yo solo suponía. -se burló el castaño. -Entonces yo propongo que nos tomemos el resto del día libre.

-Eso estaría bastante bien. -contestó Clint.

-También me parece, tengo que ver a mi padre. Tiene que saber que el rey T'Challa posee una de las seis gemas del infinito, la última, para ser específico. -contó Thor.

-Vas a volver ¿no? -pregunta Tony.

-Por supuesto, no podemos dejar un cabo suelto tan grande como lo es Valack. Quizá también tenga una conversación con Heimdall sobre él. -le explicó Thor.

-¿Por qué tanta importancia esa gema? No creo que esté en malas manos después de tanta seguridad por la que pasamos ahí. -preguntó Bruce.

-No tienen idea de los catastróficos desastres que podría causar.

-Entonces espero que no tardes en regresar. -dijo Tony, el Dios asgardiano rápidamente comenzó a caminar hacia la salida y a desaparecer lentamente junto al ruido de sus pies chocando con el suelo.

-¡Anthony! -le llamó Bucky. El Vengador comenzó a caminar en dirección contraria mientras su mandíbula se tensaba lentamente, adentró sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón para contener varios de los golpes que imaginaba darle al asesino de su padre. -¿Crees que podamos hablar?