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Maratón.

Respirando profundamente, Liam le dio la espalda a su hijo y buscó otra cuchara para seguir revolviendo el contenido de la olla.

Maldición, sabía que este día llegaría tarde o temprano, era una obviedad de la vida que su hijo tendría curiosidad en algún momento de saber acerca de su otro padre.

Tuvo 11 años para prepararse, pero aún no estaba listo. Y es que...¿Cómo le hablas a tu hijo sobre el amor de tu vida sin revivir recuerdos? ¿Cómo se narra el tiempo que pasaron juntos hasta que todo acabo?

Liam simplemente no lo sabe.

—Papá.—Luka volvió a llamar la atención del hombre al no recibir respuesta.—Quiero saber sobre mi otro padre.—

Liam trató de mantener su respiración pacífica. Tragando saliva levemente miro de reojo a su hijo.

—Ve a lavar tus manos cariño, la cena está casi lista.—Le dijo con una débil sonrisa, tratando a toda costa de evitar el tema.

No, no estaba listo aún.

—No me iré a lavar las manos hasta que me respondas.—Le dijo el menor cruzándose de brazos.

—Cariño, por favor.—Liam le dijo suavemente a su hijo.—Sabes perfectamente que no me gusta hablar de ese tema.—Luka frunció el ceño.

—Papá, tengo once años.  Once años y no se nada de mi padre. ¡Tan solo ayer obtuve una foto de él!—Gritó el menor sintiendo como la exaltación colaba su interior ante la negativa de su padre.

El castaño frunció su ceño.

—No me vengas a hablar en ese tono. Soy tu padre, no tu amigo. Ahora ve a lavar tus manos para que podamos cenar.—Sentenció el castaño con su, poco usual, voz autoritaria.

—¡No! ¡No me iré a ningún lado hasta que me digas quién es mi padre! Maldición solo quiero saber que es o fue de él.—Liam apagó la llama de la cocina y colocó sus manos en sus caderas. Molesto con el comportamiento insolente de su hijo.

—No voy a soportar tus berrinches, Luka. No voy a hablarte sobre ese tema, ni aunque llores o supliques. Así que compórtate.— Luka miró indignado a su padre y dio un fuerte pisotón contra la cerámica del piso.

—¡¿Por qué?! ¡Solo quiero saber aunque sea su nombre, joder! Deja de ser tan malditamente egoísta conmigo y dime quién es mi padre.—Liam sintió como si le hubieran pegado una patada directo al estómago.

Respiró en un intento de mantener la calma. No quería terminar en una pelea con su hijo, pelear con alguien no era algo que el soportara muy bien y menos si era con la luz de su vida, su hijo.

—Luka, ya te he dicho que...—

—Ya me has dicho que soy jodidamente pequeño para saber acerca de quien fue o es mi padre. Ya me has dicho que no es el momento indicado para hablar de eso. ¡Ya me has dicho todas las excusas!—Liam miró a su hijo. Estaba totalmente exaltado.—Te exigo saber quién es mi padre. Estoy cansado de tan solo vivir con una imagen creada por mi imaginación. Quiero saber quién es.—Liam respiro y trato de controlar su tono de voz al hablar.

—Controla esa boca tuya, no te permitiré que andas insultando cada cinco palabras y menos si hablas conmigo. Dame el respeto que merezco como tu padre.—Luka frunció aún más su ceño.—Y ya dejé de hacer berrinches, no hablaremos de tu otro padre y se acabó el tema.—Sentenció Liam.

Luka sintió como la colera crecía en su interior y antes de poder pensar claramente, dolorosas palabras hacia su padre escaparon de sus labios.

Eres el peor padre—Liam sintió como si hubiesen agarrado su corazón y apretado hasta hacerlo polvo.

Juego de Gemelos. Where stories live. Discover now