capítulo dos

1.5K 190 18
                                    

— Jackson, deja comer a Mark por el amor a Dios.

Exclamó la mujer mayor mientras veía como el susodicho acariciaba los cabellos de su hermano con extremada delicadeza; después de una guerra de cosquillas los dos chicos bajaron hasta la mesa donde se encontraban sus padres los cuales no se les hacía raro el comportamiento de ambos de sus hijos; es más, la madre de Jackson era una de las que más tenía curiosidad acerca de esa relación, aunque así también haya sido con su hermana, la tía de Jackson.

— Es que el cabello de MarkiePooh me gusta mucho.

Murmuró quizá lo suficientemente alto para que sus padres lo escucharan; parpadeó rápidamente al notar la mirada de Mark sobre él. No se decían apodos delante de sus padres porque por experiencia sabían cómo eran, además el comportamiento del menor cambiaba radicalmente fuera de la habitación; fuera de esta solía ser callado hablando solo lo necesario o cuando se dirigían directamente a él, frío ante las personas que no conocía; hiriente en los momentos necesarios, crudo y real; era quien en su grupo de amigos mantenía la tranquilidad y la unidad. Eso era lo que más admiraba Jackson, esa dualidad sin ser extremista de su menor.

Cerró sus ojos al escuchar la risa gruesa de su padre romper el silencio formado en el comedor para después escuchar un sonido sordo cuando el hombre cayó de lado mientras reía fuertemente por el apodo.

— ¿MarkiePooh?

Preguntó el hombre entre risas mientras intentaba levantarse mirando de manera burlesca —pero con esos ojos brillosos de cariño— al menor de sus hijos. La mujer simplemente le dio un golpe en su hombro antes de negar un poco divertida ante la situación.

— Déjalos, después buscaremos un pijama con osos para él.

Bromeó la fémina antes de reír un poco con su esposo haciendo que el menor de la familia colocara los ojos en blanco debido a la actitud de su familia, su padre parecía un niño en el cuerpo de un hombre y su madre igual, sin embargo, estaba demasiado agradecido porque sabía que otras familias probablemente en vez de comprarle un pijama de osos lo harían ir a un psicólogo para recibir un tratamiento contra su "comportamiento raro."

Después de unos minutos en silencio el cual pasó con los sonidos de los platos sonando el hombre mayor señaló a Jackson colocando su rostro serio haciendo que ambos jóvenes se miraran levemente preocupados. Su padre muy pocas ocasiones se comportaba de aquella manera con ellos y hacía mucho tiempo que no veían aquella faceta de él.

— ¿Los han molestado en la escuela?

Preguntó; él hombre le había tomado bastante tiempo asimilar que el comportamiento de sus hijos no era socialmente aceptable pero con el apoyo de su esposa y la capacidad de entender que uno no era su hijo aunque lo amara como tal le hizo comprender varías cosas, y aunque ellos no se daban cuenta Jackson miraba a Mark de la manera en la que él miraba a su esposa, y eso no era nada de que preocuparse o algo que repudiar, reparar o intentar separar, porque el amor no se repudia, se celebra y se acoge con el alma.

— No, todo ha estado bien por ahora ¿por qué la pregunta?

El hombre negó antes de sonreír suave relajando su expresión era consiente que no todas las personas eran como él y eso le preocupaba de cierta manera; aunque Corea fuera una sociedad donde las personas muy rara vez se involucraban en los problemas de otros era una sociedad bastante religiosa y tradicionalista y para ellos los que saliera mal o no siguiera los patrones sociales impuestos merecía ser eliminado o simplemente echado a un lado.

— Entonces ¿Cuál es tu apodo, Jackson?

Cuestionó la mujer intentando alivianar un poco el ambiente sacando una risa a Mark.

brotherhood ; m.sWhere stories live. Discover now