Parte 9

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-¿De qué se trata? -preguntó, y tomó una caja de cigarrillos del escritorio, y encendió uno.

-¿Conoces a la dama? -Alí Babá me puso una mano sobre el hombro.


El Manchado asintió.


-¿Sabes lo que pasó con su hermana? -preguntó Nikolaus.


El Manchado asintió de nuevo. Lo miré fijamente.


Nikolaus y Alí Babá lo miraron también. Luego gritaron a coro:


-Bueno, ¡escúpelo!


-Desapareció -dijo Manchado y tiró la ceniza de su cigarrillo. Dejé de mirarlo.


-Tarado -exclamó Nikolaus-. Ya sabemos que desapareció. ¿Con quién está y con quién


desapareció? Eso es lo que queremos saber.


-No lo sé -dijo el Manchado.


-Oye, pero si ella era tu amada; ¡debieras saber a dónde fue!


El Manchado se sonrojó.


-¿Dónde te juró amor eterno?


El Manchado se sonrojó aún más.


-Dinos dónde.


Ahora el Manchado estaba tan rojo como un tomate maduro.


-Yo, yo... -tartamudeó.


-Tú. tú, -interrumpió Alí Babá-. Tú nos lo has contado siempre durante los recreos.


-Yo... yo... -empezó el Manchado.


-Sí, tú, tú, tú -gritó Nikolaus-. iSi la amabas y ella a ti, debió haberte contado a dónde se iba!


El Manchado chupó el cigarrillo.


-Nunca me ha querido -dijo.


- Eso lo sabemos desde hace mucho tiempo, apreciado Manchado.


Alí Babá se levantó de la cama plegable. El color de la cara de Manchado cambió de rojo tomate a


blanco huevo.


-¡Para! Detente ya -gritó.


Alí Babá le puso los brazos sobre los hombros, lo cual el Manchado quería evitar a toda costa.


-¿Qué quieren de mí? ¿Me quieren hacer enfadar? -se quejó.


Creo que estaba a punto de llorar. Estaba vuelto nada y yo sorprendida de ver lo rápido que se


podía acabar a otra persona.


-Queremos -esta vez Nikolaus se puso de pie y fue hacia el Manchado-, ¡queremos saber la verdad


con detalles!

Nikolaus sonreía poco amigablemente.


-Siempre seguiste a Ilse Janda y la espiabas constantemente.


El Manchado protestó.


-¡Cierra la boca! -ordenó Nikolaus-. ¡Sabemos perfectamente que fue así! Y nos vas a contar lo que


Ilse Janda hacía fuera de ir al colegio y a clase de piano.


Me señaló.


-Hay muchas cosas que no han sido aclaradas, como dice su hermana.


El Manchado no quería hablar.


-Querido Wolfgang Ioachin Sechsbuerger -dijo Alí Babá amigablemente, presionando sus manos

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