Continúa leyendo la historia de Ximena, despues de su despertar.
..."Se dice que muchas vidas están ligadas a través del tiempo, conectadas por un llamado ancestral que hace eco a través de los años... y algunos la llaman destino"... y ahora me toca...
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"...La admiración es amor congelado...". Françoise Sagan
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Ximena
―¡Objeción! La fiscalía está dirigiendo al testigo.
―¡Orden en la sala! ―grita la Jueza desde el estrado―. ¿Se puede saber quién es usted y por qué irrumpe de esa manera al representante del Estado?
La doctora Justice Hamilton y jueza del proceso, tiene fama de ser una "coldhands" por caracterizarse en ser una persona fría, poco emotiva e inquebrantable. Su reputación la precede de tal forma que hasta el nombre le cae como anillo al dedo; pensé que me sacaría de la sala por desacato, ante mi intervención.
―Mi nombre es Ximena Santamaría y soy abogada de la Defensa.
―¿Tiene la abogada sus credenciales acreditadas en el proceso?
―Sí señoría, pero están acreditadas con mi apellido de soltera, Ximena Altamirano.
Camino hasta el estrado, en donde presento mis documentos y la copia del apersonamiento, que minutos antes Zendy me había hecho llegar del expediente de la causa abierta contra Alejandra y ahora también su tío, el distinguido Jeremy Anderson.
Adicional a los documentos entrego la copia de mi acta de matrimonio, que justifica el cambio de apellido por el Santamaría, el apellido de mi esposo.
De reojo observo la cara de Arthur, un gesto indescifrable entre asombro, desilusión, enojo, sea cual sean todos, más que por verme creo que es por la noticia de mi reciente cambio de estado civil.
―Abogados aproxímense al estrado. ―Exige la jueza.
Los abogados del Estado o fiscales, junto con Arthur, se acercan hasta donde me encuentro y creo conveniente disculparme con ellos también.
―Lamento la abrupta interrupción, pero era el momento preciso del litigio para constituirme parte, siendo una de las abogadas de la defensa. Desde la audiencia presencié la apertura tanto del licenciado Peterson como de los señores representantes de la Fiscalía, así como de cada uno de los planteamientos y cuestionamientos establecidos en cada una de las preguntas que se ha formulado de parte del Fiscal General. Con el debido respeto a la señora Juez, solicito un receso para dialogar con el Licenciado Peterson y continuar con el proceso.
―¿Tienen algún inconveniente con la solicitud de la señora Santamaría? ―cuestiona la doctora Hamilton, con actitud seria.
Al unísono contestan los abogados "Ninguno". La jueza ordena un receso de treinta minutos y se retira del estrado.
Camino junto a Arthur, quien no ha dicho más que la respuesta a la Jueza. Alejandra me observa totalmente anonadada y por lo visto su tío cumplió su parte, al no decirle a nadie quien sería su abogada; la mirada de desconcierto en su rostro refleja la de los demás ocupantes de la corte, realmente jamás imaginaron que me aparecería.
