Capítulo 9 y 10.

12.7K 710 51
                                    

[Notanotanota: Desde aquí, la historia será narrada por rayita y de a veces por Sehun -quizás.-, ya no más narrador omnisciente].

5 minutos exactos de silencio absoluto me hicieron volver a la realidad; no podía, no iba a dejar que aquel chico que alguna vez fue mi amigo —o al menos eso era lo que yo creía— me ganara.

Una sensación extraña envolvió mi estómago.

Aún le quería.

No de querer de querer de… querer… sólo querer de… apreciarlo por… por…

Oh dios, ya estaba volviéndome loca.

No, definitivamente no iba a acostarme con Sehun porque el muy desgraciado y estúpido cerdo sátiro lo quería así.

—Sehun, tú y yo necesitamos hablar—Casi susurré. Sehun estaba sentado en la silla comiendo un sándwich con Jaxon y Jazzy, se giró y me miró extrañado, luego miró a sus hermanos.
—Vuelvo enseguida, no hagan nada malo—Dijo él y se levantó de la silla. Caminé hasta el patio delantero con Sehun detrás. Al salir, la oscura y fría noche me envolvió; un escalofrío recorrió mi cuerpo y tuve que apretar los dientes para evitar que castañearan.
—Sehun, lo que pasó arriba estuvo muy, muy mal—Dije yo negando con la cabeza. El ceño fruncido de Sehun fue casi instantáneo.
—¿Sabes? Este comportamiento tuyo ya no me está resultando extraño—Dijo él, con tono casi imperceptiblemente molesto—. Sucede algo y luego… simplemente te arrepientes… ¿Por qué?

¿Por qué? Una pregunta difícil, a decir verdad. Sehun era apuesto, en eso no había lugar a dudas, tampoco había dudas en la parte de que cualquier chica quisiera estar en mi lugar ahora, pero si había dudas en algo llamado… confiar. ¿Qué había sobre eso? ¿Cómo podría confiar en alguien que me lastimó tanto? ¿Tenía miedo de… salir herida de nuevo?

Lo que no entendía era por qué tenía miedo ahora, ya no sentía nada por Sehun, ni si quiera un mínimo cariño, ¿Verdad? ¿Entonces?

¿Tenía miedo de sentir… algo de nuevo?

—Sería mucho más fácil si no estuvieras asechándome todo el tiempo—Dije sobándome los brazos para darme aunque fuese algo de calor.
—¿Por qué tienes miedo? ¿Es porque Jongin te hizo daño? ¿O quizás porque Luhan se fue? __________, no tenemos ningún compromiso el uno con el otro, sólo sé que ambos necesitamos

<<Tú fuiste quien me hizo el peor de los daños>>

—Si te refieres a si no lo hago porque me lastimaron, no es así, a ambos los olvidé, y a pesar de que a Luhan aún lo aprecio mucho. Principalmente no pienso estar… contigo porque sería poco ético. Como te habrás fijado, entregarse a una persona, Luhan, no es un juego solamente, es algo en lo que se debe involucrar el corazón, no sólo las hormonas. Sé que esa no es precisamente tu filosofía, pero sí es la mía.
—Bien, _________, como quieras, dejaré de asecharte—Dijo. Su repentino cambio de actitud fue demasiado poco discreto… en ese momento me odié por seguir conociéndolo tan bien como lo hacía hace 11 años, el único problema es que ese de allí era Sehun, no mi Sehun.

Sabía que él tramaría algo para poder conseguir lo que quería, pero no iba a preocuparme porque yo no iba a caer, no de nuevo.

—Entonces, creo que empezaré disculparme por lo que hice hace 11 años—Dijo y luego miró al sendero que recorría la calle, alumbrado por las farolas—. ¿Quieres que caminemos un rato?

Dirigí mi vista hacia donde él miraba, y quise salir corriendo, lo más lejos de Sehun que fuera posible, pero por alguna razón que no sabría explicar, quise aceptar.

—Supongo que está bien—Respondí casi en un susurro, de nuevo apretando mis dientes para que no castañearan.
—Voy a traer a mis hermanos—Dijo él y desapareció por el umbral de la puerta

El frío era corpulento, tanto, que estuve a punto de entrar y ponerme un chaleco, pero al menos el frío congelaba mis emociones.

Pero también mi cerebro y desde mi punto de vista eso no era nada bueno, no con Justin diciendo que no va a “asecharme”.

Lo primero que vi salir de la casa fueron ambos niños corriendo con sus cortas extremidades, riendo, felices por la vida; me recordaban a mí y a Sehun, cuando no teníamos preocupaciones, cuando sólo éramos nosotros dos y no uno intentando echarse un polvo constantemente con el otro. Cuando ninguno de los dos tenía pensando crecer, cuando ninguno quería crecer. Había sido, a pesar de todo, los mejores años de mi vida. Y ahora, con 19 años, deseaba volver el tiempo atrás y nunca haber crecido, no quería las preocupaciones tontas de adultos, sólo quería ser una niña de nuevo, quería volver atrás.

Sehun y yo caminamos en silencio los primeros tres minutos, mientras Jaxon y Jazzy corrían y reían unos metros más adelante.

—¿Por qué lo hiciste?—Susurré, sin despegar la vista del piso. No tuve que mirar para saber que Sehun me miraba como si no entendiera nada.
—¿Qué cosa?—Preguntó, con tono extrañado.
—¿Por qué saliste de mi vida? Eso… pensé que éramos amigos—Me crucé de brazos intentando darme calor. A esa altura, me arrepentía rotundamente de no haber traído un sobretodo (un sobretodo es un abrigo, la gente lo suele confundir con “sobre todo”). El frío era aún más vigoroso en ese lugar, y no nos habíamos alejado casi nada, los recuerdos eran fríos.

En vez de responder, él se sacó la chaqueta de cuero y me la puso encima. A pesar de que el cuero no era el mejor remedio para el frío, me ayudó un poco. Sinceramente habría esperado todo menos eso.

—Creo que debiste traer un abrigo o algo—Murmuró bajito, mientras miraba al suelo. Analicé su perfil, él lucía algo… no lo sé… se veía triste por alguna razón.
—Gracias pero… no me has respondido—Insistí.

Sehun no dijo nada de nuevo, y ya comenzaba a desesperarme, pero en vez de volver a preguntar, también me quedé en silencio. 

—Si te lo digo, no vas a creerme—Dijo luego de un minuto completo de silencio, con las risas de los hermanos de Sehun de fondo.
—¿Por qué no iba a creerte?
—__________… ya ni si quiera importa.

Bien, eso dolió más de lo que debería.

—Quizás a ti no te importe, pero a mí sí me importa—Ladré—. La respuesta es tan simple, Sehun. ¿Querías tener amigos hombres y no una chica que te obligaba a tomar té con ella? ¿Yo era demasiado aburrida para ti? Yo entiendo que quizás… yo no era lo que se decía tu amiga perfecta, siempre fuimos muy diferentes. Sólo te pido una respuesta, nada más

Sehun soltó una pequeña risita, quizás recordando cómo yo lo obligaba a tomar té conmigo, y él sólo aceptaba porque le gustaba consentirme, y ya que él era un año mayor, siempre buscaba la forma de hacerme sentir bien, como si tuviera que protegerme.

—No es nada de eso, ni siquiera te acercas, preciosa.

Y por alguna razón, algún motivo extraño, por primera vez, me gustó que me llamara preciosa.

—¿Entonces? 

Él suspiró.

—Vale, voy a decirte, sólo si me prometes no reírte, no burlarte, y no decir que soy un completo cobarde y un estúpido total, aunque supongo que ya crees todo eso de mí, pero agradecería que no me lo repitieras.

Lo miré, expectante.

—Bueno… resulta que… es que yo en ese momento… estaba—Se desordenó el pelo. Yo sabía que desde pequeño ese acto significaba “Nervios” con la diferencia de que este Sehun era tan diferente al Sehun anterior; seguro, intimidante, apuesto. Cada paso que él daba transportaba tanta confianza e infalibilidad, que ya no recordaba cómo era verlo así de nervioso.

En ese momento, mi estómago se revolvió, repentinamente estaba igual de nerviosa que él, aunque yo no estaba segura de por qué exactamente.

—El caso es que…—Comenzó de nuevo Sehun—… el caso es que me gustabas mucho y tú pues… sólo me querías como amigo, y me sentía tan, tan fuera de lugar e incómodo cuando te acercabas. Llámame estúpido porque se podría decir que esa fue la primera vez que estuve enamorado, y no porque tuviera 9 años significa que eso sea imposible, de verdad te quería mucho, Sabía que nuestra amistad era demasiado hermosa como para perderla, así que decidí alejarme de ti por un tiempo, para olvidarme de ti. El problema fue que el tiempo pasó, tú no te acercaste a mí y yo pensé que ya no… querías ser mi amiga… entonces me alejé y… bueno, sin ti a mi lado…ya viste, me convertí en el estúpido sátiro y narcisista que tanto odias.
.
Exactamente, esa no era la respuesta que esperaba recibir, era incluso improbable.

—¿Cómo?—Pregunté, queriéndome cerciorar de lo que había dicho Sehun. Si esa confesión, suponiendo que fuera verdad, entonces significaba que yo no tenía motivos para odiarlo o no perdonarlo por lo que me había hecho.
—Oh, no me hagas repetirlo de nuevo—Bufó.

Podría haberlo perdonado, haberle dicho que entendía completamente sus razones o incluso podría haberle dicho que a mí también me gustaba, pero eso de “No me hagas repetirlo de nuevo” sólo me daba a entender lo arrogante que era y lo mucho que odiaba perder la dignidad ante una chica, seguía siendo un bastardo.

—Oh, perdón, olvidaba que eran las chicas las que te declaraban su amor eterno solamente—Murmuré sarcástica.
—Uhm, ¿Y ahora se puede saber porque se enojó Señorita Sensible? 
—No estoy enojada, sólo que tu actitud me exaspera considerablemente. 
—Entonces… Emm… no sé si pueda hacer algo para que dejes de odiarme.
—No creo, pero gracias por participar.

El entorno se volvió frío de repente, y no necesariamente por el frío ambiental. Nos volvimos fríos. Nuestro entorno ya no era nuestro, lo que fuimos entonces, ya no lo somos. Ya no lo seremos.

Ese no es Sehun, mi amigo de dientes chuecos. Ese era Sehun, el apuesto galán de cine que hace delirar a toda chica que se le cruza en el camino, y eso era odioso.

Bueno, no era que fuera muy fácil evitar ser apuesto, pero sí podía haber evitado ser un maldito mujeriego y…

¡Ah! ¡Quería estrangularlo hasta que volviera a ser como antes!

—Mmm… _______—Me llamó.
—¿Qué?—Pregunté seca.
—Lo lamento—Casi susurró, y sabía que lo decía en serio; desde pequeño, cada vez que tenía que disculparse de algo, su voz se reducía a un susurro: su orgullo era bastante elevado.

No lo somos. Podemos serlo.

<<¿Amigos otra vez?>>

Casi creí que esa había sido la voz de mi conciencia preguntándome si podría darle una nueva oportunidad a Sehun, pero cinco segundos más tarde me di cuenta de que él era quien me había preguntado aquello.

Lo miré con cuidado a sus ojos miel. ¿Debería creerle? Y más importante aún ¿Podría creerle?

—¿_________?—Me llamó, esperando por una respuesta.

Sí… no… si… no.

—Supongo que si dejaras de flirtear conmigo podría aceptar eso—Murmuré.
—Bien, como quieras—Rodó los ojos y luego me sonrío—. ¿Amigos?—Tendió su mano a mí en forma de trato. La analicé 10 segundos antes de tomarla; todo parecía ser perfecto, pero había algo allí, algo que yo estaba dejando pasar pero no sabía qué.

Jazzy gritó el nombre de Sehun para que fuera a darle vuelo en el columpio. Él fue enseguida mientras yo lo seguía por detrás; me senté en el columpio que estaba justo al lado del de Jazzy, mientras me mecía suavemente. Jaxon jugaba con la tierra justo al frente de nosotros, y tendría que bañarlo cuando llegáramos a casa.

—¡Más fuerte, Sehun!—Alegó la pequeña rubia haciendo un mueca desconforme. Sehun suspiró y siguió dándole vuelo. Cuando Jazzy estuvo conforme con la velocidad, Sehun se apartó y se apoyó en las cadenas de mi columpio.
—No se cansan, jamás—Murmuró negando con la cabeza, pero su tono era divertido. Yo solté una pequeña risita.
—Ya ves, la estás pagando. Tú le hacías lo mismo a tus padres, sólo que peor—Reí yo al recordar que cuando pequeño, Sehun tenía un pequeño problema de hiperactividad.
—Lo sé—Dijo y hubieron unos segundos de silencio—. ¿Recuerdas la vez que yo te estaba dando vuelo en este mismo columpio?

Yo me reí fuertemente.

—Sí, te golpeaste la cabeza con él al darme vuelo—Dije, apenas respirando al recordar el momento; había sido un oso fascinante, Sehun los tenía seguido.
—Sí, no fue tan gracioso—Dijo haciendo una mueca y se puso detrás de mí—¿Quieres que te dé vuelo?
—¿Para qué te golpees de nuevo? ¡Claro!—Sehun rió y empujó el columpio de las cadenas; no iba a poder pegarse en la cara con el columpio porque ya no tenía ocho años y el columpio no alcanzaba su cara, además que según mi perspectiva, Oh Sehun eran tan perfecto que dudaba que recordara cómo hacer el ridículo, lo cual era bastante decepcionante.
—Eso no va a pasar de nuevo.

Cuando tuve suficiente impulso, Sehun cambió de lugar apoyado en los barrotes que sostenían los columpios.

—Habría sido divertido—Dije riendo. 10 segundos después salté del columpio y me puse al lado de Sehun—. ¿Qué hora es?
—Las diez por lo menos—Se encogió de hombros—. No tengo reloj.

la niñera || sehun y tú Where stories live. Discover now