Los Samuráis

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La siguiente historia es totalmente mía. La serie O11CE no es de mi propiedad. Una historia hecha por fan, para fans.
¹· El episodio es adaptado al resultado y transcurso del partido.

Joaquín​

—¡¡¡Gol!!! —gritó eufórico hacia la cámara—. ¡¡Golazo de Ricky Flores!! Las tribuna aplaude al mexicano. ¡Los Halcones logran empatar el partido! Sin duda la reincorporación de Gabo Moreti ha ayudado de forma significativa al equipo. Estoy seguro que en "Juaco_Sports" todos se preguntarán cómo logró volver el número 10, y por supuesto, en "Juaco_Sports" se lo decimos, porque siempre estamos al tanto de toda la información deportiva; se rumorea que el médico pudo confundir las placas una vez más... Sin en cambio también se dice, que todo esto es obra de quién quiere perjudicar a los Halcones Dorados desde que el campeonato dio inicio.

Joaquín narró el partido de principio a fin. Fue todo un éxito; los chicos pasaron a semifinales, pero la alegría parecía disiparse en los rostros​ de Gabo, Ricky y Dedé; se mostraban serios y preocupados, mientras el número 10 parecía triste e impaciente. ¿Qué les sucedería?

Después del partido —y su excelente narración— se dignó a hacer acto de presencia con Martina, quién ya estaba sumamente enojada. Probablemente estaba loco por dejarla esperar; nadie hacía esperar a Martina Markinson.

—¿Dónde estabas, Joaquín! Llevo esperándote veintidós minutos. —Tomó el cuello de su camisa y rápidamente lo colocó en la silla.

—Lo siento —contestó nervioso e inseguro—. Es que estaba terminando la transmisión del partido contra los Samuráis.

—¡Me estás cargando? —dijo aún más enojada—. El partido terminó hace ya media hora. Será mejor que traigas el discurso.

Sonrió con mayor inseguridad y nerviosismo, y mostró un folder con varias hojas dentro. —Aquí está.

–Muy bien, leelo.

–¿Cómo?

–Que leas el discurso; no es tan difícil de entender, Joaquín.

—Por supuesto —tosió y exageradamente se aclaró la garganta—. Buenas tardes...

—Eso no, Joaquín —dijo inmediatamente—. Lee lo nuevo que escribimos.

–Que escribí, querrás decir.

—¡Sólo lee! —respondió totalmente exasperada.

—Los deportes no son exclusivamente para aquéllos que lo practican, sino también para quiénes lo disfrutan. En el fútbol, en el voleibol, en el básquetbol o en el rugby; en ningún juego hay diferencias, todos tenemos un papel que desempeñar. No importa qué lugar ocupes en la escala social, ni tampoco qué gustos tenés; cuando hay pasión, todos somos iguales. Probablemente algunos serán terribles fuera del juego —Martina rodó los ojos—, pero cuando ves el amor que ponen y la pasión con la que salen a darlo todo, te das cuenta que en el fondo no son tan malos; son personas normales que saben amar lo que hacen. El IAD nos enseña eso: todos aquí estamos para ser formados y aprender a crecer como...

Martina

Joaquín relató todo el discurso. La había dejado asombrada; no sabía qué hacer con esa sensación de repentina inseguridad y ganas de escuchar por veinticuatro horas seguidas al muchacho​. No podía creer la forma en la que colocaba las palabras para un simple discurso, era una nimiedad, sólo eso; y ahora Joaquín lo tomaba de forma tan emotiva, sincera... tan perfecta. Un momento, ¿qué estaba pensando? Él la ayudaba con todo eso, no mantenían alguna amistad o algo más; debía dejar de concentrarse en este chico, mas no lo lograba, se volvía una tarea casi imposible de hacer. «¿Qué pensas, Martina? Debés utilizarlo como la vez pasada, no hacerte su amiga.»

O11CE SEGUNDA PARTE • TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora