Imaginas de Cameron Boyce ......

Noche de películas ( Luke Ross )

Imagina que........

Acababas de llegar al penhouse de los Ross  , donde, habían acordado hacer una noche de películas y quedarse a dormir.

Todo estaba arreglado, solo faltaba que los demas llegaran. La noche avanzo y las peliculas igual.  Al momento de dormir, te asignaron una habitación . 

Intentaste dormir, pero las diversas imagenes de las peliculas no te dejaron hacerlo.  Tenias la paranoia de que una de esas cosas se te apareciera en la habitación. 

Tomaste el celular en tus manos y lo revisaste, teniendo la esperanza de que alguno de las personas que estuvieran en aquella casa, estuviera en linea o aun despierto.

El unico que aun estaba despierto, era nada mas ni nada menos, Luke Ross.

Saliste de la habitacion mirando hacia todo lado por miedo a que algo se te apareciera.

Caminaste por el pasillo y alumbraste con la linterna de tu celular para saber cual era la habitacion del pecoso.

No tenia seguro, asi que entraste y cerraste la puerta asegurandote de que no hiciera mucho ruido al cerrarse.

—¿Que haces aquí? — pregunto a lo que reíste.

—Venia a hacer compañia... Ña, no a dormir, esas peliculas... En fin, te vi en línea— respondiste a lo que el gruño.

—Que niñita ¿Enserio te dan miedo esas películas?— se burlo el peli-negro a lo que te sentaste en el borde de la cama y sonreíste.

— Si, soy una niñita— respondiste orgullosa a lo que el rio.

—¿Piensas quedarte a dormir?— pregunto a lo que te sonrojaste, pero diste gracias a que no podia verte.

—Si, no creas que subi hasta aqui solo para decirte: te vi en línea— respondiste a lo que el rio.

—¿Y que te hace pensar que aqui no se te aparecera una de esas cosas de la película?— pregunto a lo que suspiraste.

 —No lo se... Con la sola idea de saber que estare contigo, me tranquiliza un poco — respondiste a lo que el sonrió.

—Ah ¿Con que te gusta estar conmigo?— pregunto el pecoso a lo que reíste.

—jum... Tal vez— respondiste a lo que el permanecio en silencio.

Te abrazo por atras y te obligo a que te acostaras dandole la espalda, siendo la cucharita grande.

—¿Que haces?— susuraste al sentir como te abrazaba contra su pecho.

— Dormir...— respondió para luego levantarse un poco y dejar barios besos en tu cuello, haciendote reír.

Te abrazo y espero a que te quedaras profundamente dormida