QUINCE

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Esta historia me llegó al mail y en verdad me provocó un escalofrío. Además, por alguna extraña razón, al momento de querer publicarla, mi computadora se apagó con la batería llena...

Sin embargo, aquí esta. Desde Venezuela, @FuckingStone envía su experiencia.

 Desde Venezuela, @FuckingStone envía su experiencia

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Era un noche completamente ordinaria, como cualquiera. Recuerdo perfectamente que mi hermano ya estaba dormido, al igual que mi papá, pero lo usual es que mi madre y yo nos quedamos despiertas un buen tiempo, siempre ella y yo nos acostábamos a las doce, y no faltaba mucho para que el reloj marcara esa hora. Yo estaba acostada, el aire acondicionado estaba apagado, la puerta de mi habitación estaba abierta, y lo único que alumbraba a lo lejos de mi cuarto era el foco de mi habitación; todo normal ¿no? Eso era lo que pensaba, simplemente estaba en mi teléfono, pero no entiendo por qué decidí mirar al exterior de mi habitación.

Después de estar unos segundos mirando a la lejanía, vi pasar algo frente a mi puerta, esa sombra que tanto se parecía a mi mamá. Eso, se quedó mirándome, estancado en el marco de mi puerta, y yo que pensaba que mi madre me iba a dar las buenas noches... Luego, simplemente volvió a su rumbo y se marchó. Me pareció muy extraño, ¿por qué razón mi madre tendría esa rara actitud? Yo, complemente aturdida y un poco asustada, me levanté de mi cama y cerré mi puerta con seguro.

No me atrevía a salir, tenía un extraño presentimiento de que si lo hacía me arrepentiría de por vida, así que mi idea más brillante fue llamar a mi madre por teléfono, la única que se encontraba despierta a esta hora.

Recuerdo perfectamente la llamada telefónica:

«Un tono, dos tonos, tres tonos... Hasta que al fin, me contestó.

—¿Qué pasa? —interrogó medio adormilada.

—¿Por qué te quedaste viéndome extraño hace un minuto?

—¿De qué hablas, Gabriela? Si ya yo estaba durmiendo.

Ahí, justo en ese momento, sentí como mi corazón empezó a latir frenéticamente, me quedé muda mientras que mi pecho subía y bajaba rápido, tratando de calmarme. Mis manos estaban temblorosas, lo único que podía era revivir en mi mente a la sombra, esa maldita sombra, ese peligro.

—¿Por qué me preguntas eso Gaby?

—¿Podría dormir contigo? —evadí su pregunta. No iba a dormir sola esa noche, ¡estaría loca si lo hiciera luego de eso! —. ¡Por favor! —pero no obtuve respuesta. Miré la pantalla y descubrí que la llamada se había cortado.

—¡MAMÁ! —grité con todas mis fuerzas para que me escuchara, y sabía que me podía alcanzar a escuchar, ya que su habitación quedaba al frente de la mía.»

¿Lo extraño? Ningún grito se escuchó esa noche, sólo yo lo escuché. No entiendo como las otras veces siempre me escuchaban, y esa noche en específico, absolutamente nadie me escuchó. Me sentí sola y desprotegida, como siempre, como ahora.

 Me sentí sola y desprotegida, como siempre, como ahora

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Cripta | Colección de historias paranormalesNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ