Cripta | Colección de historias paranormales

VEINTITRES

Hola nuevamente.

Desde Venezuela, @infinitymd me envió 8 experiencias paranormales. Les comparto una que me gustó personalmente y luego subiré las demás.

Desde muy pequeña, tengo miedo a que me espanten, por eso, hasta hace unos dos o tres años que duermo con mi hermano, si no, seguiría durmiendo con mis padres (tengo 12), sumando el hecho de que el aire de mi cuarto está dañado y yo no puedo dormir sin uno por los ruidos de la noche, que sinceramente me dan demasiado miedo.

Gracias al miedo al que me espanten, no suelo ver películas de terror ni nada por el estilo. Irónico es que estoy enviando un mensaje para un libro de éste tema que evito...

En fin, va la historia:

Tenía como cuatro o cinco años, y me desperté en medio de la noche, ese día estaba durmiendo sola en mi cuarto, mi hermano no había nacido, y yo dormía con una luz de noche. Tenía ganas de ir al baño, por lo que me levanté abrí la puerta, no había nada encendido pero yo estaba más que acostumbrada a ir al cuarto de mis padres en la noche, por lo que conocía el camino como a la palma de mi mano.

Cuando tenía la mano en la perilla de la puerta, la intenté girar pero no cedió: le habían puesto el seguro. Eso me lo había dicho mi Papá el mismo día, en la tarde, que como ya era grande debía dormir sola y no ir a dormir con ellos en medio de la madrugada (cosa que siempre hacia) y por eso me iban a cerrar la puerta para que no lo hicera.

Patee la puerta y le pegue, entre lágrimas, por el miedo que tenía no solo a la oscuridad, sino a lo que había en ella.

Nadie me abrió y yo estaba que me orinaba, por cierto, en el cuarto de mis padres hay un baño y ahí era donde yo iba en la noche cuando tenía que hacer mis necesidades.

No había más opción que ir a baño que había al lado de la sala, así que eso hice, pero antes me devolví a mi cuarto a buscar a mi fiel oso de peluche.

Antes de llegar al baño, miré a la sala y comprobé que no había nadie, así que con tranquilidad hice lo mío. Con la luz del baño encendida, casi todo estaba iluminado, y no se por qué, pero miré a la mesa del comedor y allí había, en efecto, un hombre sentado, mirándome muy fijamente.

Como solo vivía con mis padres, me espante y corrí a mi cuarto.

Del susto, deje al oso en el baño, sin el no podía dormir. Pero ni loca me devolvía a buscarlo.

Ahora que lo pienso, tal vez ese hombre que vi podría ser el de la sombra que suelo ver, es casi idéntica...