Cripta | Colección de historias paranormales

TREINTA Y DOS

Primero que nada, hola, te envío una experiencia que tuve, comienza aquí:

Había estado toda la madrugada despierta, leyendo, descargando música, y cuando amaneció estaba limpiando en casa, mi hermana pertenecía al turno de la mañana, yo al de la tarde de secundaria mi madre se encontraba trabajando, y la pareja de mama, habían discutido y el se había ido por pocos días, como siempre el ciclo cada 4 meses.
Por discutir tonterías... todo bien ahí, hasta que decido dormirme... siempre he proferido dormir con la luz apagada o tenue, así que decidí dormír en mi cuarto, el cual no tenía ventanas, el cual no nos dejaban tener puerta y en cambio cortinas rojo vino, abundante y muy poco ondeante, cubrían la entrada de nuestro cuarto, la luz le llegaba muy poca debajo de la cortina, esta vez logre dormir, pero de nuevo sucedió... pensé que de día no lo haría, pero me equivoque, el de día también me molestaba, y más si en la oscuridad de mi cuarto se trataba, mientras dormía sentía que me ahogaba, que algo oprimia mi pecho, algo me levantaba hasta quedar encorvada, y no me dejaba moverme pero solo sucedia en mi sueños, desperté, y rápidamente encendí la pequeña lámpara al costado de mi cama, abrí los ojos, y me sente perezosamente en mi cama, siempre que ese ser invisible llegaba a mi cuarto, me dejaba sin energías, sin ganas de caminar, de levantarme, de respirar...

Pero mi miedo era más grande, y me fui al cuarto de mi hermana, el cual el de ella si contaba con ventanas y cortinas rosadas en la ventana, lo cual le daba más vida e iluminación, me tire encima de su cama y intenté dormir de nuevo, de repente me introducí al mundo de los sueños, está ves vi que me encontraba en una parada de autobuses, para ir al interior de mi país, la pareja de mi madre me decía que allá estaría mi tia Elena y su amiga Caro, que me esperarían para preparar un postre típico de coco con miel, y frutas secas... había llegado a mi destino, me encamine por un camino con leve llano de color verde y entre amarillo, me di de cuenta que el lugar se distorsionaba y llegaba a las bancas de mi colegio... ellas estaban ahí hablando, no las podía oir por que aún no me acercaba, de repente todo se pauso durante 5 segundos excepto yo, me quedé mirando raro a mi alrededor pero volví mi vista, a ellas, les saludaba, le hablaba, pero no me oían, yo parecía invisibles ante ellas... sentí pisadas, mientras les hablaba, mire hacia atrás y un hombre alto, de piel café, con leve gordura en su panza, con unos brazos muy trabajados, ojos mieles, barba de candado que llegaba hasta su cuello, y mechones enredados de cabellos que caían hasta su costilla venía hacia mi, vestido con un camisón blanco hueso y pantalones negros... el cargaba un cuchillo, que parecía una daga y venía hacia mi, tuve miedo, corrí fuera de el, pero no había lugar en donde esconderse, les pedía ayuda a las dos mujeres que estaban frente a mi, pero nada sucedía, me iban a hacer daño en mi propio sueño y no lo podía evitar, el hombre llegó hasta mi, y cerré mis ojos por que no quería presenciar mi propia muerte, algo frío y doloroso roso profundamente mi garganta, me cargó, y luego abrí mis ojos... Y estaba en mi habitación.

Suspire, y me levante pero, no podía, no lograba hacerlo, estaba mi pecho mirando hacia bajo contra la cama, y mi cabeza a un lado, y era imposible moverme, entonces entendí que aún no había despertado, y con todas mis fuerzas movi mi cuello hacia delante, fatal error, un ser delgado y alto de piel negra y ojos amarillos, me sacaba su repugnante lengua y sonreía sinicamemte mientras lo hacia, mi sorpresa temerosa fue más grande cuando sentí a alguien rozarme el pies, y está vez no era uno, eran dos fatidicos seres que me tenian acorralada. Con todas mis fuerzas me levante de mi cama, y mi cuerpo dormido estaba ahí, fui por un cuchillo a la cocina, y elegí el más largo, fui al cuarto de mi hermana pero mi cuerpo ya no estába, ellos se lo habian llevado, y quería mi cuerpo, empecé a llorar pensando a la atrocidades que podían hacer mediante el, me asusté y fui a la sala a buscar mi cuerpo, fui al pasillo de la sala y nuevamente a la cocina, pero jamás fui a mi cuarto, ni al de mi madre, ahi, ahí habían espejos y según leí, los espejos eran la entrada a otro mundo el cual no me quería perder, me di por vencida y me eche a llorar, en medio de la sala, y los siguientes sonido se hicieron oir.

¡toc! ¡toc! ¡toc!

- Sobrina, abre la puerta, que ya llegamos. - estaba sudorosa, y con la adrenalina al por mayor, me vi en la misma posición de antes, pero con la diferencia de que en mis ojos habían pocas lágrimas... era al mediodía, yo entraba al colegio y mi tia Elena me salvo de ese sueño, me sentía demasiado mal, tanto mental como físicamente para asistir nuevamente al colegio y me quedé en casa.

Pero mientras mi tia me regañaba desde la sala por no ir, yo solo pensaba en el sueño que tuve, y me asustaba volver a soñarlo.

Después de éso, ahora tengo insomnio, las veces que apago la luz, aveces me despierto por que siento que alguien me observa y enciendo la lámpara, pero las veces que dejó la lampara encendida no puedo volver a tocar sueño correctamente, muy pocas veces en la madrugada, cuándo me quedo despierta, oigo pequeños sonidos raros que pueden pasar desapercibidos, pasa pocas veces.