Capitulo 23

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-Ha pasado un mes, logre que tus papas te dejaran un mes más conectada pero siguen insistiendo que debemos desconectarte –me acosté a su lado en aquella cama del hospital-, aunque hoy la doctora Mayer me dijo que puede que haya algo que hacer, me dijo que pueden hacerte una cirugía exploratoria para ver si quizás tu anterior neurocirujano no vio algo y que quizás ella si lo vea, el problema es que por tu estado de salud puedes morir en el quirófano eso en el peor de los casos, o quizás ella encuentre algo, quizás tu estado de salud mejore y de pronto haya posibilidades que te despiertes, sé que la exploración tiene muchos riesgos mi hermana me lo explico –reí-, tienes que ver como habla de medicina siento tan joven, ella me dijo que todo depende de cómo haga el proceso la doctora Mayer, es una buena doctora, confió en ella –tome entrelazando nuestros dedos- y aunque mueras en cirugía al menos sé que hice todo lo posible amor y no te deje morir asi como asi. Es horrible pensar que hace ya casi ocho meses desde el accidente y aún estamos en el hospital, he repasado tantas veces todo lo que sucedió ese día, como no se nos ocurrió que algo asi pasaría, como no nos dieron un aviso en el hotel, porque no nos acordamos de los cinturones de seguridad, ¿Por qué las cosas se dieron asi? –le di un pequeño beso en su mano-, tu mamá no sé qué cansa de agradecerme por darte los mejores últimos meses, pero no lo pienso asi, le digo "no es nada, fue un placer" por cortesía y porque no sé qué más decir, pero no siento que te di los mejores últimos meses aunque siendo sincero fueron perfectos para mí, bueno, siempre que estaba contigo todo era perfecto, desde que estábamos niños era asi y ¿sabes?, soñé muchas veces vernos de viejos contándole a nuestros nietos como desde muy pequeños siempre estuvimos juntos, como después de tantos años nos rencontramos y nos seguíamos amando, siempre soñé con que algo asi pasara lo cual ahora que lo pienso es algo raro en mí, mi hermana dice que me has cambiado, que me has puesto más sentimental y creo que si es cierto, pero me gusta, me gustaba ser asi contigo y me salía de la nada, sin esforzarme, era yo mismo contigo Nathalia, era yo mismo y me sentía bien, sé que tu también lo eras, sé que eras feliz conmigo porque lo podía ver en esos hermosos ojos, esa hermosa sonrisa, joder en esa hermosa sonrisa –sonreí mirando al techo-, tengo que confesarte que eso es lo que siempre me ha gustado de ti, tu sonrisa, tenías muchas clases de sonrisa y todas sabia diferenciarlas, pero todas eran hermosas –me quede unos minutos mirando el techo mientras sobaba su mano delicadamente-. Necesito que vivas Nathalia, lo necesito y a veces me siento egoísta porque no sé si en verdad lo que quieres es descansar en paz y yo lo estoy impidiendo, pero amo te necesito en mi vida y por eso convencí a tus papas para lograr hacerte la cirugía exploratoria, mi amor pero pase lo que pase quiero decirte que estoy orgullo de ti, de la mujer en que te convertiste. Poder convivir contigo en estos cortos y eternos meses ha sido un paseo que jamás saldrá de mi cabeza, siempre estarás aquí, allá, en algún rincón de mi vida, llenando de alegría todos mis momentos, apareciendo en mi mente, tú y tu recuerdo. No solo la mejor versión de lo que alguna vez fuiste, sino también todas tus versiones, porque lo que eres nunca ha sido un error para mí, ni para nadie. Eres perfecta, y como es de esperarse, sigues siendo igual de hermosa que esa primera vez en la que pude hablar contigo en el jardín de niños. Vamos, mírate, justo ahí en tu alma, aun conservas ese recuerdo del día en que nos conocimos, día en el que me sentí afortunado de tenerte entre mi existencia. Sé que podrán llegar muchos períodos de tiempo en los que consiga echarte de menos, quizá lo haga todo el rato, a cada instante, pero también pasarán muchos otros en los que consiga olvidarte por milésimas de segundo. Sin embargo, tú seguirás ahí, corazón. Siempre, tu recuerdo más que latente, estarás palpitante, haciéndote sentir, porque fueron más que sólo alegrías las que alguna vez me regalaste, fuiste tú misma, al estar ahí, de la manera más incondicional. Sin aparentar ser nada, justo así era como yo te quería, siendo nada más que sólo tú, y aun así, eras demasiado. Todo sin ti será el doble de difícil de lo que era antes de haberte conocido, porque me enseñaste a creer, a confiar, a brillar, pero nunca me dijiste que hacer con mi vida cuando tú ya no estuvieras en ella. Te extraño, y lo hago desde mucho antes de que me enterara de que estabas en coma, pero que le vamos a hacer. Sé que vendrán cosas mejores. Y no sólo en ti, sino también en mí, en mis capacidades, en lo que cada persona debe ser sin pensar en el que dirán. Por esa razón nunca olvidaré todo lo que la vida es, porque la vida no es más que todo lo que vi cuando solía estar contigo. Serás inolvidable y sé que no hay adiós que deje ir todo lo que siento justo ahora, pero nunca hubo nada tan perfecto como saber que la mitad de ti se ha quedado clavada en mí. Las palabras con las que me erizabas la piel en esas noches sin censura en las que revelábamos secretos, las millones de sonrisas que en mi cara se dibujaban cada mañana al despertar pensando en cómo sería abrir mis ojos y verte ahí a mitad de la noche. Tus detalles, tus ideas, tus ocurrencias y la manera en la que me hipnotizabas con ellas. Seguirás ahí, aquí, allá. Siempre en mí, como esa luz que nunca se terminará de apagar. Porque, cariño. Lo sé hoy, lo sabré mañana, y lo sabré siempre. En cada paso que dé, en cada respiro, en cada pensar. Has sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Y quizás te preguntes porque te digo todo esto, pero una vez cometí el error de no despedirme, de no poder decirte todo lo que sentía cuando me podía escuchar, asi que ahora que entraras en la cirugía quería decirte todo bebe, quería que supieras que pase lo que pase, siempre serás lo mejor que me ha pasado en la vida.

-Christian –escuche la voz de la doctora Mayer casi en un susurro-, es hora de llevarla a cirugía


Me levante asintiendo, la mire y quizás por última vez probé sus labios, robándole un último suspiro de su alma.


-Christian –alce la mirada encontrándome con los ojos azules de la doctora Mayer-, hare hasta lo imposible para que todo salga bien, ¿sí?

-¿Me lo prometes? –dije con mi voz apunto de quebrarse-

-Te lo prometo –dijo y vi como salía de la habitación con Nathalia para el quirófano-


Solté un suspiro y me deje caer en aquel mueble de la habitación. 

Christian BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora