tres

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Min Yoongi. Min Yoongi. Min Yoongi.

—¡Min Yoongi!—grité al verle sentado en mi pupitre.

Me quedé de piedra. Estaba ahí, sentado con su cara de "no me importa una mierda" y el uniforme del colegio, con el pelo despeinado y los ojos hinchados. Ah, dato importante, tenía la música tan alta que hasta yo podía escuchar a Epik High saliendo con fuerza de sus cascos.
Me acerqué marcando cada paso para que se me oyera más y le quité un auricular. Cuando me vio y sonrió se me pasó la supuesta furia que sentía al descubrir que él era el desgraciado Min.

—Buenos días, alumnos.

Al escuchar la voz de la señorita Park di un saltito y me senté al lado de Yoongi bajo su mirada burlona.

—Al parecer el estudiante Min se ha dignado a venir—dijo la profesora yendo hacia su mesa repleta de papeles (como ya era usual) mientras lanzaba una mirada severa a mi compañero.

La clase en su totalidad giró la cabeza para mirar hacia dónde estábamos. No faltaron murmullos y risitas por parte de las chicas. Detestable.

—¿Tiene justificante para la falta de ayer?—dijo otra vez la profesora con fingida paciencia.

Yoongi se encogió de hombros y, tras un suspiro, negó con la cabeza. Ahora era yo quién le miraba burlona. La profesora, en cambio, decidió hacer la vista gorda e ignorar el hecho de que había faltado porque había querido.
Llevaríamos unos diez minutos de clase cuando volví a escuchar música a mi lado. Yoongi escondía uno de sus auriculares bajo sus largos dedos, apoyando la mano en su mejilla.
Le di un suave codazo para llamar su atención, pero en vez de hacerme caso me devolvió el golpe. Aproveché cuando la profesora se dio la vuelta para escribir en la pizarra y aparté la mano de su pálido rostro para quitarle el casco de la oreja.

—¿Eres tonta o qué?—susurró frunciendo el entrecejo y fulminándome con la mirada mientras enrollaba el cable de los audífonos.

—Se escuchaba por toda la clase, de nada—respondí en el mismo tono y volví a poner mi atención en la lección.

Quise que pasara algo más, que me mandara alguna nota o algo, aunque fuera un insulto a mi persona. Quería su atención en mí, no en la clase o su música. Y sonará egoísta, pero es que había leído tantas fanfictions y novelas románticas que de verdad pensaba que a mí me ocurriría alguna de esas cosas. Con el nuevo. Con alguien que no conocía de nada.

Estúpida.

Salí totalmente deprimida al recreo tres horas después. Yoongi en la segunda hora se había dormido recostándose descaradamente sobre el escritorio y en la tercera había vuelto a ponerse música para aislarse. Me llamó mucho la atención escuchar música clásica en vez de rap o hip-hop, aunque igualmente me enfadó que fuera tan descuidado.
No podía evitar que aquel chico repleto de secretos y demasiadas cosas por resolver me llamara la atención. Era un obra de arte, era imposible no mirarlo de vez en cuando escondida detrás de mi cuaderno... Y eso me irritaba a más no poder, porque él no parecía tener ningún tipo de interés en mí... Y yo solo pensaba en él. Las cosas nuevas me atraían sin remedio, no lo podía evitar.

Caminé arrastrando los pies hasta la sala de música para tomar la merienda sola frente al piano negro. Deseaba con todas mis fuerzas que mi amigo apareciera para salvarme y, con suerte, cantara alguna canción de Adele para mí. Abrí la puerta lentamente y me sobresalté al escuchar el piano funcionar. Con todo el sigilo que una persona con el corazón saliéndosele del pecho puede tener, cerré la puerta. Al momento, el piano dejó de sonar y unos pasos fuertes y decididos me obligaron a dar marcha atrás en el pasillo. Cuando el profesor de música salía del aula simulé estar pasando por allí.

Blue | Min Yoongi; BTSWhere stories live. Discover now