Una trampa y un señuelo

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Al regresar al campamento todo estaba normal... Todo menos cierto youkai de piel verde que parecía estar a punto de tener una crisis nerviosa.

—Jacken, ¿Estás bien?—Tuvo que cubrirse sus oídos cuando el youkai al escuchar su voz gritó asustado.

—Azul-Sama, ¡Gomennasai!—Gritó, comenzando a hacer reverencia una y otra vez.

"Esta bien..." Pensó la castaña mientras una gotita de sudor bajaba por su frente.

—¿Por qué estás...?—Calló de repente cuando sintió algo extraño.

Todas las miradas fueron a parar a la ojigris cuando esta, sin decir una palabra, comenzó a caminar, alejándose de ellos.

—R... Rin...—Logró decir mientras seguía caminando, su cuerpo no le respondía.—A... Algo me... Está...—Sus ojos se abrieron a más no poder y sus ojos se volvieron completamente blancos.

La estaban manipulando.

"No puedo... Tomar el control."

Era capaz de ver y escuchar todo, pero su cuerpo no obedecía a su mente.

"Ayuda"

—¡Azul-San!—Kohaku logró alcanzarla y la abrazó, utilizando todas sus fuerzas para que la castaña no avanzara más.—Vuelva en sí, onegai.

"¡Eso intento!" Gritó en su mente.

—Suéltala.—Kohaku abrió los ojos de par en par al escuchar la orden del dai youkai.

—Pero...

—Hazlo.—Ordenó con el ceño fruncido, más de lo normal.

El pequeño no tuvo más opción que acatar la orden. En cuanto deshizo el abrazo el youkai desenfundó su espada y cortó los hilos invisibles que ataban a la humana.

Parpadeó varias veces volviendo en sí. Miró a su alrededor. Rin y Jacken corrían hacia ella, y Kohaku y Sesshomaru la examinaban con la mirada.

Suspiró sintiendo algo en su pecho.

—Azul-San, ¿Está bien?—Preguntó el pelinegro ya un poco más tranquilo.

—Si, Kohaku. No te preocupes.—Sonrió intentando que con ese gesto el hermano de su amiga se tranquilizara.

El sólo asintió frunciendo el entrecejo.

—Algo la estaba controlando. Afortunadamente Sesshomaru-Sama logró hacer que volviera en sí.—Ella asintió, dirigiendo su mirada al youkai de mirada fría.

—Naraku está cerca.—Tragó saliva cerrando los ojos.—No sé que está haciendo, pero siento que algo me obliga a caminar e ir a un punto en específico.

—Rin, Jacken, Kohaku, vuelvan al campamento.—Ordenó Sesshomaru cuando todos por fin se habían reunido.

—Pero...—La pequeña azabache miró con preocupación a los adultos.

—Rin, onegai regresa al campamento.—Dijo con suavidad la castaña.—Volveremos en un momento.

No muy convencida asintió y regresó al campamento junto al youkai verde y al pequeño taijiya.

Suspiró antes de dejarse llevar por aquel extraño sentimiento en su pecho que la atraía a un prado abierto.

Su sorpresa fue grande cuando vió a sus amigos en el prado.

—¡Nee-Chan!—Gritó el hanyou al verla y corrió a abrazarla.

—Konnichiua inu-nii-chan.—Dijo, alegre de haberse encontrado con él y sus amigos después de tantos días. Frunció el ceño de repente.—¿Qué están haciendo aquí?

Esa chica extrañaWhere stories live. Discover now