Oliver

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  — ¡Te encontré!— Gritó con alegría el pequeño niño de cabellos castaños al separarse del abrazo. Frunció el ceño.— ¿Por qué estas vestida así?

  — ¿Oliver? ¿Como...? — Sonrió sin poder evitarlo y se arrodilló para quedar a su altura y volver a abrazarlo.— Estamos en Japon, en la época feudal. El  pozo te trajo aquí al igual que lo hizo conmigo.

  —¿Ellos son tus amigos?— Señaló a las personas que lo habían encontrado en el pozo y habían cuidado de él en estos días. 

Ellos veían la escena sin comprender nada, no lograban entender en que idioma estaban hablando.

  — Si, ¿Ellos cuidaron de ti?— Oliver asintió con una sonrisa, frunció el ceño de repente.

  — Me dijeron como se llamaban, pero no entendí lo demás.— Miró de reojo a Inuyasha, que veía la escena mientras sus orejas se movían.— ¿Por que el tienes esas orejas de perro?

  — Es porque el es mitad demonio, su mama fue una humana y su papa un demonio perro.— Al ver la mirada confusa del pequeño decidió explicarle eso mas tarde.— Después te explicaré con mas detalle. En pocas palabras, el es mitad perro.

El pelicastaño asintió, comprendiendo. Después su mirada viajo al hombre que tenía un gran parecido con el chico con las orejas de perro. 

  — Ellos se parecen mucho.—Desvió la mirada al ver como el inu youkai lo veía. Él le daba un poco de miedo.

Ellos son hermanos, aunque no se llevan muy bien que digamos.— Llevó una de sus manos a su nuca. Oliver rió y ella también.

  — Nee-chan, ¿Que rayos están diciendo? — Preguntó el hanyou con el ceño fruncido.

No entendía ni una sola palabra de lo que decían.

  — El es mi hermano menor, Oliver.—Ahora era el pequeño castaño el que tenía una cara de confusión, no sabía de lo que estaba hablando, sólo escuchó su nombre.

¿Qué?—Preguntó el pequeño sin comprender.

Les acabo de decir que somos hermanos.—Sonrió hacía el pequeño.

Oye Azul, ¿Por qué Inuyasha te dice Nee-Chan?—El pelicastaño frunció el ceño de repente, escuchando con atención, tratando de comprender aquellas palabras extrañas que ellos decían. La castaña se tensó y su sonrisa se fue esfumando conforme su hermano menor seguía con el interrogatorio.—Y ¿Por qué no estás con ellos si son tus amigos?... ¿Por qué Inuyasha te abrazó de la barriga y todos sonrieron? ¿Por qué...? ¿Azul? Hermana, ¿Por qué estás tan roja?

El rostro de ella estaba tan rojo que incluso sus amigos podía notar como comenzaba a echar humo por su cabeza.

—Azul, ¿Qué te dijo?—Preguntó Kagome al ver las reacciones de su amiga, ella negó una y otra vez sin decir una sola palabra.

¡Ya adiviné!—De un salto, el pequeño Oliver se incorporó y señaló a su hermana con una sonrisa.—Tienes un bebé en la barriga, ¿Verdad?—Ella asintió y más humo salió de su cabeza.—¡Adiviné! Espera... ¿Tienes un bebé en la barriga? ¿Entonces vas a ser mamá? ¿Y quién es el papá?

Esa chica extrañaWhere stories live. Discover now