08| Proteger.

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Stiles no podía creer que eso le estuviera pasando a él, no quería volver a ver a esa persona  en su vida, esa persona que tanto daño le había hecho, pero ahora ahí estaba, después de tres años volvió a aparecer en su vida como si nada de lo que le hizo hubiera pasado. La vida no podía ser más perra como para volver a poner a esa persona en su vida.

Corrió sin rumbo alguno, ignorando a las personas que lo insultaban por aventarlas, nada le importan en esos instantes, solo quería llegar a la residencia y protegerse en las cuatro paredes de su habitación y quizá no volver a salir de ahí.

Empezó a disminuir la velocidad con la que corría al sentir que el aire le comenzaba a faltar, sólo esperaba que no fuera un ataque de pánico porque sino ya sería muy mala suerte para Stiles. Miró hacia los lados esperando encontrar a alguien que conociera; y para su suerte divisó una cabellera rubia y rizada. Isaac.
Corrió tras él y le llegó por la espalda sobresaltando al rubio.

—¿Estás bien, Stiles?—la pregunta salió de sus labios con un toque de preocupación al ver al chico muy alterado.

—No. ¿Podrías llevarme de regreso?—miró hacia todos lados con el miedo reflejado en sus ojos. Podrían decirle paranoico, pero tenía sus razones y nadie podría culparlo.

Isaac accedió a llevarlo, esperando que al estar con Scott pudiera tranquilizarse, ya que se veía realmente mal.

Al llegar a la residencia, lo primero que hizo Stiles fue salir corriendo hacia su habitación para encerrarse en ella; ni siquiera le agradeció a Isaac por haberlo llevarlo, ya luego se lo agradecería.

Cerró la puerta tras de sí; recargó su espalda en la misma y se fue deslizando por la misma hasta llegar a tocar el suelo. Abrazó sus piernas y escondió su rostro entre sus rodillas.

Scott estaba dormido, pero los sollozos incontrolables de Stiles lo despertaron, miró por la habitación y se encontró con una imagen que le encogió el corazón. Se paró inmediatamente de la cama y sin preguntar qué ocurría, abrazó a Stiles comenzando a susurrarle cosas que lo tranquilizaran.

Stiles se quedó dormido en los brazos de Scott después de mucho rato en el que estuvo sollozando sin parar. Scott lo dejó en la cama y salió furioso en busca de Derek.

—¡Hale!—exclamó en cuanto lo divisó en el estacionamiento.

Derek se acercó rápidamente a él con la esperanza de que supiera dónde estaba Stiles.

—¡Estás muerto, Hale!—lo tomó por la chaqueta amenazante, mientras lo miraba como si fuera su peor enemigo. La mirada que Scott le estaba dedicando le causó escalofríos; si bien Scott era menor que él eso no quitaba el hecho de que fuera amenazante.—¿Qué le hiciste a Stiles?

—Yo no le hice nada. No le haría nada. ¿Está contigo?—las palabras salieron rápido de su boca.

—¿Entonces porque llegó en un estado tan mal?—la voz de Scott era tan fría como el mismo hielo.

—Se encontró con un tipo, en cuanto lo vio se puso muy mal.

La expresión de Scott pasó de enojada a preocupada en cuestión de segundos. Pasó sus manos por su azabache cabello mientras maldecía en voz alta. Derek no entendía que pasaba, pero en definitiva la presencia de aquel tipo no era buena ni bien recibida por nadie que fuera amigo cercano de Stiles.

—¿Quién es él, Scott? ¿Por qué Stiles se puso así?

—No debería decírtelo.—negó con la cabeza y apretó tanto sus manos que sus nudillos adoptaron un color blanquecino.

—Quiero saber quién es él, quiero ayudar a Stiles y no podré hacerlo si no sé con quién estoy tratando y porque Stiles reacciona de esa manera.

Let me love you| Sterek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora