10| Tal vez.

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Habían sido días tranquilos para Stiles, no había sabido nada de Barry, ni él ni la policía y eso era una gran noticia, pero Stiles estaba consciente de que no todo lo bueno dura para siempre y sabe perfectamente que en cualquier momento Barry saldría de su escondite y volvería a hacerle la vida imposible. Pero hay que aprovechar los buenos momentos que se presentan antes de que se espumen y vuelva la tormenta.

El aburrimiento estaba consumiendo a Stiles, pasaba de la media noche y no se podía dormir, ni tampoco podía platicar con Scott, usualmente Stiles despierta a Scott cuando no se puede dormir y por más sueño que Scott tuviera se ponía a platicar con Stiles hasta que se durmiera, ya que era consiente de las constantes pesadillas del castaño.
Pero Scott no estaba; se había ido a una fiesta. Stiles insistió en que Scott se fuera, no quería que su amigo dejara a un lado su vida por él, quería que Scott disfrutara y no se detuviera por él.

Derek había insistido en cuidarlo mientras Scott no estuviera, pero se negó rotundamente, pero ahora se arrepentía de eso, tal vez si el morocho estuviera no estaría tan aburrido.

Unos toques torpes en la puertas llamaron su atención, supuso que era Scott, ya que la mayoría de las veces él tenía que ser el que le abriera la puerta a Scott pues éste olvidaba sus llaves muy a menudo.

—Scott, dime por favor que no...—las palabras murieron en su boca al ver la siniestra sonrisa y la mirada llena de deseo que se encontró al abrir la puerta.

—Hola, querido. —Barry empujó la puerta al ver que Stiles intentaba cerrarla. La aventó con tanta fuerza que Stiles tuvo que retroceder para evitar que la puerta le golpeara.

Stiles era lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a Barry, pero los recuerdos lo golpearon cruelmente haciéndolo sentir vulnerable. Y cuando menos se lo esperó Barry ya lo sujetaba de los brazos con demasiada fuerza aprisionándole contra la pared y su cuerpo; las lágrimas no tardaron en querer resbalar por sus mejillas, pero las retuvo, no quería que Barry volviera a verlo llorar, no le daría el gusto. No de nuevo.

— ¿Creíste que te librarías de mi tan fácil, cariño? —dijo mirando fijamente al castaño mientras se recargaba en su cuerpo. — ¿Creíste que refugiándote con ese grandulón estarías bien, que no lograría acercarme a ti? Para mi nada es imposible y menos si se trata de ti.

—¿C-Como... lograste entrar? —preguntó con la voz amortiguada. Respiró con pesadez al sentir cómo una de las asquerosas manos de Barry bajaba a su cintura.

—Como ya te dije, lindura. Nada es imposible para mí. —se pasó la lengua por los labios y se separó un poco de Stiles (pero sin aminorar la fuerza con la que lo sostenía) para observarlo mejor. Stiles podía ver el deseo en los verdes ojos de Barry y eso le causó un escalofrío que le recorrió toda la columna vertebral. —Estas más lindo ahora. Si antes me parecías irresistible, ahora ni te imaginas lo que provocas en mí.

—No..., por favor. —masculló cerrando los ojos para no mirar los de Barry mirarle con burla. Porque eso era lo que hacían, mirarle con burla pura; así lo veía cada vez que le rogaba que parara cuando empezaba a manosearlo descaradamente.

—Oh, Stiles. Sabes que en cuanto vuelva a tenerte no pararé, ¿Recuerdas las veces que me rogabas para que te dejara y nunca te funcionó? ¿Qué te hace pensar que ahora funcionará, ahora que estás mucho mejor?

Sin previo aviso, Barry estampó sus labios con los de Stiles de manera brusca y demandante; Stiles intentó separase pero Barry lo tomó por la nuca para evitar que se separase. Stiles colocó sus manos en el pecho de Barry para empujarlo, sin embargo, Barry parecía que estuviera usando todas sus fuerzas para que Stiles no se alejara de él y así volver a tener contacto con su cuerpo.

Let me love you| Sterek.Where stories live. Discover now