DESTINO O CASUALIDAD

10. Sin vergüenza

Después del fin de semana todo el mundo tenía una de las revistas de farándula más importante de Houston en las manos, en ella se narraba detalle a detalle la intromisión de las hermanas del Junco en la boda de José Antonio y Cayetana Gallardo.

Irina: "La venganza tiene color y el rostro de Irina y Andrea del Junco" Que imaginación tiene esta gente.

Andrea: no espera, esto es buenísimo-riéndose-"Nunca te metas con una del Junco, este es el resultado"-Andrea giró la revista y mostró una foto de Patricia con el pelo revuelto y una cara poco agradable, Irina se echó a reír.

Irina: menudo cromo de mujer-soltó otra risa-se quedaron con todo...

Andrea: ¿llamaste sucia perra a mamá?-Irina suspiró.

Irina: es lo menos que se merece que le llame... como ha podido hacernos todo esto, quien diría que nos trajo al mundo...

Andrea: ya...

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Patricia: ¡Esa maldita! ¡Me va pagar esta foto!-tiró la revista mientras que Samuel desayunaba ignorando la revista-¿no la vas a leer?

Samuel: ya me llegó con vivirlo...

Patricia: escúchame, como te vea cerca de esa perra, te vas enterar de quien soy yo.

Samuel: déjame ya con el tema, quieres, ya he tenido suficiente con todo lo de ayer, ni mi padre quiere hablar conmigo después de todo lo que paso-se levantó consternado y sin apartar nada de lo ocurrido de su mente-tengo que irme a la empresa-se acercó y besó su frente-nos vemos a la noche, Samuel abandonó el apartamento y Patricia se apresuró a sacar su teléfono y marcó.

Flavio: ¿si?-su voz sonaba entrecortada.

Patricia: ¿Cómo te atreviste? ¿Eh? ¿A que vino lo de ayer?

Flavio: ¿perdona?-empezó a toser consternado entre su llamada y la resaca que tenía-¿Eres tu quien me pide explicaciones? Eso está genial después de enterarme de que estas ¡CASADA!

Patricia: pues sí, así que ahora olvídate de mí.

Flavio: eso ya ni tienes que decírmelo, porque es lo primero que pienso hacer, aunque ni creas que me rindo a que tu marido no me crea, pienso desmontar todo tu circo Patricia.

Patricia: ¿ah sí? Pues mi marido no te va creer

Flavio: lo que tú pienses me trae sin cuidado, ya veré la forma de que lo haga, por qué pienso quedarme aquí.

Cogió la tarjeta de Andrea entre sus manos y colgó, suspiró tras esa llamada y de nuevo volvió a llorar, llevó la mano a su bolsillo y sacó un par de billetes, le quedaba poco dinero y necesitaba quedarse para demostrar que él era un hombre engañado y honrado, no podía permitir que lo único digno que tenía que era su nombre se viese empañado por aquella mala mujer, marcó el número de Andrea.

Fernando: Intimas del Junco.

Flavio: em... hola, se encuentra la señorita del Junco.

Fernando: ¿Cuál de las dos?

Flavio: pues... ¿la morena?-Fernando dio un respingo.

Fernando: la señorita Andrea, entonces, ahora se la paso ¿departe de quién?

Flavio: Flavio...-Fernando desvió la llamada y Andrea tomó la llamada.

Andrea: Flavio, buenos días, que bien que me llamas-sonrió.

Flavio: ¿sigue en pie lo de ayudarme a pesar de todo?

Andrea: a pesar de nada, estaré encantada de hacerlo, realmente te vi mal...