32. Coge ese sobre

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Ambos se estaban poniendo la ropa en completo silencio, la cabeza de Irina estaba a punto de estallar pensando en que decirle y en cómo justificar su ligero comportamiento frente a nadie, un comportamiento que nunca había mostrado ante de esa forma, suspiró y él la miró con la camiseta entre sus manos.

Flavio: ¿Qué piensa?

Irina: nada y a la vez todo-se abrochó el sujetador-esto ha sido una locura...

Flavio: ¿pero ha sido real o no?-ella lo miró y suspiró.

Irina: real... pero-meneó la cabeza-no puede volver a darse... lo siento por que he sido yo quien te perturbó desde un principio... pero somos diferentes.

Flavio: puede decírmelo claro y de frenre, le molesta que sea un simple jardinero.

Irina: no es eso, Flavio-se agarró la frente-estoy muy confusa y necesito pensar las cosas... mañana hablamos ¿sí? Yo te busco-rápidamente desapareció del cuarto de las herramientas dejando a Flavio todavía más confundido con su actitud.

Samuel le brindaba a Andrea una taza de té caliente dejando un sobre encima de la mesa, mientras ella estaba sentada en el pequeño sofá de la terraza del ático, ya no llevaba el conjunto diseñado de su hermana, ahora llevaba una camisa de Samuel que le llegaba a la altura del muslo. Él se colocó a su espalda y la abrazó en un tierno gesto, ambos miraron el cielo estrellado de aquella madrugada.

Andrea: no sabía esta faceta de ti...

Samuel: ¿Cuál?-susurró sobre su cuello.

Andrea: tan apasionada-él sonrió-la primera vez fuiste muy dulce y ahora-soltó una risa-me rompiste hasta las bragas-el soltó una carcajada.

Samuel: bueno, en la intimidad soy de otra forma, como todos supongo.

Andrea: no... no eres como todos-se giró para mirarlo-eres único, únicamente para mí-suspiró refugiándose en su cuello y él la abrazó-no me hagas daño por favor...

Samuel: jamás te lo haría-ella se incorporó y lo miró con cara de niña, él acarició su mejilla apartando su pelo y perdiéndose en esa mirada-coge ese sobre-ella miró el sobre, no se percatara de su presencia.

Andrea: ¿Qué es?-comenzó a abrirlo.

Samuel: la prueba de que no te estoy haciendo daño-Andrea sacó su contenido y empezo a leer por encima-te entrego mi libertad Andrea, es mi divorcio.

Andrea: ¿Ya no estas casado con Patricia?-sus ojos brillaron.

Samuel: ya no...Esta semana tuvimos el juicio, me costó mucho pero logré divorciarme-asomó una leve sonrisa.

Andrea: ¿Y eres libre para estar conmigo?

Samuel: soy libre para lo que tú quieras-la agarró de la nuca y la beso-a partir de ahora soy completamente tuyo, cumple con tu parte y sé la mujer de mi vida...-sus ojos se humedecieron-¿lloras?

Andrea: superas todas mis expectativas-soltó una risa-como pude dudar de ti...-suspiró.

Samuel: era yo o tu propio padre, lo llego a entender...

Andrea: pero él os vio... no sé qué pudo pasar

Samuel; siendo franco y alegando en mi defensa, creo que te mintió para alejarme de ti...-ella agachó la mirada reconociendo que tal vez fuese cierto.

Patricia entró en su departamento llena de rabia y furia, sorpresivamente entró acompañada de José Antonio y Cayetana, cogió lo primero que encontró y comenzó a tirar sus cosas armando un gran berrinche.

DESTINO O CASUALIDADOnde histórias criam vida. Descubra agora