52. Algo le pasó

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Cayetana entró prácticamente corriendo a la celda de visitas al enterarse de que su abogado pedía verla, con la respiración agitada se sentó frente a Flavio y sonrió al ver su cara.

Cayetana: ¿Qué tal el juicio?-tragó saliva-Irina todavía no volvió.

Flavio: no va tener que volver...-sonrió-están tramitando su salida, el caso sigue abierto pero al menos pudimos conseguir libertad por falta de pruebas, piden más pruebas en contra del culpable así que nos centraremos en conseguir pruebas que incriminen a David Torres-ella suspiró-ahora lo importante, Irina y yo acordamos esperar a tu salida para hablar con Ignacio, debes contarle todo lo ocurrido, eres la siguiente en salir.

Cayetana: no será fácil Flavio... llevó aquí demasiado tiempo...

Flavio: por eso mismo, he pedido la revisión de tu caso y van a soltarte por buena conducta, no has tenido problemas en la cárcel y eso beneficia, intenté reabrir el caso pero los de arriba no me lo pusieron fácil, con lo cual en cuanto salgas presentaremos una demanda en contra de tu hermana por usurpación, contaremos la historia y esa será una razón de peso para reabrir el caso de ese hombre, nadie te devolverá esos años de encierre, pero al menos podremos hundir a tu hermana y tal vez recibir una indemnización.

Cayetana: mi hija tiene tantísima suerte contigo-sonrió-eres un sol-suspiró-me conformo con salir de aquí para ver crecer a mis nietas, ¿Cómo están?

Flavio: la médica de la cárcel dice que bien, pero iremos a uno más profesional, Irina no se fía ni en el sexo de las niñas, siempre tan desconfiada-soltó una carcajada.

Cayetana: sin embargo en ti si confía ¿no?

Flavio: eso es cierto-suspiró-bueno, voy a preparar los trámites, en una semana aproximadamente estarás fuera y de nuevo en tu casa.

Cayetana: perfecto...

Andrea permanecía sentada en una silla frente a la ventana, el mar ondeaba en la playa y perdía su mirada entre las olas que rompían fuertemente frente a la orilla, acariciaba su abultado vientre de 5 meses con una sonrisa.

Andrea: ¿Me pregunto qué serás? Me gustaría que fueses un niño ¿sabes? No sé si es por qué me encantan los conjuntitos tan monos de las tiendas o por qué me críe con una hermana, lo que sí sé es que te quiero con toda mi alma y te voy a proteger de todos-notó un pequeño golpecito en su vientre y soltó una carcajada-sí pequeño, mamá va estar aquí siempre... si tan solo pudiéramos conseguir huir, lo intenté cien mil veces, pero es imposible-la puerta sonó y ella comenzó a cubrirse rápidamente con las mantas, tras la puerta se asomó uno de sus tormentos.

José Antonio: vaya, creía que te iba encontrar en otra posición pero siempre la misma, frente a la ventana-soltó una risa.

Andrea: veo que vienes con las manos vacías-sonrió con suspicacia, podían torturarla pero ella no perdía su astucia-eso quiero decir que el juicio de Irina salió bien-él apretó su mandíbula.

José Antonio: ¿Qué te hace pensar eso?

Andrea: primero lo inútiles que sois al tratar de torturarme con la fecha del juicio y ahora al entrar sin regodear que has triunfado, lo cual me deja ver que mi hermana ha salido en libertad...-sonrió alegrándose.

José Antonio: sin embargo la que no vas a salir de aquí jamás eres tú.

Andrea: ahora que mi hermana esta fuera ¿Qué crees que pasará? Ella no se tragará la idea de que estoy desaparecida, ella vendrá a buscarme, así que temblad, por qué vuestro teatro está apunto de venirse abajo.

DESTINO O CASUALIDADWo Geschichten leben. Entdecke jetzt