Capítulo 56

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-Vamos maldita sea! Mueve tu débil trasero hacia el señor- susurró con rabia mientras me agarra con dureza por la cintura.

-Gabriel, ya voy- me queje- me duele

-Pues entonces sonríe y déjate de lentitudes o no ganarás dinero para nosotros- murmuró entre dientes, fingiendo una sonrisa a la gente que se encontraba a nuestro lado.

-Ya, pero no seas bruto por favor, recuerda que no estoy en condiciones.

-Me importa una mierda tu condición- silvó entre dientes y volviendo a apretar su agarre- entre antes nos quitemos eso de encima, mejor.

-No puedes ser tan desgraciado, Gabriel- giré mi vista hacia él por primera vez mientras caminábamos por el amplio lugar lleno de mujeres vestidas con tan poca ropa como yo y hombres asquerosos esperando algo a cambio.

-Pues ya vez mi amor, no se puede tener todo en la vida- besó mi mejilla y volvió su vista hacia adelante parando finalmente delante de un hombre sentado en uno de los grandes sillones que se encontraban dentro de este asqueroso lugar. Parecía tener cerca de 30 años, con traje y para nada de feo.

-Disculpe la demora señor Esteban- sonrió Gabriel abiertamente hacia el hombre de traje.

-Hola- saludo levantándose elegantemente de su sillón a saludarnos con la mano- y no se preocupe por la demora.

-Como le dije Esteban, Rossie es excelente, sana y de buena fé- le guiñó el ojo.

-No me cabe duda, aún vestida como está se ve decente- respondió aquel tipo que ya no me estaba cayendo tan bien luego de esa mirada repugnante sobre mi cuerpo.

-No miento y le dije que le traería la mejor chica- sonrió orgulloso, de seguro ya estaba viendo mucho dinero a su conveniencia.

-Entonces, dígame Gabriel ¿cuánto sería por la chica por todo el día? - preguntó sacando una cartola con cheques, dejándome con la boca abierta,¿qué mierda va a hacer conmigo todo un día? Las manos ya me estaban empezando a sudar y un miedo enorme de perder el ser que tenía dentro por mucho que no fuese deseado. 

Pero no fue más con mirar a Gabriel quien sólo pensaba en el dinero y no en este bebé que lamentablemente también era de él.

-¿Todo un día?- habló Gabriel

-Exacto, y si es posible quisiera llevármela ahora- guiñó el ojo al estúpido de mi lado.

- Le saldrá bastante caro, hombre pero si usted la quiere, es toda suya- sonrió.

-Esta bien- y comenzó a anotar en su cheque- ¿le parce está cantidad o es muy poco?

Apenas tomó el papel de manos de aquel hombre, sus ojos se agrandaron inmensamente, sus pupilas en vez de redondas ya estaban tomando forma de signo peso y esto no me estaba gustando nada.

-Perfecto! - carcajeo- pero disculpe que le diga que apenas termine el día de mañana la quiero de vuelta mañana en la noche o muy temprano al otro día ¿de acuerdo?

-No se preocupe Gabriel- estiró su mano hacia delante- soy hombre de palabra.

Gabriel no dudo y también se acercó a estrechar su mano.

-Eso espero.

-Ahora si me disculpa quisiera un momento a solas con Rossie antes de irnos- habló ahora Esteban.

-Claro, disculpe-y acercándose a mi en forma de despido susurró- como no vuelvas estás muerta ¿entendido?- apenas escuché no aguanté cerrar los ojos con nerviosismo y asentí.

Apenas se fue volví mi vista hacia los ojos serio de Esteban.

-Ven, siéntate por favor- habló firme.

Sin rechistar me senté a su lado y esperé mientras el fijabs discretamente su mirada por todos lados.

-¿Cómo has estado Vanessa?

Inferno [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora