C17: Carta

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Todoroki Fuyumi siempre intentó dar lo mejor de sí misma para ayudar a su hermano menor, no importaba si fuera un pequeño problema, ella quería ayudar y apoyarle.

Esa fue su iniciativa desde que se enteró de la tortura que Shoto pasaba en silencio por culpa de las obsesiones de su padre. Cuando Fuyumi recordaba el rostro somnoliento y angustiado de su hermano cuando solo era un niño pequeño y asustado sentía plomo incrustado en su corazón.

Se acercó, o al menos intentó ser cercana a su hermano muchas veces, sin rendirse. Era consciente que la familia Todoroki no podía contar como una familia normal, todos los miembros estaban separados y heridos, pero Fuyumi no perdía la esperanza. Sin embargo y aunque lo intentó, era demasiado tarde para hacer una diferencia con su hermano, Shoto se volvió una persona cortante y fría, siempre callado, siempre distante.

Creyó que sería así para siempre.

Entonces llegó el festival deportivo de la Yuuei, que acabó siendo lo más similar a una gran bola de demolición en la vida de su hermano menor.

Bueno, mejor dicho, Midoriya Izuku fue la bola de demolición en la vida de su hermano menor.

El cambio en Shoto fue demasiado grande, tal vez su padre no lo notó y solo creyó que al fin dejaría de ser un rebelde, pero ella sabía que su hermano no era un rebelde, solo estaba perdido en sus propios ideales y reglas, los cuáles fueron derrumbados dándole una nueva visión de su mundo.

Aunque eso no quitó el hecho de que siguiera siendo reservado.

Pero tampoco quitó el hecho de que ella no se rindiera.

No importaba qué,  Fuyumi lograría que su hermanito menor le quisiera.

Cuando se lo comentó a Izuku con una triste sonrisa, su cuñado solo le aseguró con toda certeza que Shoto ya le quería, y mucho.

Le costó creérselo, le costó demasiado.

Pero se convenció absolutamente de ello el día en el que le robó un delincuente con quirk de parálisis. El muy desgraciado se había robado su sortija de compromiso conjunto a otras pertenencias que no le importaban. Lo único que le importaba y dolía era la pérdida de su reluciente anillo.

Al día siguiente le llamaron desde la comisaría y en ella se encontró con el mismo tipo, pero con quemaduras graves y moretones muy feos, rogando su perdón. Fue una situación algo cómica que consiguió que saltara como niña de cinco años, puesto que sabía perfectamente quién había atrapado al ladrón sin que se lo dijeran.

Le devolvieron todo, sin embargo...

Recuperó su sortija en manos de su propio hermano más tarde.

Su muy ocupado Shoto se tomó el tiempo de recuperar su sortija, y de paso, apresar a ese criminal de baja clase solo por ella.

Visitó el departamento de su pareja de héroes favorita unos días después y se rió bastante al escuchar como Izuku le dijo que, en cuanto Shoto se enteró de todo, se puso su traje de héroe y se fue completamente enojado a buscar al delincuente, ni siquiera dejó que él le ayudara.

El menor de los Todoroki solo frunció el ceño y le dijo que si cosas así sucedían de nuevo simplemente debía llamarle.

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