Babysitter ❴DESTIEL❵

5. La felicidad se acompaña con pizza

Resumen #4: Castiel y Dean tienen una llamada telefónica en la cual Dean le comenta lo mucho que su hija lo quiere, mostrando también una actitud coqueta hacia Castiel. Se ve a Charlie preguntándole a su padre si "su ángel" vendrá hoy, a lo que Dean le pide que deje de llamarlo así. Cuando Castiel llega Dean le pide que le haga el nudo de la corbata, aprovechando su cercanía, le comenta lo atractivo que Castiel es para él. Dean sale apurado, despidiéndose de ambos y llamando a Castiel "cariño" por accidente. Dean le comenta a sus compañeros y amigos, Mick y Toni, la invitación su le hizo a Castiel para cenar pizza con él Charlie esa noche, luego Dean llama a Castiel para preguntarle por su hija, Castiel le responde diciéndole que Charlie lo extraña y Dean le pregunta si él lo extraña también. Crowley llega para burlarse de la conversación que Dean mantuvo por teléfono hace un momento, Dean se molesta diciéndole que se meta en sus asuntos. Finalmente, llega Alfie para calmarlo.

Cuando Dean cruzó el umbral y la mirada de Charlie cayó sobre él, no supo si era por el hecho de que su padre finalmente había llegado a casa o por las grandes y humeantes cajas con el sello de Pizza Hut en la tapa que traía en sus manos. Castiel fue tras Charlie para luego ayudar a Dean a llevar las cajas hasta la cocina, pero ni en esa ocasión se sintieron cómodos para iniciar una conversación. Preferían reírse con los saltos de emoción de Charlie, quien celebraba por la pizza.

—¡Mi papi trajo pizza! —canturreaba la niña dando saltos por toda la sala, siendo observada por los dos hombres.

—Castiel, ¿me acompañas a buscar vasos? —el mencionado no se atrevió a hacer mucho además de asentir de manera corta con la cabeza, siguiendo los pasos de Dean hasta la cocina, en donde Dean le señaló un estante alto.

—¿Los vasos están ahí? —Dean asintió en su dirección y Castiel procedió a abrir las puertas del estante, en ese momento estuvo a poco de soltar una maldición cuando vio que los vasos estaban ordenados en la estancia superior, pues su altura no le permitía llegar hasta ellos y Dean terminó percatándose de ello.

—Déjame ayudarte con eso —Castiel sintió los pasos de Dean por la cocina, terminando a espaldas de él, y la cercanía de Dean fue tal que su pecho estaba directamente en contacto con la espalda del ojiazul—. Estos muebles pueden hacernos pasar malos ratos, ¿eh? —un brazo rozó levemente la cabeza de Castiel, y fue entonces cuando se percató de la peligrosa cercanía entre ellos y además, la leve superioridad que Dean tenía en cuanto a altura. El más alto se apartó una vez que alcanzó tres vasos de cristal para luego despedirse de Castiel con un guiño.

Incluso con el pasar de los minutos no se sentía del todo en sí mismo, es decir, había tenido a Dean Winchester pegado a él y sus sentidos parecían haberse anulado en lo que duró aquel extraño —y aunque no lo admitiera, maravilloso— momento. No fue de mucha ayuda tampoco que en la sala, Dean y su hija estuvieran riendo juntos mientras buscaban una película, pues no hacía más que recordarle lo encantador que él era.

—Castiel —Dean lo llamó—, ¿alguna sugerencia para nuestra noche de película?

—Lo que ustedes deseen ver —el hombre se encogió de hombros—. Por mí estará bien.

—¿Incluso si es una película sucia? —ver a Dean alzar las cejas con diversión le hizo saber que era una broma, sin embargo, eso no evitó que Castiel se sonrojara— Tranquilo, no veremos nada inapropiado.

—Papi, ¿qué es una película sucia?

—Las películas sucias son las películas donde los puercos se revuelcan en barro —la niña asintió sumida en su propia inocencia para continuar navegando por el catálogo de películas infantiles de Netflix—. ¿Ya encontraste alguna?