Ángel.

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Su cuerpo se movía lentamente al ritmo de la sexi melodía, su musculado cuerpo se contoneaba sin esfuerzo, provocativamente, pecaminosamente, incitándolo, llamándolo, pidiéndole a gritos que lo tocase, que tocase cualquier parte de su anatomía que estuviese a su disposición. Era un espectáculo lleno de hormonas alborotadas y erotismo, no había nada de vulgar en su manera de bailar, simple y pura sensualidad, era perfecto y ardiente como el fuego y Harry se estaba consumiendo entre aquellas abrazadoras llamas de pasión y lujuria, porque jamás en sus casi veintiún años de vida había visto algo como aquello, porque jamás había experimentado aquella sensación que no lograba clasificar en ninguna parte; era fascinación, era expectación, era calor y frio a la vez, era embelesamiento y sensualidad, era culpa, pecado y divinidad, era tantas, tantas cosas que era difícil respirar y Potter no parecía el único en aquella situación.

Ángel era un ser divino, no era un ángel, era un dios y todos en Lonely Hearts Night Club estaban de acuerdo en ello, porque, en cuanto aquel perfecto joven de brillante cabellera plateada, ojos imposiblemente grises, piel lechosa y perfecta salió al escenario, el resto de los y las bailarinas dejaron de ser visibles pese a que también se encontraban bailando y no lo hacían nada mal. Pero Ángel otra cosa, estaba a un nivel completamente diferente, el chico era el cielo, las estrellas, la luna, el sol y todos los malditos planetas de la galaxia, era los agujeros negros, los cometas, las nebulosas, era dios, era el demonio, era un hada, un vampiro, un veela, era simplemente irresistible y Harry Potter lo había descubierto de la peor manera posible, había intentado con todas sus fuerzas no mirar de más, no mirar sus perfectas y firmes piernas, no mirar su perfecta cintura, ni su redondo culo que le invitaba a morder una de sus nalgas, había intentado en vano no mirar sus perfectos pectorales, ni su clavícula, había intentado no mirar sus musculados brazos, ni su ancha espalda, lo había intentado y Godric y Merlín habían estado de testigos, pero había sido imposible, había algo en Draco Malfoy... no, en Ángel que era hipnótico.

Los clientes alrededor del escenario miraban embelesados el espectáculo, el espectáculo privado que aquel bello y varonil bailarín le dedicaba única y exclusivamente a Harry Potter, o al menos al sujeto que había adoptado su identidad. La música, las luces y los movimientos descarados hacían que aquel rubio vestido de blanco, con ropa que dejaba muy, muy poco a la imaginación, luciera como una figura etérea y luminosa, como si de un momento a otro fuese a desvanecerse y Harry se sentía desorientado. Por su mente pasaban un millón de cosas, cosas altamente contradictorias y que su mente no se dignaba a aclarar, demasiado ocupada en apreciar la entrepierna del bailarín que lucía grande debajo de aquellos ajustados calzoncillos.

Por una parte la culpa le carcomía, porque tenía una novia, una perfecta, hermosa y sensual novia que lo amaba con locura y no se suponía que estuviese ahí, gozando con un show privado por el que descaradamente había pagado cinco galeones, una cantidad ridículamente alta, pero aquello había sido lo único que había logrado sacar de sus pantalones sin derramar su vaso de whisky de fuego en el camino. Por otra parte, se sentía confundido, él jamás había tenido tendencias homosexuales, nunca, las mujeres siempre habían sido lo suyo, pero era claro que no era tan heterosexual como pensaba, sobre todo si tenía en cuenta que Malfoy no lucía para nada como una mujer, si no como un hombre varonil, fuerte y jodidamente sexy, con su glande balanceándose con cada uno de sus movimientos cadenciosos. Y finalmente se sentía terriblemente caliente, el baile de Ángel le encendía hasta las entrañas y hacían que su pene estuviese ansioso por ser liberado por aquella bella y seductora imagen frente a él, la excitación era tanta, que por ratos la imagen de Ginny muy herida por una infidelidad que no había ocurrido más que en su mente, se marchaba, solo para volver con más fuerza a reclamarle por estar sintiendo aquello que sentía al ver a su antiguo rival de la escuela bailar tan provocativamente.

Lonely Hearts Night Club.Where stories live. Discover now