Capitulo 2

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—No es necesario hablarme así —dije tranquilizándome, el tan solo miro mis labios al momento de hablar y con una mirada fría se alejó.

—Me llamo Louis, ojala no nos vallamos a llevar... "Mal", señorita Aria —dijo, cogió su saco y se retiro sin decir nada más.

Me acomodé en la cama y mire hacia la ventana, pensando en el tal Louis; es rebelde, parece que no sabe tomarse su trabajo de buena manera, si lo despido nadie lo extrañará. O por lo menos, no yo.

En la ventana pareció una mano negra, arrugada... y después otra mano. Me levante y una cara horrorosa se asomo y me miro con una sonrisa escalofriante, era una niña de cabello negro y arañazos, grite cuando la niña cayo hacia dentro de la habitación. Comenzó a caminar como una araña y yo abrí la puerta de la habitación y salí corriendo; cuando estaba dispuesta a tirarme por una ventana, Louis coge mi cintura y me voltea en un movimiento rápido —estábamos a escasos centímetros—.

—¿Qué paso señorita? ¿Un fantasma la asustó? —preguntó y lo mire con el corazón agitado e inhale.

—No es de su interés —dije y exhale, me solté de el y camine hacia mi habitación.

—Seguro fue una niña... de cabello negro... desfigurada —dijo y di vuelta, el estaba detrás de mi, hace un segundo estaba a 3 metros.

—Usted... ¿Qué es? —dije retrocediendo.

—Un fantasma señorita —dijo y lo mire con una sonrisa, comencé a reír y puso un dedo en su pecho.

—A mi... no me venga con estupideces, señor Louis —dije con ironía y el puso un dedo cerca a mi cuello.

—No me rete señorita —dijo con una sonrisa—. No sabe de lo que soy capaz, no sabe nada de mi, ni lo más mínimo, no me conoce... no tiene información sobre mí, ¡No sabe nada! —gritó, suspiró como tranquilizándose a si mismo y abrió la puerta de mi habitación—. La pequeña la espera, quizás en su cama... seguro debe estar transparente para que no la vea —dijo y negué con la cabeza.

—No quiero... más sustos —dije y el con una mano me empujo hacia la habitación y cerró la puerta con llave—. Sácame... por favor.

—Espero las disculpas.

—Por favor... sácame —dije y de la cama salió una mano, comencé a golpear la puerta desesperadamente. Todo el cuarto tenia una alfombra, ella me comenzó a jalar—. Louis Perdón... sácame por favor —dije y la niña salio debajo de la cama y a paso rápido se acerco a mí y grite.

—No es difícil pedir disculpas señorita —dijo cogiendo mis hombros, la niña ya no estaba... y yo estaba con Louis en la sala principal. Respiré agitadamente—. Cierre las ventanas, cierre las cortinas, revise debajo de su cama antes de dormir... no mire el hueco que hay detrás del ropero... no abra la puerta a las 12:00 p.m —dijo y asentí—. ¿Ve que nos podemos llevar bien? —«Pues así por las buenas, ¿como no?»

—Ahora valla a dormir.

—No —dije y Louis que había volteado, volvió a mirarme.

—¿Qué a dicho? —preguntó y trague saliva.

—Que no dormiré sola... No quiero. O alguien me acompaña o... me voy al pueblo —dije y Louis chasqueo los dedos, un tipo con camisa a cuadros salió de una habitación.

—Yo la acompañare a su cuarto y me quedare allí hasta que se duerma —dijo cortéz y asentí.

Con el chico camine hacia mi habitación, Louis miraba la puerta principal como una estatua.

Esa noche... no soñé nada, al menos no lo recuerdo. Cuando desperté, me cambie rápidamente antes de que algún fantasma se apareciera y me asustara, baje con unas botas y blusa con short para comenzar a ordenar la casa...

—Ustedes 5 me ayudaran a limpiar esta casa —dije bajando las escaleras cuando los vi en grupo.

—Claro, ¿Por donde empezamos? —preguntó el chico de ojos azules—. ¿Por el sótano? Me han dicho que ahí hay criaturas malignas —dijo y los otros 4 rieron.

—No me parece mala idea, empezaremos por allí y limpiaremos hasta que quede como nuevo, pienso dar una fiesta y para eso... este lugar debe estar limpio... y por supuesto que sin niñas que se aparezcan por la ventana y te causen un escalofrío y te mantenga aturdido el resto de tu eternidad —dije con asco y miedo y cogí una escoba—. ¿Empezamos?

—Claro —dijo Louis cogiendo una escoba—. Ojala que en la noche... no se le aparezca la niña —dijo cínicamente pasando junto a los demás.

Mansión en la montaña® | Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora