Capitulo 20

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Mientras empacaba mis cosas los recuerdos de mi llegada causaban que mis ojos se llenaran de lagrimas que me impedian seguir empacando.Como las primeras palabras de Louis.

'' -¿Hay alguien allí? -pregunté curiosa,un hombre abrió una puerta y se dirigió a mí-

-Bienvenida señorita Aria a la mansión Tuch -dijo el hombre el cual estaba dispuesto a coger mis maletas,¿Qué hacía un hombre allí? No había nada de 'sirvientes' en el contrato.-

-¿Qué hace usted aquí? -dije quitando su mano de mi maleta, cuando cogí su mano estaba fría y un escalofrío recorrió mi cuerpo, puedo jurar que el hombre hizo que temblara como nunca lo había hecho-

-Soy uno de los empleados de esta mansión, un gusto recibirla y ojalá que se sienta augusta con los engreimientos que le proporcionaremos los 5 empleados que sirven en esta mansión -dijo de una forma peculiar en hombres corteses-

-Bien, le creere -dije y el hombre arqueó una ceja, cogió tres maletas y me miro fijamente a los ojos-

-No debe creerme, tiene que creer y confiar en nosotros -dijo decidido y subió las escaleras, me quede aturdida y algo se rompió, el hombre siguió subiendo las escaleras y estas cada vez sonaban mas fuertes, mis oidos eran delicados y cada vez ese sonido hacia que mis oidos quisieran explotar-

-¡Ya vasta! -grité y el hombre paró de caminar, lo fulmine con la mirada y mire las maletas- Le tengo que recordar que soy la nueva dueña de esta casa, más le vale no meterse conmigo.

-Se quivoca señorita, usted es la que no debe meterse conmigo... al menos que quiera sufrir el resto de su vida con sombras que aparecen en la noche para atormentarla y personas que aparezcan en sus sueños para hacerla sufrir... siempre, y el sueño se repetira el resto de su existencia -dijo casi gritando, otros 4 hombres aparecieron y cogieron las demas maletas,subieron a paso rápido y el hombre que apreció primero me miro 5 segundos en los cuales aprete el puño y lo fulminé con la mirada, él avanzó con los otros 4 y me cruze de brazos- ''

Cerre la ultima maleta que me faltaba y una mano sobre mi hombro impidio que las cargara.

—No quiero que te vallas —dijo Louis.

—Te oí mas sincero hace unas cuantas horas. -dije sin mirale

—Ellos aman a la niña, no puedo ir contra ellos, son mis amigos.

—Si fueran tus amigos respetarian tus decisiones.

—Y lo hacen, solo que gracias a la madre de esa niña yo no estoy en el infierno.-cargué mis maletas-

—Hasta nunca —al querer salir la puerta se cerro en mi cara y me quedé petrificada, Louis abrazó mi cintura y apoyo su mentón en mi hombro-

—No te iras, hasta que me digas que ya no me amas y lo jures por dios mirandome a los ojos.

—Sabes que no puedo — hice una pausa- Uno no deja de amar tan pronto a alguien.

—No te vallas, te lo ruego...

—Lo hubieras pensando antes de decir frente a tus amigos que me fuera.

Llevé mis maletas abajo esperando un auto cuando este llego le pedi que me llevara a la estación de trenes, Louis me miraba y una lágrima se le escapó, resbalando por su mejilla. Deje de mirarlo y a medio camino el chofer paró y otro hombre subio al auto.

—Devuelve a la niña y llama a Tomlinson.—dijo uno de ellos, recibí un golpe en la nuca el cual me dejo inconsiente-

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

«Silencio» dijo alguien acercandose al lugar donde me encontraba sentada y amarrada a una silla. No se si me lo decia a mi o al otro hombre que estaba acostado en algun sillon viejo. ¿Cómo lo sabia? Pues se escuchó cuando se tumbó en el, tengo los ojos vendados y no veo absolutamente nada, giraron la silla y me dejaron sola yendose por unas... escaleras... algo asi, solo escuche que estaban bajando y cada vez se oía mas bajo hasta que todo quedo en silencio.

—Danna—dijo una voz masculina en un susurro.

—¿Quién? ¿Quién es?

—Soy Louis —dijo el quitandome la venda de los ojos-

—Lou —trate de quitarme las sogas pero Louis puso su dedo sobre sus labios indicandome que no hiciera ruido-

—Yo te quitare las sogas y nos iremos, lejos... demasiado lejos.

—¿A dónde?

—¿Me amas?

—Louis... Como vas a preguntar eso, bien sabes que sí. -dije con obviedad.

—¿Eres capaz de hacer lo que sea para estar conmigo?

—Si. -Asentí.

—¿Hasta morir?

—¿Mo... rir? -tragué saliba

—Es la unica forma... o te llevan ellos.

—Vamonos —dije y el cortó la soga, corrió conmigo bajando las escaleras pero los hombres nos detuvieron y Louis se puso frente a mi-

—No se la lleven —dijo cogiendo mis manos-

—Tomlinson, sueltala y deja que nos la llevemos. -dijo un hombre alto, y muy fornido. La verdad, que me dió un poco de miedo.

—No quiero, siempre lo hacen ¿Les gusta arruinar la felicidad de otros? ¿Y si arruinaran la suya? -gritó enojado.

—La felicidad no existe para nosotros.

—Pero para nosotros dos si.-contestó-

Louis corrió conmigo cuando los hombres se distrajeron unos segundos.

Difícil, escapar de esa casa semi destruida, con maderas cayendo a cada paso, no parabamos de correr, estaba agotada... Louis se tiro conmigo de una cascada cayendo a una laguna donde milagrosamente seguiamos vivos, suspiré cuando nos sentamos en unas piedras cerca de allí.

—¿Y ahora?

—Los chicos... y la niña ya deben estar viniendo, salió a la perfección ahora solo falta... -hizo una pausa recobrando la respiración calmada- esperar, no pueden tener contacto con el agua, no nos haran nada.

—Esta anocheciendo, tengo miedo Lou

—A mi lado... no lo tengas, no te pasara nada... -Me dió una sonrisa reconfortante-

—Solo... tengo que morir para estar a tu lado para siempre.-el me abrazó- Y eso haré -ambos sonreímos.

Mansión en la montaña® | Louis TomlinsonWhere stories live. Discover now