│Razón quince│

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Querido KJ, estos últimos años desde la clase de inglés, he aprendido un par de cosas: entendí que no eres un monstruo, que yo también cometí errores y quisiera poder decírtelo

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Querido KJ, estos últimos años desde la clase de inglés, he aprendido un par de cosas: entendí que no eres un monstruo, que yo también cometí errores y quisiera poder decírtelo.

Aprendí que aun cuando ames a alguien con todo lo que tienes, esa persona no está obligada a amarte de vuelta, tampoco a amarte de la forma que tú quieres. Aprendí que no debes intentar adivinar lo que piensa o siente otra persona, mucho menos si apenas te entiendes a ti mismo. Aprendí que, volver con alguien solo porque no encontraste algo mejor allá afuera está mal en muchos sentidos. Aprendí que no eres el último hombre en la tierra, no eres el único que voy a amar y no eres el único que va a lastimarme. Aprendí a no esperar que rueguen por mí.

He aprendido muchas cosas últimamente.

Querido KJ, a veces creo que debí conocerte un poco más tarde en la vida, cuando los dos no fuéramos tan idiotas.

De: Ana.
Para: Ana. 

Habían pasado meses, meses que se convirtieron en años

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Habían pasado meses, meses que se convirtieron en años. Tres años para ser precisos.

     De vez en cuando me encontraba con KJ en la cafetería, lo veía caminar por los pasillos en el centro de idiomas, escuchaba su voz cuando rondaba por la facultad y me ocultaba cada vez que eso sucedía. Era como si jugáramos a las escondidas. Hasta que con el tiempo dejó de importarnos.

     Un día lo miré y no corrí, simplemente le sonreí. Él devolvió esa sonrisa. Otro día lo saludé a lo lejos y él hizo lo mismo. Fue un alivio dejar de actuar como enemigos, era infantil y desgastante. No lo odiaba, no estaba ni siquiera molesta con él, había entendido que él no era el villano de la historia. Entonces, ¿por qué debería seguir actuando como si lo fuera?

     Estaba por terminar mi carrera. Mi familia insistió en contratar a un fotógrafo que capturara los recuerdos del día de mi graduación. Pensé que, si iban a pagar por unas fotos, debían ser muy bonitas ¿y en qué red social se publican las fotos bonitas? Instagram, claro.

     Tenía una cuenta de Instagram vieja que no usaba en casi seis años. KJ era fanático de esa aplicación y cuando salíamos juntos, me convenció de abrir esa cuenta; subí una foto y nunca más la volví a usar.

15 razones para no volver con él ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora