07 : Pastel para cinco.

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Jimin despierta a causa del horrible ruido que emite su reloj y los delicados rayos de sol que alcanzan a colarse por las suaves cortinas de seda que adornan su habitación. Con mucho sueño, y sus ojos un poco hinchados, dirige su mano hacia el objeto proveniente del ruido y presiona un botón, pues su despertador de ovejita podría llegar a ser demasiado molesto, si no fuera porque se lo había dado su lindo amigo Jungkook, ya lo hubiese arrojado por la ventana.

Después de por fin haber logrado que se apagase, se sienta aún con sus ojos cerrados y se queda en esa posición por largos minutos. Finalmente abre sus ojitos, parpadeando algunas veces para acostumbrarse a la luz del día mientras con sus pequeñas manitos los presiona, después de arduo trabajo, logra levantarse y se dirige al baño, lava su rostro y cepilla sus dientes con total lentitud, pues odia levantarse, dormiría por siglos si se pudiese.

Con su cabello en todas las direcciones posibles y sus ojitos menos hinchados a comparación de cuando se levantó, decide bajar las escaleras y preparar su desayuno, pero no sabe porque una parte de sí le dice que debe hacer algo. No recuerda, así que simplemente no le toma importancia y abre con descuido su refrigerador, ocasionando que sus cajas de leche de fresa se muevan por la pequeña brusquedad.

Toma un vaso de su gabinete mientras saca una de sus tantas cajitas de leche de fresa, pues el tenía una gran adicción, si.

Mientras abre su cajita con mucho cuidado, y se dispone a servir, su teléfono comienza a sonar, y es extraño, pues su único amigo de confianza y que suele llamarlo es Jungkook.

Camina hacia el pequeño mueble rosa que permanece con una manta sobre el, y toma su celular para luego contestar con pereza, desearía estar durmiendo, ah.

¡Jimin! Una voz cargada de energía se escucha al otro lado de la linea.

—¿Ah? —Contesta Jimin aún con sus párpados pesados luchando por no cerrarse.


❛✧❜

Jimin corre a toda prisa por la calle central, divisando su pastelería favorita a lo lejos, corre aún más rápido para lograr quedar parado enfrente de la entrada antes de que se le haga más tarde, pues su nuevo hyung le había llamado esa mañana recordándole su previo compromiso el día anterior y su mente porfin recuerda que era lo que tenía que hacer. Tomará en cuenta que quedarse viendo dramas hasta pasada la media noche, no era lo mejor.

Apoya su brazo en la pared junto a la puerta blanca de la pastelería e intenta recuperar su respiración normal. Finalmente empuja la puerta con suavidad y escucha el sonido de la campanilla, haciendo que el cajero, su amigo, voltee a verle con una linda sonrisa, invitándole a ir hacia su dirección. Camina hacia allí, saludando a unas cuantas personas con una tímida sonrisa y uno que otro del personal.

—¡Hola Jiminnie! —Saluda su amigo Jin, ahora con su cabello rubio.

—Hola Jinnie, —Corresponde el saludo acompañado de una sonrisa— veo que te has teñido el cabello... De nuevo. —Rie mientras cierra sus ojitos y pone las manos en su boca de manera infantil.

—Ah, sí, sí. —Responde este con una sonrisa aún mas grande que la del peli-rosado mientras peina su cabello con aires de diva— Es una sorpresa para Namjoonie~

Jimin hace una mueca de disgusto, mientras por el contrario Jin ríe, ocasionando un sonido demasiado peculiar.

—Algún día tendrás que presentarme a ese tal "Namjoonie"
dice haciendo énfasis en aquel dulce apodo— No me da buena espina —Menciona mientras lo acusa con su pequeño dedo.

Jin rie aún más espontáneamente.

—En fin, —habla intentado ahuyentar su risa— ¿qué deseas?

Jimin mira el lindo reloj con forma de pastel que está ubicado detrás de Jin, y nuevamente, recuerda que va tarde.

—Ah, dame un pastel de fresa y vainilla, para cinco personas —Añade casi con afán.

Jin busca entre las vitrinas con suma tranquilidad, tomándose su tiempo. Mientras Jimin da toques en el mostrador con sus dedos, que torpe es, pues es la segunda vez que se le hace tarde.

—¿Tienes nuevos amigos Jiminnie? —Pregunta con cierta curiosidad, pues sabe que Jimin no es de ser muy cercano a las personas.

—Eh, s-si, si, hyung. —Responde mientras ve como Jin se toma su tiempo nuevamente, esta vez en poner el lindo lazo rosa en la caja, amarrándolo una y otra vez mientas frunce​ su ceño al no verse muy conforme con el resultado.

—Oh, que bu-

Y Jin se ha quedado con la palabra en la boca. Pues cuándo ha terminado de hacer el moño, el cual ha quedado bastante lindo por cierto, el contrario le había arrebatado la caja para luego salir corriendo a quién sabe donde.

—Que bueno, Jiminnie— Dice con aparente enfado mientras hace un lindo puchero y frunce levemente su ceño— ...Estos niños de hoy en día. —Suspira Jin con drama, mientras ve entrar a una pequeña niña sonriente de la mano de su madre.

Cake shop  ❀  YoonminWhere stories live. Discover now