One Shot De Futbolistas

•||Sebastian Driussi||•

Sebastian Driussi, un chico de tan sólo veintiún años, era uno de los delanteros del momento en el fútbol Argentino ahora jugando en Rusia, con una increíble fama de mujeriego para su tan corta edad. Medio país habla de él, pero en su intimidad, de las puertas de su habitación para dentro nadie sabe lo que sucede.

Cele Martinez, una muy bella argentina que vive en el extranjero, Rusia para ser exactos, es una chica de veinte años, aspirante a ser maestra de nivel inicial, con un corto historial de amor de tan solo cuatro chicos. Con muy pocas amistades, la de su prima Paola, con quien comparte departamento en San Petesburgo y Sofia, su prima, quien fue la que la alentó a marcharse de aquel país en el cuál jamás había logrado sus metas.

Un día el destino quiso que estos dos jóvenes se encontraran, por casualidad, según ellos, y sin pensarlo comenzaron una bella historia de amor.

San Petesburgo-Rusia, 13 de Septiembre de 2017.

-Ya sólo un mes y te graduaras pequeña-entró una mujer castaña, piel blanca y alta con su hijo en brazos interrumpiendo a su amiga

-Así es Pao, tengo muchas ansias-murmuró la chica mientras mordía su manzana y leía otra vez los papeles-Saldré un rato, talvez el aire puro me ayude a poder aprender esto-Dijo mientras señalaba los papeles que contenían la información para su examen final, el examen que la separaba de ser un maestra, una graduada

-Está bien, toma tu tiempo, yo iré con Tommy a la casa de una madre de su amigo del colegio

-Está bien-tomó su teléfono, la carpeta con los resúmenes y salió hacia no sabía dónde, sólo buscaba un lugar tranquilo

Al ver un parque muy solitario decidió que era el mejor lugar para estudiar allí.

Dejó su abrigo debajo de ella y se sentó arriba, suspiró y comenzó a leer otra vez los papeles, mientras merendaba una barra de cereal, decían que la tercera era la vencida, así que ella intentó por tercera vez poder aprenderse el contenido de esas hojas.

Cerca de allí, a un joven chico castaño se le escapaba de sus manos su amigo perruno, quien corría y corría lejos de él. No tuvo otro remedio que ir tras él.

-¡Sim! ¡Simba ven acá!- (sorry no se me ocurrió otro nombre 😂)

De pronto, aquellos papeles que contenían información tan importante para ella salieron descontrolados volando por los aires mientras su barra de cereal era comida por aquel shar pei color marrón.

-Noo-se maldijo Sebastian mientras se tomaba la cabeza-Simba-alargo el nombre del cachorro mientras lo tomaba por la correa de su cuello-Am...- ¿Y ahora como se disculpaba con aquella chica? Si hacía tan solo dos meses había llegado a aquel país y ni hola sabía pronunciar-Emm, I'm sorry, my dog... I'm from Argentina -y el inglés se le daba pésimo

-Así que un argentino en Rusia

-La con... de la lora-se rascó la nuca-Menos mal que hablas español. Estaba perdido si no

-No pasa nada, solo te pido que me ayudes a juntar las hojas-murmuró la joven mientras se levantaba corriendo a tomar los papeles antes de que volaran por el viento